ROMA, Ita. (apro). - En declaraciones bomba divulgadas este miércoles y que llegan sin previo aviso, el papa Francisco reconoció que las parejas homosexuales tienen derecho a que los países aprueben leyes que les permitan unirse civilmente, una controversia en la que ha habido encarnizadas luchas en todo el mundo.
“Los homosexuales tienen derecho a estar en una familia. Son hijos de Dios y tienen derecho a una familia”, señaló el pontífice en el documental "Francesco" estrenado en Roma y dirigido por el ruso Evgeny Afineevsky.
“Lo que tenemos que hacer es crear una ley de uniones civiles. Así están cubiertos legalmente. Yo apoyé eso”, continuó el Papa argentino.
Unas afirmaciones muy claras y directas sobre un tema dramáticamente espinoso para la Iglesia que podrían costarle caro a Jorge Mario Bergoglio, por su inclinación hacia el bando progresista, como señala la historiadora y escritora feminista Lucetta Scaraffia.
“Personalmente, estoy muy de acuerdo con lo que dijo y también hay muchas otras personas que lo están. El problema son los otros. Esto corre el riesgo de romper a la Iglesia”, explica al teléfono Scaraffia, en declaraciones para
Proceso.
“Pensemos en todos esos políticos católicos que por años se han visto obligados a protestar contra las uniones civiles de los homosexuales. Se sentirán traicionados”, ejemplificó Scaraffia, al precisar que el problema está también en que el Papa “no preparó” a la Iglesia para su anuncio.
“Habrá tormenta”, dijo.
Más aún que, como ha relatado el activista chileno Juan Carlos Cruz, uno de los protagonistas del documental, Francisco habría usado palabras que dejan poco margen a la duda.
“El Papa me dijo […] dios te ha hecho gay y te quiere así. Y el Papa también te quiere así”, relató Cruz, una figura ya conocida internacionalmente por haber sido uno de los testigos claves contra el caso del sacerdote pederasta Fernando Karadima.
Este fue el escándalo de 2018 que terminó con la decisión de Francisco de cambiar la práctica totalidad de los integrantes de la cúpula chilena.
No es la primera vez en las últimas semanas que el Papa se pronuncia a favor de los colectivos homosexuales y transexuales.
El pasado 16 de septiembre, al final de la habitual audiencia pública en el Vaticano, Francisco se encontró con unos 40 miembros de la asociación italiana Tenda Di Gionata, que se dedica a acoger y ayudar a los hijos de personas homosexuales y transexuales en dificultad.
“El Papa ama a sus hijos, así como son, porque son hijos de Dios. La Iglesia no los excluye porque los ama profundamente”, dijo Francisco aquel miércoles.
Más lejos en la cronología, la primera declaración papal que captó la atención de los medios de comunicación fue la pronunciada en julio de 2013 cuando, estando a bordo del avión papal, pronunció el hoy famoso: “¿quién soy yo para juzgarlos?”.
Unas palabras que, en ese momento, suscitaron enormes críticas en todos los continentes, en particular del sector más conservador de la Iglesia católica.
De igual manera, anteriormente también hubo protestas en México, cuando en 2010 el entonces alcalde capitalino, Marcelo Ebrard, decidió apoyar las uniones civiles, pese a la oposición de la Iglesia mexicana y del gobierno conservador de Felipe Calderón.