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Rafaela Pimenta, el poder de representar al mejor futbolista del mundo (Video)

La representación de futbolistas es otro rubro donde contadas mujeres se están abriendo paso a codazos. Esta es la historia de la talentosa abogada brasileña hija de migrantes que llevó a Erling Haaland al Manchester City.
jueves, 7 de marzo de 2024 · 18:55

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- En 2022 el nombre de la abogada Rafaela Pimenta cobró una notoriedad que ni ella misma esperaba en la industria del futbol. Tras la muerte del agente italiano Mino Raiola se dio a conocer que esta mujer brasileña dirigiría la agencia de representación de futbolistas que ambos crearon. Fue ella quien hizo posible el traspaso del noruego Erling Haaland del Borussia Dortmund al Manchester City por 60 millones de euros. 

Pimenta pertenece a una familia de inmigrantes que se establecieron en Brasil en la década de los 40. Sus abuelos paternos llegaron a Presidente Prudente, un municipio de Sao Paulo, procedentes de la extinta Checoslovaquia. Los padres de su madre huyeron de su natal Italia y se avecindaron en el mismo lugar, en ambos casos fue para escapar de las atrocidades del nazismo. Rafaela, igual que sus ancestros, también tuvo que migrar, pero en su caso para convertirse en un mujer poderosa que negocia el futuro económico de las estrellas del balón.

La niña Rafaela Pimenta nació y creció en la ciudad de Sao Paulo, la ciudad más poblada de Brasil y de toda Latinoamérica. El suyo fue un hogar donde se profesaba la religión llamada futbol y, por supuesto, su dios fue “El Rey” Pelé. Edson Arantes do Nascimento era el símbolo del club Santos, la generación a la cual el padre de la pequeña perteneció. 

Desde chiquitita Rafaela elegió su destino: sería abogada. La movía el impulso de ayudar a las personas refugiadas que habían tenido que huir de sus patrias. Soñaba con trabajar para la Organización de las Naciones Unidas, defender los derechos de los desplazados y ayudarlos a tener una mejor vida. Así llegó al derecho internacional matriculada en la Universidad de Sao Paulo. Ya graduada dio clases en su propia alma mater y en otras cuatro escuelas de altísimo nivel académico. A pesar del empeño que ponía en sus clases notó la poca asistencia de los estudiantes, así que ideó la manera de atraerlos para no ver tants bancas vacías. 

“En ese entonces el derecho internacional no era tan interesante para los alumnos, asistían por la obligación de acreditar la materia, pero no ponían atención. La deserción era inevitable. Pensé en un tema internacional y un objeto de estudio que resultara interesante para ellos y así les comencé a hablar de futbol. El derecho deportivo no era una materia explorada en ese tiempo, por lo que resultó algo atractivo”, cuenta Pimenta en entrevista con Proceso.

A los alumnos les comenzó a explicar las decisiones que toma la FIFA respecto a los traspasos de los jugadores, los tratos que hacía el con las federaciones nacionales que son los asociados que la integran y las reglamentaciones en las competencias internacionales. Hablar de futbol en el país que más jugadores produce y exporta provocó que todos quisieran escucharla, incluso aquellos que no eran estudiantes.

Raiola, un tipo arrogante

Un día, después de haber cerrado la puerta del salón, alguien tocó. Se le apersonó Wladimir Rodrigues dos Santos, el mítico lateral izquierdo del Corinthians que ganó cuatro títulos en el Campeonato Paulista (1977, 1979, 1982 y 1983). Se trata del jugador con el mayor número de partidos disputados con ese equipo con 803.

El futbolista en retiro solicitó una asesoría profesional para su hijo Gabriel Rodrigues dos Santos relacionada con el contrato que le ofrecía el Sao Paulo, club con el que jugó de 2001 a 2004. La fama de la abogada que sabe de futbol trascendió las fronteras de las aulas y rápido se integró a un equipo de tres hombres para comenzar a representar jugadores. 

Raiola, incluir a las mujeres para representar futbolistas. Foto: FB Mino Raiola

“En una ocasión un colega de la universidad que también comenzó a enseñar derecho deportivo me pidió que le ayudara a preparar la estructura jurídica del Guaratinguetá, club fundado por los entonces futbolistas César Sampaio y Rivaldo, quienes además crearon la agencia deportiva CSR Futbol y Marketing para representar a futbolistas menores de 18 años. Fue mi primer acercamiento de manera directa con la industria del futbol”, explica.

El siguiente paso que dieron fue fichar extranjeros para el futbol brasileño y, a la vez, que los jugadores locales pudieran contratarse en equipos de otros países. En 1996, los cuatro socios se reunieron por primera vez con el italiano Mino Raiola, un representante de jugadores que tres años antes ayudó a concretar el fichaje del delantero neerlandés Dennis Bergkamp del Ajax al Inter de Milán y que años después ganó tres títulos en la Premier League con el Arsenal que dirigía Arsene Wenger. En ese 1996, Raiola concretó el traspaso del checo Pavel Nedved del Sparta Praga a la Lazio.

“Esa primera reunión con Mino fue un desastre. Lo que más recuerdo fue que se la pasó fumando y haciendo miles de preguntas. Entre otras cosas le dije que la ley no autorizaba sacar de Brasil a un futbolista menor de 18 años. Él siempre contestaba que encontraría la manera de hacerlo. Me fastidié. Le dije: ‘Señor, no sé quién es, pero si conoce la ley mejor que yo, entonces no sirvo para nada’. Pensé que era un tipo muy arrogante y me fui”. 

Rafaela Pimenta tenía apenas 24 años y se convenció de que no volvería a verlo. Unos meses después Raiola la llamó por teléfono para pedirle que trabajaran juntos representando futbolistas. La solicitud la tomó desprevenida, no comprendía por qué tenía interés en ella tras lo sucedido en aquella reunión. 

El italiano fue contundente, Rafaela fue la única persona en Brasil que se le plantó para decirle muchos no y además le explicó los porqués. Las demás personas con quienes trató, le dijo, le dieron un sí a todo sólo para quedar bien. 

“Le dije que si quería trabajar conmigo yo iba a decirle que no toda la vida porque sus ideas desde un punto de vista legal no eran posibles. Es como si quisiera construir una casa sin algo que le diera soporte, eso se iba a caer. Nuestra relación durante todos esos años fue así. Él decía una cosa y yo decía otra. Nos peleábamos y de esa pelea nacía una solución. Pasé 28 años peleando con él”, dice con una sonrisa que le inunda el rostro. 

En ese momento, Rafaela Pimenta estaba preparando su tesis doctoral en derecho internacional. Recuerda que cuando le contó a la comunidad universitaria de su nuevo proyecto de trabajo fue duramente criticada. Les resultaba incomprensible que dejara su vida académica por el futbol. Fue juzgada por “rebajar su nivel intelectual”. En un inicio pensó en irse sólo un año a Italia con Raiola para vivir esa aventura profesional y adquirir experiencia. 

“Pensé que eras una puta”

Mino Raiola siempre la respetó y le dio un trato de iguales. Por el contrario, la industria del futbol le enseñó los dientes. El machismo, como en otros campos donde los hombres se han arrogado todo los derechos, se le apareció en una de sus peores formas. 

“He vivido el machismo en carne propia. Los hombres piensan que por ser mujer no sé de futbol. ¿Mi respuesta? Puedo no saber nada, pero conozco la matemática y eso me permite comprender lo que se le tiene que pagar a un jugador. Un día un administrativo de un club me dijo que no había escuchado hablar de mí, específicamente cuando Mino y yo comenzábamos como agentes. ‘¿De verdad eres una abogada y representante? Pensaba que eras una puta brasileña’. Eso lo comentó en una reunión en donde nos encontrábamos con el jugador y su padre. Yo respondí: ‘Puedo ser una puta, pero tienes que pagar los bonos’. Ellos utilizan esos comentarios para desmoralizar. 

“Tengo una tendencia a mirar el vaso medio lleno. Si lo hubiera visto medio vacío no estaría aquí porque el machismo es algo que sucede en la actualidad, pero antes era peor. Cuando comencé en este negocio no encontrabas a una sola mujer que pasara a la última sala de reuniones, siempre eran hombres. He coincidido con grandes mujeres que trabajan en los clubes, tenían roles importantes, pero a pesar de todo lo que hacían el mérito se lo llevaba un hombre. Ha habido mucha resistencia para que una mujer escriba la historia del futbol, pero también es real que formamos parte de ella”. 

Rafaela Pimenta no olvida que esas mujeres también le permitieron crecer y fortalecerse como representante de futbolistas. Ellas la buscaban para darle información que le resultaba muy útil durante las negociaciones. Eso le permitió tener una ventaja. Nadie puede regatearle ni un ápice. Una mujer que habla portugués, español, inglés, francés, italiano y neerlandés que se entiende directo y de frente con sus clientes y con quienes quieren escatimarles los dólares. 

La abogada brasileña dice que el idioma que mejor habla es el de los hombres. La frase se la robó a la actriz tres veces ganadora del Óscar, Meryl Streep, quien durante una entrevista destacó que eso le ha permitido sobrevivir. “Así como ella, yo pienso que también lo hago. A lo largo de estos 28 años lo he aprendido, pero es importante que ellos también hablen el idioma de la mujer”.

Grandes fichajes

Pimenta y Raiola cerraron fichajes históricos. Destaca el del francés Paul Pogba, durante la temporada 2016/17 de la Juventus al Manchester United por 105 millones de euros, hasta el momento el jugador por el que más dinero ha pagado el conjunto inglés. También está el del mexicano Hirving “El Chucky” Lozano, en la campaña 2019/20, que se fue del PSV Eindhoven de Holanda al Napoli por 45 millones de euros, la segunda contratación más cara en la historia del equipo italiano.

Mino Raiola falleció el 30 de abril de 2022 a los 54 años. En ese instante el nombre de Rafaela Pimenta salió a relucir en los medios de comunicación porque heredó el trono de la agencia de representación de futbolistas que ambos crearon.

Haaland. Fichaje de 60 millones de euros. Foto: FB Erling Haaland

Desde que tuvo conciencia de que su compañero y amigo podía morir pronto se anticipó y realizó una conferencia vía Zoom. Incluso realizó una conferencia vía Zoom con los jugadores y entrenadores que representan para informarles sobre el estado de salud de Raiola y se enteraran por su propia boca.

“Cuando recibí la noticia todo a mi alrededor quedó en silencio. Parecía que nada era real. Me desconecté del mundo durante 24 horas. Camino a la misa de Mino recibí la llamada del portero Alphonse Aréola para decirme que el West Ham iba a contactarme para hablar sobre su contrato. En ese momento algo hizo click en mi mente y después de la misa regresé al trabajo. Los futbolistas necesitaban de mí”.

El deceso de Raiola ocurrió cerca de la apertura del mercado de transferencias en Europa. El trabajo sobraba. Por la mente de Pimenta jamás pasó si los jugadores y directores técnicos dejarían la agencia porque desde ya una mujer llevaría la batuta. El trabajo que ella hace se ha transformado en estas casi tres décadas, además de lo económico hay que atender las redes sociales y la parte comercial, aspectos que resultan fundamentales para la proyección de los jugadores. Aún extraña a Mino. 

Hoy día la agencia que dirige cuenta con 20 trabajadores, entre ellos Enrica Tarchi, quien fue la jefa de prensa de la Juventus durante 20 años, y el futbolista brasileño en retiro Maxwell, quien jugó para el Barcelona. En su cartera hay 40 representdos entre jugadores y directores técnicos. 

Además de Erling Haaland (Manchester City) está Marco Verratti (Al-Arabi), Matthijs de Ligt (Bayern Múnich), Khéphren Thuram (Niza), Lluís Cortés (entrenador de la selección femenil de Arabia Saudita), Pamela Conti (entrenadora de la selección femenil de Venezuela), Barbara Bonansea (Juventus), Esther González (Ghotam), Misa Rodríguez y Carla Camacho (Real Madrid).

Rafaela Pimenta no ha cumplido su sueño de trabajar para la ONU, pero en el futbol encontró la manera de velar por los derechos laborales y ha podido ver el crecimiento profesional y personal de los futbolistas que suelen nacer en condiciones económicas muy castigadas y gracias al deporte tienen un ascenso social. 

“Conocí a un jugador juvenil brasileño que vivía en una favela y dormía en una cama de piedra. Lo primero que hice fue comprarle un colchón. Después él le compró una casa a su madre y su hermanita se encuentra estudiando. Todo esto en un espacio de 10 años y podría cambiarles la vida a tres generaciones de su familia. Mi adrenalina son las relaciones humanas”.

Pimenta también busca dar mayor visibilidad al futbol femenil. Sabe que este deporte puede ser un factor de cambio social siempre y cuando las jugadoras estén dispuestas a levantar la voz. 

“Considero una misión el ayudar a que el futbol femenil sea respetado por la propia gente de la industria y que esto se vea reflejado en salarios, patrocinadores y evidenciar que ellas no son Barbies sino deportistas. Para lograr eso utilizo la experiencia adquirida en el futbol varonil. Vamos a hacer ruido por las mujeres”.

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