Narcotráfico
Arman fiesta clandestina en una mansión que perteneció a un capo de "Los Cuinis" en Uruguay
La policía disolvió la reunión en la finca abandonada que fue propiedad del narcotraficante Gerardo González Valencia.CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Cientos de personas armaron una fiesta en la mansión Quincho Grande en Uruguay, que perteneció al narcotraficante mexicano Gerardo González Valencia, la cual fue disuelta por la policía durante la madrugada del domingo 24 de octubre.
La casa, ubicada entre las calles De las Magnolias y Voltaire, en el barrio El Golf de Punta del Este, fue el escenario de la reunión que comenzó alrededor de la 1:30 de la madrugada. La policía llegó alrededor de las 4:00 horas del domingo.
En los alrededores de la mansión hacía 100 coches y decenas de motocicletas. El tejido perimetral había sido roto. La casa está abandonada y ha sido saqueada. Incluso, en ciertas temporadas, ha sido ocupada para vivir.
Los guardias pasan por ahí, pero no se quedan de manera permanente. La mansión está bajo custodia del Ministerio del Interior y no de la jefatura de policía de Maldonado.
Esta no es la primera fiesta clandestina que se ha realizado en esta mansión durante la pandemia de coronavirus e incluso los vecinos se habían quejado con la policía, pero ésta no había respondido hasta esa madrugada, informó Telemundo Uruguay.
Algunos medios reportaron 400 personas en la fiesta, mientras Telemundo Uruguay afirmó que eran 800 personas. Es un fenómeno que se está repitiendo en ese país.
Los jóvenes detectan casas abandonadas y se contactan por redes sociales para organizar fiestas clandestinas, señaló ese medio.
“Esta casa no tiene energía eléctrica, pero se las ingenian. Muchas veces traen un generador y anoche, aquí en este lugar, hubo 800 personas. Se supone que entre 800 y mil personas, la mayoría jóvenes, por supuesto, y se llevó a cabo una fiesta clandestina, sin control y demás”, indicó el reportero.
¿Quién es Gerardo González Valencia?
Fue un narcotraficante mexicano, integrante de la banda delictiva “Los Cuinis”. Desde 2011 residía en esa finca, valuada entonces en 2.5 millones de dólares, junto con su esposa Wendy Dalaithy Amaral Arévalo y sus tres hijos.
A seis calles de esa finca vivió Rocco Morabito, un mafioso italiano que también fue detenido en Uruguay. Ambos capos contrataron al mismo hombre de confianza hasta que los detuvieron.
Cuando lo atraparon, González Valencia estaba en Montevideo, a punto de sacar a sus hijos de la escuela para huir del país.
El 23 de abril de 2016, la justicia uruguaya lo procesó por lavado de dinero, junto con su esposa Wendy Dalaithy Amaral Arévalo y cinco personas de su entorno cercano.
Estuvo preso en la cárcel Punta de Rieles, pero en abril de 2020 fue trasladado al penal de Libertad porque se sospechaba que se quería fugar.
En 2017, Uruguay aceptó el pedido de extradición de Estados Unidos, que lo requirió por tráfico de cocaína durante la década de los 90, pero lo envió hasta mayo de 2020.
Lo procesaron por un crimen cometido en los noventa en California, tráfico de cocaína y anfetaminas en territorio estadunidense.
“Los Cuinis” eran un cártel mexicano que enviaba droga a Asia y Europa y Estados Unidos, liderado por Abigael González Valencia, “El Cuini”, preso en México. Otros miembros de la familia forman parte de esta organización criminal, según la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA).