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Pese a confinamiento, emisiones de gases de efecto invernadero siguen en aumento
A pesar del confinamiento ocasionado por el covid-19, las emisiones de gases de efecto invernadero continúan en aumento, advirtió la Organización Meteorológica Mundial (OMM).CIUDAD DE MÉXICO (apro).- A pesar del confinamiento ocasionado por el covid-19, las emisiones de gases de efecto invernadero continúan en aumento, advirtió la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
En su último boletín la OMM detalló que a pesar de que las emisiones diarias de CO2 disminuyeron hasta un 17% a nivel mundial debido a las medidas de confinamiento y las restricciones económicas de la pandemia, las predicciones de la reducción total de emisiones son bastante inciertas.
Los científicos explicaron que esto se debe a que las concentraciones son la suma de las emisiones pasadas y actuales, las cuales también tienen fluctuaciones normales debido al ciclo de carbono y a la variabilidad natural y durante este periodo se estimó una disminución de las emisiones de entre el 4,2 y el 7,5% que, al final, no tuvo un impacto mayor que el de las variaciones naturales.
"A pesar de que parecía que el mundo se detuvo, solo obtuvimos la disminución del cuatro al siete por ciento en las emisiones. Así que toda nuestra economía y nuestros patrones de consumo en realidad nos conectan a las emisiones extremadamente altas, incluso si todos nos sentamos encerrados y limitamos nuestra movilidad, porque el bloqueo solo está limitado a la movilidad y no a nuestro consumo", detalló Oksana Tarasova, jefe de la División de Investigación Atmosférica y Ambiental de la OMM.
Las concentraciones de dióxido de carbono subieron en 2019 y el promedio mundial anual superó el umbral de 410ppm (partes por millón), un aumento en comparación con el año anterior y en 2020 este incremento ha continuado a pesar de las medidas de confinamiento que redujeron las emisiones de muchos contaminantes y gases a la atmósfera.
La media mensual de la concentración de CO2 en la estación de referencia de Mauna Loa, en Hawái, fue de 411,29 ppm en septiembre de 2020, frente a las 408,54 ppm de septiembre de 2019. En la estación del cabo Grim, en Tasmania (Australia), las cifras fueron de 410,8 ppm en septiembre de 2020, frente a las 408,58 ppm registradas en 2019.
“En 2015 superamos el umbral mundial de las 400 ppm, y solo cuatro años después, rebasamos las 410 ppm. Esa velocidad de aumento no tiene precedentes en nuestros registros históricos. La reducción en las emisiones debida a las medidas de confinamiento no es más que una minúscula irregularidad en el gráfico a largo plazo. Tenemos que aplanar la curva de forma continuada”, resaltó Petteri Taalas, secretario general de la OMM.
Desde 1990, el forzamiento radiativo total, es decir la diferencia entre la luz solar absorbida por la tierra y la energía irradiada de vuelta al espacio que de no estar en equilibrio ejerce un efecto de calentamiento sobre la Tierra, ha subido un 45% a causa de los gases de efecto invernadero de larga duración y cuatro quintas partes de ese aumento se deben al dióxido de carbono.
"El CO2 que tenemos ahora en la atmósfera se ha acumulado desde 1750. No es lo que sucedió hoy o ayer, es toda la historia del desarrollo humano y económico lo que realmente nos lleva a este nivel global de 410 ppm", explicó Tarasova.
En 2019, las emisiones procedentes de la quema de combustibles fósiles y la producción de cemento, la deforestación y otros cambios en el uso de la tierra dispararon las concentraciones de CO2 hasta un 148% del nivel preindustrial de 278 ppm, que representa el punto de equilibrio de los flujos entre la atmósfera, los océanos y la biosfera terrestre.
El organismo detalló que solo cuando las emisiones netas de CO2 provenientes de los combustibles fósiles se acerquen a cero, los ecosistemas y los océanos comenzarán a reducir los niveles atmosféricos, e incluso para ese entonces, la mayoría del dióxido de carbono se mantendrá allí por varios siglos, generando calentamiento global.
Sin embargo, el sistema climático de la Tierra tiene un retraso de varias décadas debido a la absorción del exceso de calor en las aguas superficiales del océano, así que entre más rápido se reduzcan las emisiones, habrá menos posibilidad de llegar al calentamiento de 2 grados centígrados o menos que fue establecido por los países en el Acuerdo de París.
“La pandemia de covid-19 no es una solución para el cambio climático. Sin embargo, nos brinda una oportunidad para adoptar medidas de índole climática más sostenidas y ambiciosas encaminadas a reducir las emisiones hasta un nivel cero neto a través de una metamorfosis integral de nuestros sistemas industriales, energéticos y de transporte”, explicó Talas.
El experto aseguró que los cambios que deben aplicarse son técnicamente posibles y viables desde el punto de vista económico, y su repercusión en la vida cotidiana solo sería marginal, por lo que recalcó que el mundo necesita avanzar rápidamente hacia la neutralidad de carbono.
“Si queremos alcanzar la neutralidad de carbono o este objetivo de 1,5 grados, entonces deberíamos convertirnos en carbono neutral para 2050”, dijo y agregó que hasta ahora el 50% de los emisores globales como China, la Unión Europea, Japón y Corea del Sur se han comprometido con esto “y también el 50% del PIB mundial está detrás de esto”.
"Hay que aplanar la curva de crecimiento de las emisiones en los próximos cinco años, y luego deberíamos empezar a ver caídas de un seis por ciento anual hasta 2050 para alcanzar la neutralidad", concluyó.