CIUDAD DE MÉXICO (apro).- En el Día Internacional de Tolerancia Cero contra la mutilación genital femenina, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) hizo un llamado a erradicar esa práctica que afecta a 200 millones de mujeres y niñas.
Se trata de un ejercicio que priva a las mujeres y las niñas de su dignidad, pone en peligro su salud y causa dolores y sufrimientos innecesarios, subrayó en un comunicado el secretario general del organismo, António Guterres.
Añadió: “El desarrollo sostenible requiere que todas las mujeres y las niñas disfruten plenamente de sus derechos humanos”.
También el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y el Fondo de Población de Naciones Unidas (Unfpa) fijaron su postura al respecto.
A través de una declaración conjunta, los directores ejecutivos de Unicef y UNFPA, Anthony Lake y Babatunde Osotimeh, respectivamente, denunciaron que el flagelo daña de manera irreparable a las mujeres y las niñas, además de provocarles dolores extremos y traumas emocionales que pueden durar toda la vida.
Por su parte, la directora ejecutiva de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka, afirmó que las altas tasas de problemas obstétricos y de muerte materna en las comunidades que reportan esa mutilación no es una coincidencia, como tampoco lo son las altas tasas de inequidad de género, los bajos niveles de educación entre las niñas, la mala salud y la pobreza creciente.
“Todo está vinculado y hace que esas niñas tengan responsabilidades domésticas y deficiencias académicas que las condenan a un futuro sin horizontes”, dijo.
Una de las metas de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible prevé la eliminación total de la mutilación genital femenina, que se reporta en 29 países, principalmente de África y Oriente Medio.
A nivel mundial se calcula que alrededor de 200 millones de mujeres y niñas han sido mutiladas, y cada año tres millones son sometidas a esta intervención, considerada una violación de los derechos humanos.
La mayoría de los casos se reportan en África, Medio Oriente y el sudeste asiático, sin embargo, la comunidad indígena embera de Colombia también la practica.