Agujero en la capa de ozono que se cerró no es el creado por contaminación: UNAM

jueves, 7 de mayo de 2020 · 17:22
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Un agujero en la capa de ozono se cerró hace unos días por fenómenos físicos, pero es diferente al agujero ocasionado por el uso de compuestos químicos, aclaró Graciela Raga, investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). La investigadora del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la UNAM, explicó en un comunicado que el hoyo que se cerró hace unos días se ubica en el Ártico, mientras que el agujero de ozono causado por el uso de compuestos químicos se ubica en la Antártida, y se recupera lentamente. El agujero en el Ártico, subrayó, se cerró por cuestiones dinámicas cuando las ondas y flujo de los vientos dieron lugar a que se rompiera el vórtice en la estratósfera del Polo Norte. Raga refirió que, durante el invierno, en los hemisferios norte y sur se forma un vórtice con vientos muy intensos que circulan alrededor de cada Polo, los cuales impiden que se mezcle el aire de las zonas subtropicales y tropicales con el aire que queda encerrado en la zona polar. En general, comentó, durante el invierno, sin luz solar, las temperaturas llegan a 70 u 80 grados bajo cero, y se forman nubes estratosféricas polares que son importantes en la destrucción del ozono. Cuando llega la primavera en cada hemisferio, se produce la destrucción acelerada del ozono del aire que ha quedado encerrado por el vórtice polar. “Ese evento fue inusual porque no es frecuente que el vórtice permanezca sin romperse en el hemisferio norte, lo que dio lugar a que se destruyera el ozono”, comentó. Raga resaltó que, aunque se observó un hoyo en la capa de ozono sobre el Ártico, las concentraciones de ozono fueron mayores que en el hoyo situado sobre la Antártida (hemisferio sur) durante la última primavera. La investigadora agregó que, por ahora, el agujero en la Antártida se recupera de forma paulatina desde que en la década de los 90 se prohibió el uso de los clorofluorocarbonos, compuestos químicos que destruyen la capa de ozono, permitiendo el paso de la dañina radiación ultravioleta. El avance en el cierre de este agujero, concluyó, “es el único éxito de la política ambiental a nivel internacional de las últimas décadas”. (Melisa Carrillo)

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