MADRID, 30 Nov. (EUROPA PRESS). - El expresidente de Francia Nicolas Sarkozy describió como "infamias" las acusaciones vertidas contra él y sobre las que se cimenta el juicio por presuntos delitos de corrupción y tráfico de influencias, que inició formalmente este lunes tras la breve vista de la semana pasada.

"No reconozco ninguna de las infamias de las que se me acusa desde hace seis años", alegó Sarkozy en su primer turno de palabra ante el tribunal de París, según la cadena Franceinfo. Su abogada, Jacqueline Laffont, solicitó la anulación del proceso por "violaciones repetidas y graves" de los derechos de su cliente.

Junto a Sarkozy, se sientan en el banquillo su abogado Thierry Herzog y el juez Gilbert Azibert, este último después de que el tribunal rechazara los alegatos de sus abogados para evitar comparecer en el juicio por su estado de salud. El expresidente se arriesga a una pena de hasta diez años de cárcel y una multa de hasta un millón de euros.

La Fiscalía acusa a Sarkozy de intentar obtener a través de Herzog información secreta, para lo cual habría recurrido a Azibert, entonces en el Tribunal de Casación. Según los investigadores, el expresidente ofreció a Azibert un puesto en Mónaco a cambio de datos relativos a una causa abierta por presunta financiación irregular de campaña.

Las acusaciones se basan en conversaciones telefónicas privadas entre Sarkozy y Herzog. El expresidente, que ha negado que hubiera cometido irregularidad alguna, ha intentado también tumbar las grabaciones como pruebas válidas en el juicio, ya que considera que se realizaron de forma ilegal.