Alemania: la ultraderecha se justifica

viernes, 23 de septiembre de 2016 · 22:38
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- “Ya damos bastante dinero de ayuda al desarrollo como para además recibir tanto refugiado”, dice en entrevista con Apro Detlev Spangenberg, diputado del partido de la derecha radical Alternativa para Alemania (AfD, por su acrónimo en alemán), cuyos votos han aumentado desde su fundación en 2013. Spangenberg sostiene que las fuerzas productivas, los ingenieros, los maestros, deben quedarse en su país de origen y no deben ir a Alemania donde abaratan la mano de obra. “Debemos mantener nuestro estándar social en Alemania”, señala el parlamentario durante su visita a México como parte de la nutrida comitiva del primer ministro del Estado Libre de Sajonia, Stanislaw Tillich. La delegación de 60 personas estuvo compuesta por diputados de todos los partidos políticos, hombres de negocios, periodistas y el Septeto de la Sinfónica de Dresden. Spangenberg, ingeniero metalúrgico que en 1969 falló en su primer intento de huir de la Alemania Democrática, afirma que la mayor parte de la gente que quiere llegar a su país lo hace por motivos económicos, y quienes buscan refugio como perseguidos políticos son casos de excepción. “Puedo entender que quieran llegar a un país rico donde ya todo está listo, donde está la mesa puesta, pero ese alto nivel de vida se debe al trabajo de tres generaciones que reconstruyeron el país. Diez años después de la Segunda Guerra Mundial ya éramos una potencia económica”, subraya enérgico. --Japón y Alemania Federal recibieron inversiones estadunidenses sin las cuales no hubieran podido levantar cabeza tan rápidamente ¿No cree usted? --El Plan Marshall no fue lo que se dice --responde veloz. Alternativa para Alemania van ganando cada vez más votos. En las elecciones del pasado 18 de septiembre, en Mecklenburgo-Antepomerania y Berlín, obtuvo 11.7% de los sufragios y entró al parlamento regional. AfD ya tiene presencia en diez de los 16 congresos de la federación. “En 2015 llegó un millón de refugiados a Alemania. En lo que va del 2016 arribaron 300 mil más que han costado 300 mil millones de euros, en tanto que la ayuda a los alemanes desempleados sólo aumentó 5 euros al mes y la de los niños 2 euros. Por eso digo que debemos ayudar, pero nuestra prioridad son y serán los alemanes”, acota el parlamentario sajón. En tono severo agrega: “Desde hace un año nuestro partido Alternativa por Alemania dijo que necesitábamos un severo control en las fronteras, que había que ser más estrictos con el derecho de asilo y deportar a quien, según nuestras leyes, no merezca el refugio. Nos tacharon de racistas, de xenófobos, de populistas, pero exactamente eso que demandamos es que lo está haciendo la Democracia Cristiana de Angela Merkel”. El diputado del AfD está convencido de que la comunidad internacional abusa del sentimiento de culpa de Alemania: “Yo digo que no tenemos una responsabilidad especial sino la misma que los demás en el mundo. No nos pueden echar la culpa de la Segunda Guerra Mundial. No estamos en contra de los extranjeros sino del gobierno que les abrió las puertas y de los demás partidos que están en contra nuestra”. --Usted huyó de la RDA. ¿No cree que los sirios tienen derecho a huir de las bombas? --inquiere la reportera. --Sí, pero llegan a Alemania y les regalan dinero sin trabajar, se quejan del sabor de la comida, no todos, pero quienes lo hacen nos dan una mala imagen. Con la llegada de los refugiados tenemos que poner chapas de seguridad en las puertas, reforzar ventanas, cuidar nuestras propiedades; eso es nuevo, nos estamos acostumbrados en Alemania. En Sajonia hay 6.5 % de extranjeros y el 27% de los presos en nuestras cárceles son extranjeros. En tono alarmista, Spangenberg afirma: “Ya hay registrados 160 mil actos criminales cometidos por extranjeros, pues son crímenes que sólo ellos pueden cometer como falsificar pasaportes o documentos. Cada criminal que dejemos entrar es un criminal de más”. --¿Los extranjeros son un peligro para los alemanes? --Peligro no, pero tenemos la sensación de que pueden llegar a serlo. En algunas de las ciudades grandes se forman gethos. Hay barrios donde los alemanes no entran porque tienen miedo y eso es algo nuevo para nosotros. Los extranjeros criminales andan armados con cuchillos. Los policías ya tienen que usar chalecos especiales que los protejan de las puñaladas. Los policías van ahora a cualquier evento armados con pistolas, eso nunca lo habíamos visto en Alemania. Los votantes de Alternativa por Alemania no son los pobres sino la clase media. --¿Qué opina su partido de las propuestas políticas de Donald Trump? --Nosotros no nos pronunciamos sobre la política norteamericana. Nos es muy lejana. --¿Pero es muy parecida a la de Alternativa por Alemania? --Estados Unidos es un país de inmigrantes, Alemania no, porque no tiene territorio suficiente. Ya tenemos 3 millones de desempleados alemanes y debemos atenderlos. --¿Qué opina el AfD del muro que Donald Trump quiere construir en la frontera con México para frenar la migración? --No va a servir. Estados Unidos es horrible. Estuve allá y no me gustó ¿Por qué los mexicanos quieren ir a vivir a Estados Unidos? Los mexicanos deben quedarse en México y arreglar las cosas aquí, votar por quienes cambien la mala situación económica. En el ámbito económico, el AfD tiene una postura neoliberal y contraria al Estado benefactor y entre otras cosas, exige que la edad penal baje a los 12 años. Miedo --¿Por qué en Dresden, donde hay pocos extranjeros, hay partidos políticos tan xenófobos como el Patriotas Europeos Contra la Islamización de Occidente (Pegida) y Alternativa para Alemania (AfD)? --se le pregunta a Marcus Rind, director y fundador de la Orquesta Sinfónica de Dresden. --Me parece que aquellos que tienen poco contacto con extranjeros, temen a lo desconocido. Tienen miedo de que alguien le quite algo o les haga algo, lo cual es verdaderamente absurdo. El artista de Dresden explicó a Apro que con la llegada de los refugiados, nadie perdió su trabajo ni sus subsidios sociales, y que incluso fue sorprendente el apoyo a los refugiados de forma voluntaria, generosa y solidaria por parte de la población. El arreglista y compositor no ve que los refugiados sean una carga para Alemania, a diferencia de otros países, ni que tampoco sea un problema ayudarlos. Según las cifras oficiales, por cada diez alemanes, hay un refugiado. El activo promotor cultural considera que los grupos de la ultraderecha buscan una respuesta fácil a los problemas, así como un chivo expiatorio. En los años treinta fueron los judíos, actualmente son los migrantes mexicanos en Estados Unidos o los refugiados sirios en Alemania. Pegida y AfD tienen el mismo discurso que Donald Trump. Además, según el compositor, parte de la campaña racista y xenófoba es afirmar que el Islam es sinónimo de terrorismo. “Lo grave es que se manipulan los miedos y la ignorancia de la gente con tanto éxito. Muchos votan por ellos”, comenta. El maestro Rind, que tiene diversos proyectos con músicos mexicanos, como el Cuarteto Nuevo Saxofón MX, afirma orgulloso: “Nuestra orquesta sinfónica es la antítesis de Pegida o de Alternativa por Alemania; es la muestra fehaciente de que los extranjeros no son un peligro, sino todo lo contrario. Nosotros, en cada concierto, mostramos la maravillosa música que se puede producir con la fusión cultural”. Y agrega: “Siempre hemos sido una orquesta multinacional. Tenemos músicos invitados de todo el planeta. Nuestro próximo proyecto musical es con los gitanos, un grupo muy estigmatizado”. La Sinfónica de Dresden en 2015 presentó una obra en Berlín en homenaje a las víctimas del genocidio armenio de 1905. El gobierno turco se enfureció y le exigió a la Unión Europea que le retirara todo el financiamiento y que la música no se volviera a interpretar. Fue tal la presión de Ankara, que el texto de la obra fue borrado de la página de internet. Rind y sus músicos llevaron el caso a la prensa internacional. “Estalló el escándalo. El público nos apoyó y nos volvimos famosos”, narra divertido el artista. Los seguidores de Pegida en varias noches hicieron mítines en la explanada del edificio de la Opera de Dresden lanzando consignas xenófobas. Los músicos apagaron las luces dejándolos a oscuras. Los manifestantes se quejaron de que se les acotaba su libertad de expresión. Los músicos respondieron que apagando la luz ellos ejercían su libertad de opinión.

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