Economía
Inflación cierra 2020 con una tasa anual de 3.15%, la más baja de los últimos siete meses: Inegi
En enero, agregó el análisis, el rebrote del virus y las medidas para contenerlo implican riesgos al alza para los precios de alimentos.CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La inflación cerró diciembre con una tasa anual de 3.15%, la más baja de los últimos siete meses, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Al interior del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), la inflación subyacente se elevó 0.55%, para alcanzar una variación anual de 3.80% en el último mes de 2020.
Este tipo de inflación se obtiene eliminando del cálculo del INPC los bienes y servicios cuyos precios son más volátiles, o bien que su proceso de determinación no responde a condiciones de mercado.
La inflación no subyacente, que precisamente está integrada solo por los precios de los productos agropecuarios, energéticos y tarifas autorizadas por distintos órdenes de gobierno, tuvo un crecimiento anual de 1.18%.
Durante diciembre, los productos que más elevaron sus precios fueron la gasolina de bajo octanaje, gas doméstico LP, pollo, carne de res y carne de cerdo, además de la electricidad, los costos de la vivienda propia y los servicios turísticos en paquete.
En contraste, los que redujeron sus costos fueron la cebolla, jitomate, nopales, chile serrano, limón, tomate verde, calabacita y aguacate.
De acuerdo con el análisis del Banco Ve Por Más, la inflación anual cerró 2020 con su menor variación en siete meses y dentro del rango de tolerancia del Banxico, que es de 3% (+/- un punto porcentual), pero la moderación se explica en gran medida por los precios de bienes agropecuarios.
La inflación subyacente se presionó ante el rebote en mercancías, pese a la mayor debilidad en los servicios, acusando distorsiones del endurecimiento de los confinamientos en los últimos días del año pasado.
En enero, agregó el análisis, el rebrote del virus y las medidas para contenerlo implican riesgos al alza para los precios de alimentos, y a la baja para los de servicios; posteriormente, la inflación se mantendría limitada por una débil demanda y menor depreciación cambiaria.
“En el caso de los primeros, las personas demandarían más alimentos para ser consumidos dentro del hogar, y al mismo tiempo podrían volverse a agravar algunas obstrucciones en las cadenas de proveeduría de estos; en cuanto a los segundos, la menor movilidad y el temor al contagio limitarían su demanda, en especial por aquellos más dependientes de la interacción interpersonal”, señaló Ve por Más.