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¿En manos de qué médicos están las jugadoras de la Liga MX Femenil?

Una revisión al personal médico que labora en el futbol mexicano dejó al descubierto que la mayoría de quienes atienden a las jugadoras son médicos generales sin especialidad. La mala atención de una doctora novata se tradujo en que la futbolista Ana Campa perdiera la visión del ojo derecho.
domingo, 8 de septiembre de 2024 · 07:00

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Cuando la jugadora del León Ana Campa denunció públicamente en abril último que acusa un daño permanente en el ojo derecho debido a un balonazo que recibió en la cara durante un entrenamiento, sólo cinco de los 18 médicos —14 mujeres y cuatro hombres— que trabajaban en un equipo de la Liga MX Femenil contaban con la especialidad en medicina del deporte.

La doctora del equipo esmeralda a la que le tocó atender a Campa era una de ese universo de 13 que sólo se graduaron como médico cirujano. Se trata de Luz Pérez Villegas, quien cuando ocurrió el percance era, además, la doctora más novata de la Liga. En el León tuvo su primera experiencia en el futbol.

Esta información cobra relevancia dado que la jugadora mexicoestadounidense denunció la negligencia con la que fue atendida. La entonces zaguera del León contó que en septiembre de 2023 un balón le pegó muy fuerte en el rostro, lo cual provocó que se le rompieran los lentes de contacto que llevaba puestos. A pesar del dolor y de que acusaba problemas en la vista la atención que recibió por parte del staff médico fue ponerle hielo y la recomendación de tomar Ibuprofeno, según narró en una entrevista con el diario La Jornada.

A pesar de que tenía los ojos muy hinchados y sentía un dolor insoportable así la mandaron a su casa. El primer especialista que la revisó lo hizo hasta dos semanas después. Ese médico le dijo a Ana Campa que tenía la retina rota y que necesitaba una cirugía de emergencia, pues podría desprenderse y perder el ojo.

Después viajó a su natal Texas, donde se realizó otros estudios y el médico que le dio seguimiento le informó que por el impacto tan fuerte también debió haberse seguido el protocolo de conmoción cerebral para descartar un daño más grave. Campa se hizo cargo de todos los gastos que se generaron por su atención y estalló públicamente por la indiferencia del club, mismo que negó los hechos y refirió que la jugadora sí fue atendida correctamente.

El doctor Héctor Tlatoa Ramírez, maestro en Ciencias en Medicina del Deporte y coordinador del Centro de Medicina de la Actividad Física y del Deporte (Cemafyd) de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), refiere que si a él le hubiera tocado el caso habría solicitado de inmediato una interconsulta con un oftalmólogo, sobre todo porque la jugadora usaba lentes de contacto.

Doctor Tlatoa, reivindicar la medicina deportiva. Foto: Captura de pantalla.

“Todo depende, y lo subrayo, del criterio de quien observa. No podemos decir si lo hizo mal o lo hizo bien, el protocolo de actuación es dependiendo de la gravedad. Si ella (la futbolista) dice quiero continuar y veo que no hay un problema serio, está bien, pero si refiere malestar o tiene otros síntomas tendría que haber ido al especialista de inmediato”, explica.

Este caso pudo haber tenido otro final si la médica en cuestión hubiera estado un paso adelante, pues los doctores que tienen la especialidad en medicina del deporte saben que cuando un deportista requiere de lentes se debe tomar la mejor decisión sobre cuáles puede usar dependiendo de la disciplina que practique. El futbol, por ser un deporte de pelota, no puede jugarse con lentes convencionales, pero sí con unas gafas especiales o con los lentes de contacto idóneos para evitar lo que le ocurrió a Ana Campa.

“Ambas partes (el médico del deporte y un oftalmólogo) tenían que determinar lo que le conviene a la deportista por la posición que juega, por ejemplo, si es portera o va a estar buscando el balón todo el tiempo porque es delantera. Ambos tenían que llegar a un acuerdo con ella, porque a veces puede ser que la deportista diga es que yo me siento cómoda con estos (lentes), pero no son los que le convienen”, refiere el médico.

A un año de aquel balonazo en la cara Ana Campa ya no puede jugar futbol. Los especialistas le dijeron que su incapacidad es permanente. Si bien la jugadora recuperó la vista del ojo izquierdo, la visión del derecho tiene una afectación mayor. En la entrevista que tuvo con La Jornada explicó que no puede ver de la mitad hacia abajo. La reportera Eréndira Palma describió en su nota cómo Ana Campa se tallaba con cuidado los ojos y usaba un pañuelo para limpiar suavemente sus lagrimales. Es una acción que repitió de manera constante durante la entrevista, pues es parte de las secuelas que le dejó el desprendimiento de la retina.

“Sólo pido la atención adecuada y correspondiente por parte de León, que tomen la responsabilidad porque me atendieron mal; quiero que la mejor atención sea para todas”, declaró.

Médicos sin especialidad

Para el Torneo Apertura 2024 que se está disputando ahora mismo la doctora Luz Pérez Villegas ya no aparece como la médica del León ni de ningún otro club de la Liga MX Femenil. Ahora quien cubre esa posición es la doctora Daniela López González, quien fungió como médica del equipo Puebla durante un año hasta el Torneo Clausura 2024. Ella tampoco cuenta con la especialidad en medicina del deporte.

De hecho, llama la atención que de un torneo a otro ocho equipos de la Liga MX Femenil hicieron cambios en el staff médico, tres de ellos para contratar a un especialista en medicina del deporte (Tigres, Querétaro y Chivas) y uno (Tijuana) dejó de tener especialista y se decantó por un médico general. De esta manera, en el presente torneo son siete los clubes (hay que sumar al América, Cruz Azul, Monterrey y Pumas) cuyos médicos sí cursaron la especialidad en medicina deportiva. 

Esta información contrasta con la Liga MX, donde 11 de los 22 doctores que trabajan en el primer equipo —todos hombres— sí tienen este grado de especialidad.

“No es un tema de género, por decirlo así, sino que es multifactorial”, ataja el director de Desarrollo de la Liga MX, Conrado Sandoval, cuando se le pregunta por qué la mayoría los médicos de la liga varonil sí cuentan con la especialidad en medicina del deporte y las doctoras de la Liga Femenil no.

Sandoval, no hay suficientes médicos del deporte. Foto: Captura de pantalla.

“En el caso femenil la mayoría de los médicos son mujeres, entonces el que tú puedas —y esto lo he consultado con diferentes jefes de servicio médico— tener a una doctora con una o dos especializaciones en cierta localidad no es sencillo. La oferta de doctores y doctoras del deporte tiene distintas características según la localidad en la que estés. En el caso de varonil es una división que tiene muchos años, hay médicos que tienen más de 22 años en un club, iniciaron en fuerzas básicas y fueron ascendiendo hasta que hoy son los jefes de los servicios médicos de la institución. Los primeros que tienen más confianza en ellos son los propios jugadores.

“A raíz de lo que nos enviaste (la petición de entrevista para abordar este tema) me puse a hablar con los médicos y todos tienen diplomados, actualizaciones. No tienen algunos esta especialización porque requeriría dedicarse de dos a cuatro años (a estudiar). Imagínate que un club prescindiera de los servicios del médico que casi te garantizo que hasta ellos podrían dar cursos porque llevan 20 años atendiendo a jugadores y jugadoras”, añade.

No obstante, la realidad es otra. El promedio de edad de las 15 doctoras y tres médicos que trabajaron durante el Torneo Clausura 2024 en la Liga MX Femenil es de 33 años y apenas cuatro de experiencia en el futbol. El promedio de edad de los 22 doctores de la Liga MX es de 45 años y 12 años y medio de experiencia.

La doctora con menos experiencia en un club de futbol es justamente Luz Pérez Villegas, de 27 años, quien no atendió de manera correcta a Ana Campa. Ella tenía seis meses en la Liga Femenil cuando la futbolista recibió el pelotazo en la cara.

Pérez Villegas era además la más joven junto con Marylin Naranjo Morales, del Necaxa, quien también tiene 27 años.

El médico con mayor experiencia en el futbol femenil es Israel Holguín, quien ha trabajado ocho años con el Toluca y no cuenta con la especialidad. Todas las doctoras tienen menos experiencia que él. De las mujeres llama la atención que la mayoría tiene apenas entre uno y cinco años de experiencia.

Se trata de Daniela López, quien dejó el Puebla para irse al León (un año de experiencia), de Carmen Zamora del Atlas, Mónica Torres del Cruz Azul, Marylin Naranjo del Necaxa, Rocío Zapata de los Pumas y Marian Cruz del Querétaro (dos años); le siguen Juan Mendoza del San Luis (tres), Tania Torres de Tigres (cuatro años) y Stephanie González del América, Alejandra Domínguez de FC Juárez y Zurisadai Rodríguez del Santos (cinco años).

Con siete años de experiencia aparecen Daniel Vega de las Chivas (quien ya fue sustituido por Fernando Díaz Estrada), Jessica Tenorio del Monterrey, Adriana Vivanco del Pachuca y Edna Velázquez de Tijuana (fue reemplazada por Alma Estefanía Meza).

Por su parte, los médicos más experimentados de la Liga MX son Alfonso Díaz y José Guadalupe Vázquez del América, con 20 y 19 años de experiencia, respectivamente. Hay que aclarar que el doctor Díaz no cuenta con la especialidad en medicina del deporte. Le siguen Fernando Márquez del Pachuca con 20 años, Gerardo Toledo de Tigres con 18 y Carlos Rincón de Tijuana, Valentín Villa del León y Francisco García del Monterrey con 17 años cada uno.

Los que menos tiempo tienen en un club varonil son Luis Serratos del Santos, Álvaro Martínez del FC Juárez y Enrique Medina del San Luis con cinco años, así como Víctor Camacho de Chivas y Arturo Alcalde del Puebla con seis y siete años de experiencia, respectivamente.

“Creo que eso sí es importante que en la medida de lo posible los clubes mexicanos contraten especialistas. Como lo marca la norma: la cédula de especialista te garantiza que ya tiene un tiempo del posgrado en donde observó una serie de situaciones y circunstancias propias de los deportes y en específico tiene mejores herramientas y estructuras para la atención”, añade el doctor Tlatoa, quien fue fundador del área de Medicina del Deporte cuando en 1988 nació la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade).

—¿Qué podría pasar si prevalece esta práctica de que no sean médicos especialistas en actividad física y deporte los que estén atendiendo a los jugadores y jugadoras? —se le pregunta al doctor Tlatoa.

—Si no están bien empapados en los protocolos pueden ocurrir errores de actuación. La FIFA es muy seria en generar programas y cursos de estos protocolos para evitar daños a los futbolistas. Muchas federaciones (de otros deportes) están tratando de hacer este tipo de protocolos especiales en su deporte para que no se caiga en la buena voluntad de decir sí lo quise atender pero no supe cómo.

—¿Los médicos del deporte cobran muy caro o por qué considera que en el futbol profesional no los contratan?

—No lo sé, pero un especialista definitivamente lo vale para que sus jugadores, independientemente de la categoría en la que estén, tengan especialistas, pero no sólo especialistas en medicina del deporte, sino certificados y recertificados por su consejo nacional correspondiente. Eso también es importante: si tiene la especialidad, pero aparte el consejo, que es un actor independiente de las universidades formadoras, certifica que está capacitado y actualizado para la actuación de la especialidad que dice ostentar, pues mucho mejor.

Sí cuidamos a las futbolistas

Conrado Sandoval refiere que tanto las Ligas como la Federación Mexicana de Futbol tienen “una clara intención” de prever cualquier tipo de eventos que puedan afectar la integridad física de jugadores y jugadoras, de tal suerte que menciona el protocolo de conmoción cerebral que se implementa desde hace tres años, también el de paro cardiaco súbito que aprendieron a aplicar todos los integrantes de los equipos médicos de los clubes, el mantenimiento de las canchas para que sean seguras, los insumos que existen en cada partido para atender en cancha cualquier eventualidad y el uso de chalecos con una tecnología especial para medir las cargas de trabajo durante la preparación física para evitar lesiones.

“¿Esto a qué nos lleva? A que estamos atentos a la actualización de nuestros médicos. En el caso varonil hay médicos que tienen más de 20 años, médicos generales que tienen una capacidad muy alta para atender a jugadores y jugadoras. Si nosotros dijéramos que a partir de mañana todos deben ser médicos del deporte, imagínate la cantidad de médicos que quedarían fuera de cada una de las divisiones y, con todo respeto para los recién egresados de la medicina del deporte, nuestros médicos tienen 10 o 15 años. Con esa experiencia creo que en este momento aportan mucho más. Algunos médicos me han dicho que en algunas zonas (del país) es una especialidad reciente (la medicina del deporte tiene más de 50 años que se imparte en México) comparada con la medicina general y además no está específicamente orientada al futbol, ellos (los médicos del deporte) se pueden ir a otras actividades que no sean el futbol.

“Todos tienen diplomados en medicina del deporte con distintas especialidades no a nivel médico, pero sí de congresos y demás actualizándose permanentemente sobre el tema deportivo. Los primeros en cuidar que se atienda este activo tan importante son los propios clubes para que estén bien cuidados”, señala el directivo.

Asimismo, Sandoval destaca que todos los preparadores físicos y los kinesiólogos que forman parte del staff médico “son licenciados, todos tienen título” y los que no, deben certificarse en el Sistema Nacional de Capacitación que forma parte de la Federación Mexicana de Futbol y que “está orientado específicamente al futbol”.

Esta información tampoco es precisa, puesto que al revisar el grado de estudios de dichas personas no todos tienen el título y cédula que los acredita. En el caso de los preparadores físicos, por ejemplo, de los 21 que trabajan en los 18 clubes sólo 11 aparecen en el Registro Nacional de Profesiones de la Secretaría de Educación Pública. De otros seis que son extranjeros (dos del América, así como el de Tigres, Monterrey, Toluca y Pumas) no está disponible la información de dónde estudiaron y con qué méritos académicos cuentan.

De los 14 auxiliares médicos, 12 sí cuentan con la licenciatura en fisioterapia o terapia física y de rehabilitación, lo mismo que los cuatro que están identificados como terapistas. De los tres kinesiólogos que existen sólo uno acreditó estudios en esta misma licenciatura.

Sí coincido contigo en que tenemos que ir avanzando, que no lo podemos hacer ahorita por lo que te comento que el 60% de los médicos tienen más de 10 años en la división y son especialistas de primer nivel. En la femenil son doctoras que han ido creciendo dentro de la propia institución. Tenemos que encontrar ese equilibrio e ir gradualmente avanzando en especializaciones, pero no dejar atrás toda esta experiencia. Sería un gravísimo error el que la experiencia acumulada en la cancha por parte de nuestros médicos la dejáramos a un lado.

—El caso de Ana Campa no estuvo bien tratado, ¿de qué sirve que tengan tantos protocolos de atención si en el día a día algo tan común como es que un balón le pegue en la cara a una jugadora se tradujo en un desprendimiento de retina?

—Coincido contigo en que tiene que haber un equilibrio entre la preparación académica y la cuestión práctica en el tema médico. Espero que quede de manifiesto que sí tenemos una prioridad en el tema de la integridad física de jugadores y que tenemos que mejorar.

No hay pretextos

El doctor Tlatoa insiste en la importancia de que todos los médicos que trabajen con deportistas, profesionales o amateurs, deben estudiar y terminar la especialidad en actividad física y deporte, ya que después deben acreditar un examen y ya que lo pasó debe someterse a un examen del consejo médico correspondiente para obtener su cédula profesional y la certificación. Sabe que el camino es largo, y aun peor porque cada cuatro o máximo cinco años los doctores están obligados a certificarse otra vez.

—¿Se vale decir que son médicos generales, pero que esto no importa porque toman unos cursos de capacitación y ya aprendieron los protocolos y los manejos de actuación? ¿Es un argumento válido?

—Creo que es ocioso que alguien pueda dar esa respuesta. Si hay especialistas mejor contrato a quienes ya tienen una formación académica de varios años porque ya conocen esos protocolos e incluso pueden variarlos y hacerlos más óptimos. Si alguien va a invertir, pues que invierta en un capital humano especializado en el área correspondiente.

—¿Usted diría que el club que sí decidió contratar a un médico especialista en medicina del deporte es más consciente y responsable que el que no lo hace?

—Sí, claro, es más profesional porque está dándole a su población un capital humano especializado en el área.

—¿Con qué ojos ven en México a la medicina de la actividad física y el deporte, es bien aceptada, es bien recibida?

—La medicina del deporte está posicionada y se está posicionando cada vez más, dependerá de quien tiene la estructura económica y el recurso humano para la contratación de los mismos. Cada vez los modelos preventivos y de actuación de la medicina del deporte serán mucho más penetrantes tanto a nivel profesional, universitario y social. (Con información de Karla Cabral y Ricardo Olín.)

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