MADRID (apro).- La Audiencia de Barcelona rechazó anular el juicio contra Dani Alves por un delito de violación contra una joven de 23 años, como lo pidió la defensa del futbolista este lunes, porque supuestamente hubo un “juicio paralelo” contra su defendido en los medios y se vulneró su “presunción de inocencia”; no obstante, el tribunal le concedió que Alves sea el último en declarar en el juicio, que termina este miércoles.

“El acusado estuvo asistido por su defensa desde el primer momento”, zanjó la Sección 21ª. de la Audiencia de Barcelona, donde dio inicio este lunes el juicio contra el exfutbolista del Barça y de Pumas.

También descartó que se vulneraran los derechos del acusado durante la investigación, ni observó “ninguna anomalía determinante” en la instrucción o algún tipo de indefensión al futbolista por el juicio paralelo que ha denunciado su abogada Inés Guardiola, quien presentó 450 artículos de prensa como supuesta prueba.

En esta primera jornada, la víctima se ratificó en su declaración de que fue violada por Alves en los baños de la discoteca Sutton, de Barcelona, la noche del 30 al 31 de diciembre de 2022.

La joven declaró a puerta cerrada durante una hora y cuarto, lo hizo detrás de un biombo y con la voz distorsionada, por disposición del tribunal. Los más de 270 periodistas acreditados no pudieron escuchar ni conocer los pormenores de la declaración de la denunciante, por orden del juez.

La Fiscalía pide nueve años de prisión para el futbolista y la representación legal de la denunciante solicita 12 años de prisión. El anterior abogado del futbolista, Cristóbal Martorell y la actual, Inés Guardiola, intentaron negociar con la acusación, pero la denunciante rechazó cualquier arreglo y exigió se enjuiciara al astro. La joven denunciante reclamó el monto económico que dispone la ley, del que inicialmente había renunciado.

Alves en el banquillo

Agachado y muy serio se vio a Alves, sentado en el banquillo de los acusados, en el inicio del juicio, que durará hasta el miércoles, tras el año que ha permanecido en prisión preventiva por presuntamente agredir sexualmente a una mujer en los sanitarios del Sutton, un antro en Barcelona, la noche del 30 de diciembre de 2022.

En esta primera imagen, el acusado vestía camisa blanca y pantalón de mezclilla y mostraba cara seria, incluso abatido.

Cuando su defensa pidió la nulidad de la causa alegando que su cliente ha sido expuesto públicamente, la Fiscalía como la acusación (la abogada de la denunciante), han subrayado que el daño por la exposición mediática lo ha sufrido la víctima, después de que la madre de Dani Alves publicara en su perfil de Instagram no solo la identidad de la joven sino también videos de ella, lo cual iba en contra de todo protocolo del tribunal.

El exseleccionado brasileño ha cambiado hasta en cinco ocasiones su declaración sobre los hechos, iniciando con entrevistas –que se presentaron en el juicio— en un programa de televisión y en el diario catalán La Vanguardia, en las que aseguraba no conocer de nada a la víctima, posteriormente ha asegurado que el sexo fue instigado por ella, que le habría hecho una felación, posteriormente que fue una penetración vaginal consentida por ambos y una nueva versión de que iba tan bebido que no controlaba lo que hacía.

La víctima: “No me van a creer”

Por su parte, la denunciante no ha modificado en nada su versión de los hechos, desde la misma noche del 30 al 31 de diciembre de 2022, cuando les informó a sus amigas de los hechos y que el personal de la discoteca Sutton al conocer los hechos puso en marcha el protocolo de atención a víctimas de agresiones sexuales y de preservación de la escena, que ya aplican varios lugares de esparcimiento en Barcelona.

Entre lágrimas, una amiga de la denunciante relató en el juicio que la joven salió del baño de la discoteca Sutton llorando “muy nerviosa” y “desconsolada” y contando a sus amigas que el futbolista le había hecho “mucho daño”.

La joven, sin embargo, se negaba a denunciar y solo repetía que le había hecho “mucho daño”.

La declarante, una de las dos amigas que acompañaban a la denunciante, señaló que Alves también la toqueteó a ella y a la otra amiga, en una actitud “muy babosa”.

Relató que tras salir del baño, tras 16 minutos, la joven “estaba en shock”. Al grado de que cuando el personal de la discoteca les ofreció una sala para aplicar el protocolo de agresiones sexuales, la joven estaba tan mal que “estaba muy mal y no quería denunciar. Nos costó horrores que denunciara”, ha explicado, y que solo repetía que no le creerían y que quería irse a casa.

Los forenses que participaron en el caso declararon que la joven víctima aún sufre  estrés postraumático de nivel alto, y sigue tratamiento psicológico como producto de la violación.

La versión de la mujer agredida se ha visto corroborada periféricamente por varias cámaras de seguridad, testigos, huellas dactilares de ella en el lavabo, ADN de Alves en la ropa y la vagina de ella y lesiones que ella sufrió compatibles con su relato.

Aunque inicialmente la joven desconocía que Alves era un futbolista famoso, es evidente la atención que el caso ha generado, y las presiones a las que se ha sometido la víctima, más allá de la misma agresión.

La investigación ha tenido como uno de sus puntos centrales el consentimiento, como lo dispone la ley del `solo sí es sí´, que pone el foco en el consentimiento de la mujer para que haya una relación de tipo sexual.

Asimismo, a diferencia de muchos otros casos, este caso ha mostrado que no importa que el implicado en una violación o acoso sexual, sea una persona influyente o una celebridad, porque los protocolos de investigación han acompañado a la víctima y preservado la presunción de inocencia del acusado, quien sin embargo, solo se enredó en el cambio de sus versiones de los hechos.