CIUDAD DE MÉXICO (apro).—La inflación presentó un incremento del 0.22%, alcanzando una tasa anual de 4.88% en la primera quincena de septiembre, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). En los primeros quince días del presente mes, los segmentos que más aumentaron sus costos fueron las colegiaturas para el preescolar, en 4.49%; la primaria, 4.14%; secundaria, 3.91%; el gas doméstico LP, 3.67%; el huevo, 2.25%; el alimento para mascotas, 1.51% y en menor medida, los costos de los automóviles, de la vivienda propia, de la universidad y de la gasolina de bajo octanaje, aunque esta última aumenta cada semana. En contraste, bajaron los precios de los servicios profesionales, la naranja, la electricidad, los servicios turísticos en paquete, los ejotes, televisores, la calabacita, entre otros. Al interior del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), la inflación subyacente, la cual incluye todas las mercancías, excepto aquellas que no corresponden a las condiciones del mercado como los productos agropecuarios, energéticos y tarifas del gobierno, tuvo un alza anual del 3.56%. Mientras que la inflación no subyacente, que sólo se integra por los productos antes mencionados, que además tienen la característica de que su precio es más volátil, se elevó 8.90% en la primera quincena de septiembre. De acuerdo con el último Anuncio de Política Monetaria, el Banco de México (Banxico) previó como riesgos para la inflación un alza en las presiones del peso frente al dólar por la incertidumbre en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte; además aumentos adicionales en los energético y productos agropecuarios. La inflación también ya prendió las luces de alarma de algunos sectores comerciales como la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) que este lunes afirmó: “Nuestra economía vive un momento de mar de fondo, de aparente calma, dejando entrever una gran tormenta. Si bien es cierto que algunos productos bajaron su precio, otros mantienen un alza constante y esto se debe principalmente al incremento del precio de las gasolinas (en más de 20 pesos por litro) que impacta los gastos de transportación de los productos; así como la devaluación del peso frente al dólar que encarece el costo de los productos que importamos para comer (granos, huevo, lácteos, carnes, embutidos, etc)”.