Túnez: A cinco años de la caída de Ben Alí, el viejo régimen se mantiene

viernes, 15 de enero de 2016 · 13:14
MÉXICO, DF (apro).- Hace exactamente un año con un mes, tres camionetas se dirigían al Palacio Presidencial de Túnez para entrar en su archivo y escudriñar en los papeles que contienen información de las seis décadas que abarcaron las dictaduras de Habib Bourguiba (1957-1987) y Zine Abdine Ben Alí (1987-2012). Eran los días del cuarto aniversario de la inmolación de Mohamed Bouazizi, hecho que detonó la caída de Ben Alí y la posterior revolución que se extendió por casi todo el Medio Oriente y el Norte de África. Túnez había elegido como presidente el 22 de diciembre del 2014 a Béji Caïd Essebsi, canciller en tiempos de Bourguiba y presidente de la Cámara de Diputados en tiempos de Ben Alí, el cual tuvo que huir del país rumbo a Arabia Saudita el 14 de enero de 2011. Cuando las tres camionetas viraban por las ruinas de la antigua Cártago, una línea de guardias presidenciales las detuvo. Los integrantes de la recién estrenada Comisión por la Verdad y la Dignidad (TDC por sus siglas en inglés), quienes venían a bordo de los vehículos, mostraron el permiso que teóricamente les daba acceso a los archivos ocultos de la dictadura de acuerdo con la Ley de Justicia Transicional, pero aun así no pudieron pasar. Anouar Moalla, director de comunicación de la TDC, cuenta a Apro que si bien ya interpusieron una demanda en contra de los oficiales que les negaron el acceso al archivo; después de un año todavía esperan llegar a un acuerdo con la presidencia para poder realizar su trabajo. El trabajo para recopilar archivos de lo que ocurrió en Túnez antes y durante la revolución árabe ha sido difícil, revela Moalla. Si bien la TDC estudió los casos de más de 40 comisiones del mismo tipo en todo el mundo, en particular la de Sudáfrica, no esperó tal oposición de las instituciones y de los medios masivos, los cuales “permanecen en manos de grupos empresariales que tienen ligas con el viejo régimen”. The Guardian realizó un reportaje el 11 de septiembre pasado en el que relata cómo tachan de “prostituta” y “espía” en los diarios a la directora de la TDC, Sihem Bensedrine. Con la elección de Essebsi, la TDC vio su trabajo bajo peligro, pues la Ley de Reconciliación Nacional atentaba directamente contra su trabajo, ya que otorgaba a los hombres de negocios y políticos ligados a Ben Alí el perdón si confesaban su culpa y devolvían lo robado. Después de las protestas multitudinarias bajo la consigna “Mnich Msameh” (no perdono), la ley quedó congelada en el parlamento. Hasta este enero, la TDC recaudó ya alrededor de 22 mil expedientes. Moalla adelanta que casi la mitad pertenece a casos de corrupción. Durante el régimen de Ben Alí, 220 compañías pertenecían a sus familiares y amigos. Después de la caída del presidente, el Banco Mundial (BM) dijo que sus empresas controlaban 21% de las ganancias del sector privado del país. El reportaje de Al Jazeera del 27 de marzo de 2014 titulado Revelar la corrupción en Túnez bajo Ben Alí dice que a pesar de que el exdictador ya no está en Túnez, las reglas económicas y los permisos que beneficiaban a su familia se mantienen. Pero son los casos de tortura y violencia sexual los más polémicos. De acuerdo con el primer informe de actividades de la TDC, publicado en septiembre del 2015 y que define su meta como la “guía de la búsqueda de la verdad en Túnez”, organizaciones de víctimas esperan que su trabajo arroje números aproximados sobre el caudal de asesinatos y desapariciones durante las dos últimas dictaduras, como ocurrió después de los regímenes militares de Chile y Argentina. La TDC anunció que las audiencias de las víctimas comenzarán dentro de dos meses, aunque no todas serán difundidas por los medios de comunicación para resguardar la integridad emocional de las víctimas de las dictaduras. El presidente Essebsi (y la propia TDC) insisten en que la transición en Túnez debe basarse en la “reconciliación” mediante el arbitraje. Moalla detalla que sólo algunos casos ejemplares llegarán a cortes especializadas por delitos durante el mes que duraron las protestas. El abogado independiente Taoufik Bouberbala estimó en 338 el número de personas asesinadas en las protestas. El 60% murió por heridas de bala. Menos de una decena de policías y oficiales fueron encarcelados por estos asesinatos. El texto Lenta justicia para las víctimas de tortura publicado por AFP en octubre de 2014 ya resaltaba que sólo 250 casos de tortura estaban ante cortes antes de la creación de la TDC. La cabeza del sistema La directora de la TDC Sihem Bensedrine dijo a The Guardian en septiembre de 2015 que su comisión se encontraba bajo ataque del “Estado profundo” que mantenía estructuras e intereses de los tiempos de Ben Alí y Burguiba. Todos los entrevistados por Apro coincidieron, por separado, en que diversos políticos de tiempos de los dos dictadores regresaron al poder, principalmente en las pasadas elecciones. También opinan que en Túnez persisten la corrupción, el nepotismo y la pobreza. “La cabeza del sistema se fue, pero el sistema completo sigue ahí” escribe la bloggera candidata al Nobel en 2012, Lina Ben Mhenni, en un correo mandado a Apro a propósito del quinto aniversario de la caída de Ben Alí. Ningún ministro de la época de Ben Alí ha pisado prisión. Una ley que en 2012 prohibiría la entrada de políticos ligados a Ben Alí a las elecciones fue desechada por el Partido Islamista Ennahada, el cual apelaba también a la reconciliación. Si bien Essebsi es el mayor ejemplo, otros como Kamel Morjane (viejo canciller, quien se disculpó por servir bajo la dictadura), Abderrahim Zouari (ministro de Transporte arrestado, acusado de corrupción y luego liberado y candidato presidencial en 2014) y Mondher Zenaidi (ministro de Salud, quien huyó después de la revolución y regresó en 2014 para competir en la elección presidencial) continúan activos en la vida política de su país. El partido Nida Tounis, fundado por Essebsi en 2012, tiene exintegrantes de la Agrupación Constitucional Democrática de Ben Alí. “Si las mismas personas que ya estuvieron en el poder no fueron juzgadas, ¿por qué cambiarían su comportamiento?”, pregunta Nadia Khiari, caricaturista famosa creadora del gato Willis. La caricaturista, quien tuvo problemas para publicar cuando los islamistas estuvieron en el poder en 2012, resalta que las leyes sobre atentados contra la moral y contra la homosexualidad se mantienen vigentes. Túnez mantuvo la pena de muerte. Sus legisladores decretaron la ley 2011-88, mediante la cual se puede disolver cualquier asociación si es sospechosa de terrorismo. Incluso, la nueva Constitución también tiene un estatuto que prohíbe los “ataques a lo sacro” y lo “difamatorio”. En el reportaje Túnez: Entre el Nobel, el terrorismo y los vicios de la dictaduraAprodio cuenta de las violaciones a los derechos humanos durante el estado de emergencia que duró de julio a octubre de 2015 y llevó a un número indeterminado de personas a la cárcel. De acuerdo con el informe general de 2014 de Human Rights Watch (HRW), la tortura y los malos tratos son ”rampantes” en Túnez a pesar de la creación de una Autoridad Nacional especial para el caso. A partir de la aprobación de la Ley Antiterrorismo este 24 de julio, se anuló el derecho a asistencia legal durante los interrogatorios. Si bien la TDC tiene comités de reparación del daño, rehabilitación, investigación, preservación de la memoria y un comité de mujeres, los casos de tortura que ocurren a diario en Túnez ya no le competen y no los atiende. De acuerdo con Moualla, la comisión tiene una limitación de tiempo para investigar lo que va de julio de 1955 a diciembre de 2013, aunque puede lanzar recomendaciones que pueden vetar reformas institucionales que atenten contra “la preservación de la memoria nacional”. Revolución confiscada “Como tunecina que tomó parte en la revolución, tengo el sentimiento de que el movimiento fue confiscado y traicionado”, escribe Ben Mhenni. No es la única. Varios residentes de Sidi Bouzid dijeron a la cadena árabe de noticias Al Jazeera, en el reportaje Se extinguen las llamas de la Primavera Árabe, publicado el 17 de diciembre pasado, que la revolución iniciada hace cinco años en la ciudad natal de Bouazizi no ha cumplido con sus expectativas de empleo y justicia. "La juventud en Sidi Bouzid siente que fue excluida, ignorada, marginada”, refiere un joven local a Al Jazeera. Cientos de tunecinos desaparecieron desde el 2012 en las costas del mar Mediterráneo. Al menos 2 mil 400 tunecinos, la mayor parte jóvenes, engrosan las filas del Estado Islámico (EI), declaró el ministro del interior Lofti ben Jeddou en 2014. En el cuarto aniversario de la revolución, el Pew Research Center publicó una encuesta titulada “La confianza de Túnez en la democracia mengua”, en la que 51% de las personas opinaba que la transición dejó al país peor de lo que estaba. Incluso, existe en línea un documental titulado siete vidas que muestra cómo sectores de la sociedad tunecina reviven el culto a Ben Alí y su esposa Leila Trabelsi, e insisten en que si el exdictador regresara a Túnez votarían por él. “Este viaje debe continuar, si bien no podemos cambiar en cinco años el sistema, tampoco es opción volver atrás”, opina Khiari. Sobre el gobierno hoy, considera: “Esperamos que tengan el coraje para reformar el sistema de seguridad, Poder Judicial, defender los derechos de la mujer, erradicar la corrupción”. Aunque finaliza con ironía: “Esperamos muchas cosas, pero por lo que veo que está pasando ahora, creo que puedo esperar mucho tiempo”.

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