Internacional
El Papa asegura que su batalla contra la corrupción es el legado de Benedicto XVI
El papa Francisco admitió que "la corrupción es una historia cíclica" en la Iglesia porque "se repite, luego viene alguien a limpiar y ordenar, pero luego vuelve a empezar"ROMA (EUROPA PRESS).- El Papa aseguró que su batalla contra la corrupción en el Vaticano es el legado que le dejó su predecesor Benedicto XVI y reconoció que no se siente “solo” en el camino hacia la transparencia, pues, a pesar de tener "mil obstáculos y resistencias naturales", es "el correcto".
"Hay una soledad sustancial, que yo no siento, porque he encontrado mucha gente que se arriesga por mí, su vida está en juego, luchan con convicción porque saben que estamos en lo correcto y que el camino recorrido, a pesar de mil obstáculos y resistencias naturales, es el correcto", declaró el pontífice a la agencia italiana Adnkronos.
Sin referirse explícitamente al caso del exprefecto para la Causas de los Santos, el cardenal Angelo Becciu, forzado a dimitir por su implicación en una investigación por malversación de fondos, el Papa admitió que "la corrupción es una historia cíclica" en la Iglesia porque "se repite, luego viene alguien a limpiar y ordenar, pero luego vuelve a empezar esperando que venga alguien más y ponga fin a esta degeneración".
Y agregó: "La Iglesia siempre ha sido una casta meretriz, una pecadora. Digamos mejor: una parte de ella, porque la gran mayoría va en dirección contraria, sigue el camino correcto".
Del mismo modo, manifestó que es "innegable que personalidades de diversa índole y profundidad, eclesiásticos y muchos falsos laicos amigos de la Iglesia, han contribuido a disipar el patrimonio móvil e inmóvil no del Vaticano sino de los fieles. Mi abuela, que no era teóloga, siempre nos decía a los niños que el diablo entra por los bolsillos. Tenía razón", añadió.
Sobre su labor para limpiar las finanzas de la Santa Sede y erradicar las prácticas irregulares, indicó que "sé que tengo que hacerlo, fui llamado para hacerlo, entonces el Señor dirá si lo hice bien o mal".
Niega peleas con Ratzinger
Además, el Papa dejó en claro que no ha hecho más que "continuar la obra de Ratzinger" al que define como un "padre y hermano", y al que visita "a menudo" en el monasterio Mater Ecclesiae. "Si lo veo un poco menos es solo porque no quiero cansarlo", comentó.
De esta forma zanjó cualquier duda sobre su relación con su predecesor: "No hay problemas entre nosotros, entonces todos pueden decir y pensar lo que quieran. Creo que incluso lograron decir que nos peleamos por qué tumba me pertenecía y cuál a él".
El Papa también se pronunció acerca de las críticas a su pontificado al admitir que no le dejan "bien".
A nadie, admitió, le gustan, especialmente "cuando le dan una bofetada", porque "duelen si se habla de mala fe y con malicia".
Con igual convicción, sin embargo, defendió que la crítica puede ser también "constructiva" que es la que le ha llevado a examinarse a sí mismo "para hacer un examen de conciencia" y preguntarse si se equivocó.
"El Papa escucha todas las críticas y luego ejercita el discernimiento, comprendiendo qué es bueno y qué no. Ciertamente no puedo dejarme llevar por todo lo poco positivo que escriben sobre el Papa", concluyó.