Gran Bretaña: El imperio de Murdoch, en el banquillo
LONDRES (apro).- El imperio mediático del magnate australiano Rupert Murdoch vuelve a estar en el banquillo de acusados: el pasado 28 de octubre inició en Londres el juicio a los experiodistas y directivos del ahora cerrado dominical News of the World, tras el escándalo de las escuchas telefónicas ilegales que sacudió al mundo político y periodístico de Gran Bretaña.
La causa judicial, una de las más notorias en Gran Bretaña en años y que comenzó en la histórica Corte de Old Bailey, tiene como protagonistas a Rebekah Brooks, exdirectora ejecutiva del conglomerado News International, y Andy Coulson, exeditor del News of the World y antiguo jefe de comunicaciones de Downing Street hasta su renuncia en 2011.
Brooks y Coulson, ambos de 45 años, enfrentan cargos por conspirar con otros para "pinchar" teléfonos celulares privados, delito por el que enfrentan años en prisión.
Los dos acusados se presentaron el lunes en los tribunales londinenses, donde también enfrentan cargos por sobornar a empleados públicos.
El juicio a ocho experiodistas y directivos del News of the World comenzó con la elección del jurado, nueve mujeres y tres hombres, y en medio de un gran interés de la prensa local debido a la repercusión que podría tener en el mundo periodístico.
La causa, a cargo del juez John Saunders, evaluará a fondo las actividades del dominical antes de su cierre en julio de 2011 y luego de recibir denuncias por escuchas telefónicas ilegales a la niña asesinada Milly Dowler.
El escándalo hizo tambalear de lleno al establishment británico y puso en peligro al imperio multinacional de Murdoch, News Corporation.
La polémica dejó además al descubierto vínculos estrechos entre los directivos de los medios y muchos políticos de alto rango en el Reino Unido, principalmente la relación entre Murdoch y los exprimeros ministros laboristas Tony Blair y Gordon Brown.
También provocó que el actual mandatario David Cameron lanzara una polémica reforma de la ley de medios, con el fin de imponer mayores controles a los periodistas y multas multimillonarias a aquellos periódicos que violen las normas en la materia.
"Este juicio está relacionado con las acusaciones de comportamiento criminal en los periódicos News of the World y The Sun, que precedió el cierre del News of the World", declaró el juez Saunders en el inicio de la causa y ante una sala repleta de reporteros y fotógrafos.
"Es un caso importante. El juicio que comienza llevará un periodo considerable, podría durar hasta las Pascuas (hasta seis meses)”, agregó el magistrado.
Saunders pidió a los miembros del jurado ignorar cualquier información publicada previamente en los medios de prensa y decidir el caso sólo con base en la evidencia presentada en la corte.
Por su parte, el fiscal a cargo de la causa, Andrew Edis, sostuvo que el juicio involucra otros aspectos de la prensa, y no sólo las escuchas telefónicas ilegales.
Edis explicó a los miembros del jurado que el News of the World contrató al detective privado Glenn Mulcaire para realizar las escuchas telefónicas y de esa forma proveer de información para que el semanario publicara jugosas primicias.
También indicó que empleados públicos, incluidos custodios de prisiones, soldados y agentes de seguridad del Palacio de Buckingham —la residencia oficial en Londres de la reina Isabel II—, vendieron información al News of the Word y al Sun, lo que es considerado delito grave en el Reino Unido.
El fiscal indicó que en uno de los casos, Brooks aprobó pagar cerca de 40 mil libras esterlinas (unos 65 mil dólares) para obtener información confidencial de un empleado del Ministerio de Defensa en Londres, con el fin de ser utilizada para difundir primicias en el dominical.
Brooks había sido editora del semanario entre 2000 y 2003, antes de ser editora del Sun, la primera mujer en ocupar ese cargo en el diario más vendido del Reino Unido. Poco después y en una carrera meteórica, logró subir al frente del grupo News International y convertirse en la mano derecha de Murdoch en el Reino Unido.
Su ascenso le generó muchos enemigos en el mundo periodístico británico, principalmente de otros tabloides rivales, como el Sunday Mirror, el Mail on Sunday y el Sunday Express.
La pelirroja directiva está acusada de haber ordenado interceptar comunicaciones telefónicas privadas entre octubre de 2000 y agosto de 2006, principalmente accediendo a la casilla de mensajes telefónicos de al menos 600 celebridades, políticos, deportistas y víctimas de delito y terrorismo, así como también de miembros de la “familia real” británica.
Brooks está acusada además del delito de prevaricato, por intentar destruir evidencia comprometedora en las oficinas de News International. La directiva enfrenta una pena de hasta 10 años en prisión en caso de ser hallada culpable.
Por su parte, Coulson y Clive Goodman, este último exeditor de temas de realeza del dominical, enfrentan dos cargos cada uno por conspirar para sobornar a empleados públicos, incluidos policías y empleados de varios ministerios.
Ian Edmondson y Stuart Kuttner, exjefe de noticias del diario y el editor general de la publicación, respectivamente, están acusados de conspirar para obtener escuchas telefónicas ilegales.
Los otros tres acusados en la primera parte del juicio son el esposo de Brooks, el empresario de caballos de carrera Charlie Brooks; su exasistente personal en News International, Cheryl Carter, y Mark Hanna, el jefe de seguridad de la compañía. Todos ellos están acusados junto a Brooks del delito de prevaricato.
Scotland Yard había lanzado una amplia investigación en enero de 2011 por las actividades ilegales del News of the World y desde entonces detuvo a más de 125 personas —la mayoría de ellos periodistas, reporteros y editores del semanario—, de las cuales unas 40 fueron acusadas formalmente.
Además de los periodistas acusados que serán juzgados en la causa iniciada en la Corte de Old Bailey, la policía británica evalúa también formular cargos por delitos corporativos contra el emporio mediático de Murdoch en Gran Bretaña, que incluye a los periódicos The Times y Sunday Times, como también a la cadena satelital Sky.
La causa se abrió meses después de la investigación encabezada por el juez Brian Leveson, presidente de comisión que investigó sobre la ética periodística tras el escándalo de las escuchas.
Para su investigación Leveson llamó a declarar bajo juramento a 470 testigos a lo largo de 102 jornadas de audiencias orales. El juez revisó además unos 6 mil folios de testimonios y opiniones de los protagonistas de la saga: víctimas de las intercepciones telefónicas o del acoso de la prensa, reporteros y directores de periódicos, propietarios de medios, políticos y policías.
En las conclusiones del informe, Leveson recomendó la sustitución del sistema actual de autorregulación por un corsé legislativo que debe amparar tanto la libertad de prensa como el derecho a la privacidad.
También recomendó reforzar la actual Comisión de Quejas a la Prensa, con la adopción de un rígido código de conducta y multas considerables a los infractores, y crear una nueva comisión reguladora, independiente de los propietarios de rotativos.
Las recomendaciones dieron pie a la nueva ley de medios, que el pasado miércoles 30 de octubre recibió la aprobación de Isabel II como Carta Orgánica, a pesar de un pedido de amparo de los medios para demorar la decisión.