Lituania: el miedo a Rusia
VILNA, Lituania (apro).- El pasado 13 de junio la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) envió cuatro batallones multinacionales a Estonia, Letonia, Lituania y Polonia.
Y es que, tras la anexión de Crimea por parte de Rusia, los países bálticos y Polonia se mantienen en alerta.
“Rusia es capaz de invadirlos antes de que las tropas de la OTAN puedan llegar y defenderlos. Las tropas rusas pueden someter las capitales de los países bálticos en un plazo de 36 a 60 horas“, declaró el general estadunidense Ben Hodges al diario alemán Die Zeit, el pasado 23 de junio tras los ejercicios militares de la Alianza Atlántica en Polonia.
El canciller ruso, Serguéi Lavrov, reaccionó de inmediato a la aprobación de la movilización de tropas y en conferencia de prensa afirmó que algunos países de la OTAN inflan hasta la histeria el mito de la amenaza rusa. "Es una guerra informativa. Lo vemos y lo entendemos“, pero Moscú no va a "responder a la histeria con histeria", agregó.
Lavrov dijo a Rusia Today que la OTAN sabe que Rusia nunca atacará a ningúno de sus países miembros y senaló que la supuesta amenaza rusa es un pretexto para desplegar en el este de Europa más equipo y batallones.
Los principales medios europeos han seguido puntualmente el ping pong de declaraciones de ambos bandos. La OTAN desplegó cuatro batallones, con mil elementos cada uno a los países bálticos y Polonia. Los soldados son canadienses, alemanes, ingleses y estadunidenses. Las operaciones están a cargo de Estados Unidos.
Como en la Guerra Fría
“No es nuevo que haya tropas de la OTAN en los países bálticos. Los soldados que ya llegaron están en rotación y en constante movimiento“, dijo a Apro William M., un diplomático estadunidense que trabajó en la embajada de su país en Moscú durante 20 años y que prefiere omitir su apellido.
“No creo que las tropas norteamericanas se queden de manera permanente en los países bálticos. La presencia de los soldados de la OTAN no se nota como antaño. No los ves en las calles. Sin embargo, participan en obras de caridad. A principios de 2016, organizaron eventos deportivos con los huéfanos lituanos y jugaron basquetbol con ellos. Uno de los oficiales que participaron es un estadunidense de origen lituano y sirvió como traductor. Los pilotos italianos también fueron al orfanato; llevaron su equipo para mostrarlo a los niños y permitieron que ellos se pusieran los cascos, las máscaras de oxígeno que usan a gran altura y les mostraron cómo se dobla un paracaídas“, narra el diplomático que vivió en la Unión Soviética en la época de la Guerra Fría .
La conversación transcurre a 40 kilómetros de la frontera con Bielorusia. Son las diez de la noche y aún hay luz de día, pero en invierno amanece a las nueve de la mañana y el sol desaparece a las cuatro de la tarde.
William continua con su relato: “El 14 de julio de 2015 fui invitado a la celebración del Día Nacional de Francia y dos aviones Mirage sobrevolaron a muy baja altura la residencia del embajador galo en Lituania, quien le dijo al embajador ruso presente en la fiesta: ‘Espero que haya disfrutado el espectáculo de hoy‘“, recordó sonriente William en referencia a que los sobrevuelos son una manera de demostrar que la OTAN está presente. Se les ve desde cualquier punto de Vilna.
Las calles que comunican el cuartel de la OTAN con diversos puntos de la capital de Lituania están siendo reparadas para que las tropas se desplacen con rapidez.
--¿Qué motivo tendría Rusia para invadir a los países bálticos?
--Para tener acceso a Kaliningrad Oblast (por 700 años territorio alemán llamado Königsberg, hasta 1946), responde William, quien también es analista político.
Explica: “Basta con mirar el mapa para darse cuenta de que las tropas rusas tienen que dar un rodeo enorme para llegar Kaliningrad, que es un puerto, enclave estratégico entre Polonia y Lituania. Kaliningrad es territorio ruso sin fronteras directas con Rusia. Cuando Lituania era una república soviética, pasaban directamente por ahí sin problema, pero con la independencia de los bálticos ya no. Si los rusos recuperan Lituania, tendrán acceso directo“.
En contraste, analistas que afirman que si Kaliningrado hubiera sido una prioridad, Rusia habría invadido Lituania antes de que ésta ingresasa a la OTAN. La importancia estratégica de esta zona es clara: puede convertirse en un muro que separaría a los países bálticos de Polonia y de la parte occidental de Europa.
El síndrome pos-soviético
Vilna, la capital de Lituania tiene un centro histórico medieval considerado por la UNESCO como patrimonio de la humanidad, donde lo que más abundan son iglesias. Mientras más lejos del centro, más soviética se vuelve la arquitectura.
Los lituanos, los estonios y los letones rompieron con su pasado reciente y tienen lo que ellos mismos llaman el sindrome pos-soviético. En Vilna se deshicieron de todas las estatuas de Lenin y erigieron un monumento a Frank Zappa.
Los bálticos entraron a la OTAN en 2004. También son miembros de la Union Europea y en el 2015 adoptaron el euro como moneda. Están muy contentos de pertenecer a la OTAN porque --según ellos-- eso impide que Rusia los agreda, como lo hizo con Ucrania, que no es miembro de la Alianza Atlántica.
--¿Es Rusia un peligro real para los países bálticos?
--Letonia, Estonia y Lituania así lo sienten debido a su historia. La anexión de Crimea y los problemas en Ucrania los pusieron muy nerviosos--, responde el diplomático estadunidense que decidió quedarse a vivir en Vilna.
“Ellos ven al expansionismo ruso como una verdadera amenaza. Muchas personas huyeron de Ucrania y vinieron a refugiarse a Lituania. Algunos provienen de la zona directamente afectada por el conflicto armado“, relata el diplimático, experto además en lengua y cultura rusa.
“Lituania ha estado muy activa en el apoyo a Ucrania en el conflicto con Rusia. No es un país rico ni tiene un ejército poderoso. Aún así ha enviado armas a Ucrania en un gesto muy simbólico y solidario“, subraya.
Xenia Kiselevaes una ucraniana residente en Vilna. Comenta que los lituanos son solidarios y la tratan con compasión. “A a sus ojos, los ucranianos somos víctimas del gobierno ruso tal como ellos lo pueden ser también. Me siento muy bien en Lituania y le tengo una gran gratitud por la manera en que me ha acogido. Aún no hablo lituano, lo estoy aprendiendo, y a pesar de que me comunico en ruso, nadie me maltrata o me discrimina“, comenta.
Lengua y ciudadanía
--Hay muchos residentes rusos en Estonia, Lituania y Letonia. ¿Cómo es la convivencia entre ellos y la población báltica?
--Cambia de país a país –responde William--. Por ejemplo, en Lituania hay muy pocos residentes rusos y son menos de 6% de la población y no representan ninguna amenaza; en cambio en Estonia son el 30%. En Letonia entre 40 y 46% son rusos, y si ellos mantienen sus lealtad a Rusia, entonces pueden respresentar una amenaza para los países bálticos que son muy pequeños.
Cuando Lituania obtuvo su independencia de la Unión Soviética en 1991, concedió la ciudadanía a todos los que residían en su territorio, incluso a los rusos que no hablaban lituano. En contraste, Letonia y Estonia instituyeron leyes que negaban la ciudadanía a quienes no hablaran las respectivas lenguas. De esa manera, los rusos que llevaban toda su vida en aquellos países pero que nunca aprendieron la lengua, no pudieron convertirse en ciudadanos. Eso creó un enorme resentimiento. Los llamados etno-rusos se quejaron en instancias internacionales de ser objeto de discriminación.
Los rusos en Letonia pidieron que se hiciera un referendum en febrero del 2012 para que el ruso fuera también idioma oficial y el 75% de los letones votó en contra.
Ahora en Lituania un requisito sine qua non para obtener la ciudadanía es aprender la lengua y pasar todos los exámenes en lituano. En Vilnius se habla lituano, ruso e inglés (que aprenden los ninos y jóvenes en la escuela), a diferencia de Kaunas, la segunda ciudad en importancia, donde sólo se habla lituano.
“Yo soy lituano y aún me expreso mejor en ruso que en el idioma de mis ancestros, pero me esfuerzo en aprender esta lengua que es lo que nos da identidad. Este país, desde el inicio de los tiempos, fue una provincia polaca o rusa. Esta es la primera vez en la historia que tenemos una independencia real y una identidad nacional. Lituania siempre ha sido invadida, por eso su nacionalismo es tan nuevo, vigoroso y defensivo“, afirma a Apro el fotógrafo Tomas Griskevicius, que es famoso por ir a zonas en guerra en bicicleta.
Los lituanos, añade, “estamos en plena búsqueda de una identidad. La independencia del país apenas tiene 20 años. Somos 3 millones de lituanos y si no cultivamos la lengua, desaparecerá“.
La presencia rusa en los países bálticos se concentró en las ciudades. Las zonas rurales han sido desde siempre habitadas por los pueblos originarios. En las ciudades hay más interacción con los rusos. La ironía es que hay muchísimos turistas rusos en la región báltica y quien habla ruso tiene una ventaja sobre el que no lo habla. Además, hay muchas transacciones comerciales con las exrepúblicas soviéticas y con la misma Rusia.
A raíz de las agresiones de Rusia contra Ucrania, Lituania instauró el servicio militar obligatorio. Ante ellos muchos jóvenes optaron por irse al extranjero en lugar de convertirse en conscriptos. William M. afirma que una quinta parte de la población ha emigrado en los útimos 20 años por razones econmóicas y, tras la anexión de Crimea a Rusia, muchos lituanos entraron en pánico y buscaron por todos los medios salir del país.
El gobierno lituano repartió folletos dando instrucciones a la població sobre qué hacer en caso de una invasión. Además patrocinó la formacion de grupos paramiliatres que se llaman Unidad Lituana de los Hombres con Rifle. “Estos civiles armados tienen entrenamiento militar e incluso se les permite tener armas en sus casas“, subraya el diplomático.
Agrega: “Eso es jugar con fuego. Estoy en contra del acceso de los ciudadanos a las armas, sobre todo si son rifles de asalto militares. Hay que ver lo que pasa en Estados Unidos. El hecho de que cualquiera pueda andar armado legalmente es una de las razones por las que no quiero regresar a Estados Unidos“.
No es la primera vez que los lituanos tienen grupos de civiles armados. En 1940 la Unión Soviética invadió y anexó a Lituania. Un año después llegaron las tropas nazis que al principio fueron vistas como liberadoras, y tuvieron el apoyo de la guerrilla lituana para replegar a los soviéticos y así conseguir la independencia del país, pero ese no era el plan de los nazis. La administración alemana y las organizaciones de civiles armados de corte fascista, como Lobo de Hierro, colaboraron en la liquidación de cientos de miles de judíos lituanos.
Actualmente se resalta en este país la resistencia antisoviética, pero poco se habla de su participación en el Holocausto y de que algunos de sus partisanos fueron colaboradores de los nazis.