CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Entre mayo de 2020 y mayo de 2021, año marcado por la crisis económica derivada de la pandemia de covid-19, que afectó a los más vulnerables, el precio de la canasta no alimentaria, que marca el umbral de la pobreza por ingreso, aumentó en un 6.8% en el medio urbano, y en un 6% en medio rural, es decir, por encima de la tasa de inflación que se situó en 5.9%, indicó el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

De acuerdo con las cifras del Coneval, desde el arranque del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, el valor de la canasta no alimentaria a nivel urbano pasó de 3 mil 427 pesos a 3 mil 717 pesos mensuales por persona, mientras que el costo de la canasta no alimentaria a nivel rural pasó de 2 mil 397 pesos a 2 mil 622 pesos mensuales por persona.

Con este monto, el Coneval estima que un hogar citadino puede destinar mil 778 pesos al mes por persona en alimentación, 217 pesos en transporte público, 97 pesos en gastos de limpieza, 183 pesos en cuidados personales, 365 pesos en la vivienda, 102 pesos en gastos de salud y 246 pesos en “educación, cultura y recreación”.

El valor de la canasta alimentaria, debajo del cual se considera que una persona se encuentra en pobreza extrema, subió por su parte en un 5.5% en el entorno rural y en un 5.3% en el urbano, para ubicarse en mil 360 pesos y mil 778 pesos mensuales por persona, respectivamente.