Altos Hornos de México

La empresa Altos Hornos de México es declarada en quiebra

Acumulaba una historia de tres décadas de altibajos y cuando menos cuatro años de una crisis que se fue profundizando por diferentes factores desde que, a finales de mayo de 2019, fue detenido en España el presidente del consejo de administración de la empresa, Alonso Ancira.
jueves, 7 de noviembre de 2024 · 12:09

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Un juez federal declaró en quiebra a Altos Hornos de México (AHMSA), empresa que fue propiedad de Alonso Ancira quien fue procesado por la compraventa irregular de la planta de fertilizantes Agronitrogenados.

Con ello, la empresa, que llegó a ser la metalúrgica más grande de América Latina, deberá ser vendida para empezar a pagar las deudas acumuladas, primero con los trabajadores que deberán ser liquidados; acreedores privilegiados y, finalmente, acreedores comunes.

La sentencia fue emitida por el juez Segundo de Distrito en materia de Concursos Mercantiles con residencia en la Ciudad de México y jurisdicción en toda la República Mexicana, Saúl Martínez Lira.

“Se declara de plano el estado de quiebra de la comerciante Altos Hornos de México, Sociedad Anónima Bursátil de Capital Variable”, señala el fallo. 

“Se ordena al síndico que proceda a la enajenación de los bienes y derechos que integran la Masa, en términos de los artículos 197, y siguientes de la Ley de Concursos Mercantiles, procurando obtener el mayor producto posible por su enajenación, a fin de hacer pago a los acreedores”. 

Con la venta de los bienes de la empresa, 17 mil empleados deberán recibir su liquidación.

Además, AHMSA mantiene pendiente una deuda con Petróleos Mexicanos (Pemex) por 216 millones de dólares por concepto de reparación del daño por la compraventa de Agronitrogenados.

Dicha deuda es la esencia del acuerdo reparatorio que firmó Ancira con la Fiscalía General de la República (FGR) para cancelar el proceso en su contra por operaciones con recursos de procedencia ilícita por el caso Agronitrogenados.

En el acuerdo, Ancira se comprometió a cubrir el monto total en tres pagos, con miras a concluir en noviembre de 2023.
Sin embargo, el año pasado solicitó una prórroga de un año debido a que la empresa entraría en una etapa de reestructuración con la posibilidad del ingreso de capital extranjero.

En consecuencia, este mes de noviembre el empresario debería pagar el monto final de 112 millones 497 mil 990 para evitar ser encarcelado nuevamente o bien, podría solicitar una segunda prórroga con base en el proceso de liquidación en el que acaba de entrar AHMSA.

Debacle económica

Apenas en julio, Altos Hornos de México informó que el Tribunal Federal Laboral de Asuntos Colectivos, con sede en la Ciudad de México, notificó a la empresa y al Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, el legal estallamiento de huelga en la Unidad Hércules de su subsidiaria Minera del Norte (Minosa), derivado de supuestas violaciones al contrato colectivo de trabajo.

La empresa acumulaba una historia de tres décadas de altibajos y cuando menos cuatro años de una crisis que se fue profundizando por diferentes factores desde que, a finales de mayo de 2019, fue detenido en España el presidente del consejo de administración de la empresa, Alonso Ancira.

Al frente de AHMSA, Ancira acababa de salir apenas en 2016 de la peor suspensión de pagos que haya vivido alguna empresa en México y sus acreedores dentro y fuera del país. El origen de las crisis recurrentes se remonta a la privatización de 1991, cuando el gobierno de Carlos Salinas de Gortari aceptó la oferta que Ancira y su socio, Xavier Autrey, hicieron por 145 mil millones de pesos.

La acerera fue proyectada en el sexenio de Lázaro Cárdenas e inaugurada en 1942 en Monclova por la empresa estadunidense The American Rolling Company (ARMCO) en sociedad con el Estado, a unos 200 kilómetros de la frontera con Texas y buenas comunicaciones a los yacimientos de fierro de Cerro de Mercado Durango y, más tarde, Hércules, así como a poca distancia de la región carbonífera coahuilense.

Los vaivenes propios de las malas administraciones paraestatales y algunos conflictos sindicales, acentuados en los ochenta, la colocaron en la vorágine privatizadora del salinismo que la desincorporó por los mencionados 145 mil millones de pesos. Pero los fondos no eran propios y la dupla Ancira-Autrey contrajo una deuda, que para 1999 fue insostenible.

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