CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El presidente Andrés Manuel López Obrador pronosticó que México va a crecer a una tasa promedio anual de al menos 3 por ciento hasta 2024, pero no será “cero crecimiento”; insistió en que uno de los temas que deberán atender para los siguientes meses es que la inflación no aumente.

Durante la última conferencia del año, el mandatario federal expuso que este pronóstico permitirá levantarse de la caída que se tuvo durante la pandemia, además de otros indicadores económicos.

El mandatario federal agregó que “vamos a tener crecimiento, aunque sea un poco más del 1 por ciento anual durante nuestro gobierno. Esto no es poca cosa para esa caída de 17.8 por ciento, que no se veía desde 1933. Esto es lo que produjo la pandemia”, dijo.

Consideró que México tiene una ventaja adicional “que tiene que ver con lo cuantitativo, crecimiento y nosotros estamos poniendo el énfasis en el desarrollo que tiene que ver con la distribución. Puede ser poco crecimiento pero con una mejor distribución del ingreso, de la riqueza”.

El presidente dijo que este hecho significa mejorar las condiciones de vida “de los de abajo” y se comprobará que la gente con menores ingresos se beneficia más con sus políticas de gobierno.

Además de que se han priorizado las grandes obras de infraestructura para que se genere empleo y programas de bienestar “para los pobres”, lo cual calificó de una estrategia completamente nueva.

El mandatario federal expuso que se registró la creación de un millón de empleos, con ingresos promedio de 14 mil 768 pesos de salario, lo cual consideró es “el mayor número de empleos desde que se tiene registro”.

Enseguida expuso los datos de crecimiento de varios países y comentó que “estamos en un mundo raro porque para que China tenga 3.9… sus crecimientos eran del 10. Estamos enfrentando una crisis mundial en lo económico: primero la pandemia y luego la guerra. Colombia, que nos da mucho gusto que se esté recuperando”.

También con números favorables señaló a Canadá, Estados Unidos, Italia, Portugal, Brasil, Corea del Sur, Alemania, España, Bélgica y Francia; y con decrecimiento, entre otros a Austria, Turquía, Reino Unido y Japón.

En torno a las remesas también celebró que el año pasado se obtuvieron 51 mil 586 millones de dólares y hasta enero de 2022 hubo 53 mil 125 millones de dólares, que al finalizar el año se prevé puedan llegar a estar “muy cerca” de los 60 mil millones de dólares: “es la principal fuente de ingresos de nuestro país”.

Este beneficio, dijo, llega a 10 millones de familias mexicanas; en promedio entre 6 y 7 mil pesos al mes, por familia.

“Muchas gracias a nuestros paisanos paisanas por este gran apoyo, porque con esto y con los programas de bienestar, que significa inyectar recursos para mejorar a la gente pobre, pudimos evitar que la gente no tuviese para lo básico durante la pandemia y pudimos evitar muchísimas cosas”, señaló.

El mandatario federal agregó que “esto nos dio tranquilidad, estabilidad, no hubo asaltos de comercios y se garantizaron los ingresos básicos para millones de mexicanos, sobre todo para la gente más humilde”.

En cuanto a la inflación, el presidente dijo “esto es algo que tenemos que cuidar, afortunadamente ya logramos una pequeña disminución. Fue clave tomar la decisión de mantener un subsidio a las gasolinas y al diésel porque aumentó el precio del petróleo crudo a 100 dólares el barril y teníamos un estimado de 60 dólares”.

Detalló que del excedente “decidimos usar una parte para destinar 15 mil millones de dólares a subsidiar el precio de la gasolina y el diésel. En el balance Pemex ganó aún con ese subsidio (…) No hace falta ser economista, todo mundo sabe que si aumenta el precio de la gasolina, aumenta todo”.

El aumento en la inflación, alertó, se utiliza como pretexto y genera “una espiral de aumento” en los precios de varios productos.

Celebró que se tomara esta decisión “heterodoxa que no tiene que ver con las fórmulas neoliberales”, que generó que México fuera de los pocos países en que la inflación no registrara un impacto en los precios de los combustibles que al país le significa 0.2 por ciento y a Estados Unidos, por ejemplo, 1 por ciento.

“Nosotros dónde tenemos dificultad es en los alimentos. En lo ortodoxo cuando hay inflación lo que hacen los tecnócratas es aumentar las tasas de interés, parar la economía. El chiste es que el carro camine sin calentarse. Nosotros tenemos un plan antiinflacionario”, indicó.

También destacó que en 40 años no se había dado un incremento al salario mínimo lo cual se puede medir con la cantidad, en kilos, que se pueden comprar de frijol o tortillas.

“Hemos cumplidos el compromiso que hicimos de que no iba a aumentar en términos reales el precio de los combustibles”, señaló.