Futbol

George Weah, la tierra de los libres

La leyenda liberiana del futbol lo tuvo todo, y pudo haber escapado de la realidad de su país, que ya no era la suya; sin embargo, jamás olvidó la tierra en la que, años atrás y con los pies desnudos, jugaba con naranjas que, imaginaba, eran su balón.
sábado, 30 de septiembre de 2023 · 15:05

El 25 de diciembre de 1995 enmarcó una página como pocas en la historia del futbol. En esa fecha George Weah ganó el Balón de Oro y se convirtió en el primer africano, y hasta hoy el único, que ha conseguido esa presea. En ese entonces el liberiano no podía siquiera imaginar que, 22 años después, lograría otra victoria más allá de las canchas y que su nombre sería coreado por multitudes.

“El amor por la libertad nos trajo aquí” (lema de la República de Liberia).

 

CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- George Tawlon Manneh Oppong Ousman Weah nació en Monrovia, República de Liberia, el 1 de octubre de 1966. Él y su familia pertenecen a la etnia Kru (grupo étnico que vive en la zona interior de Liberia) y vivieron en el sudeste del condado de Grand Kru, una de las zonas menos desarrolladas de Liberia.

George destacó de sus siete hermanos por la pasión que profesaba hacia el futbol, aunque su padre y madre se negaban rotundamente a que lo practicara porque querían que se enfocara en sus estudios. Tras la separación de sus padres, su crianza fue encomendada a su abuela paterna, Emma Klonjlaleh Brown.

George mudó su nuevo hogar a Clara Town, una zona construida en un pantano y plagada de enfermedades y hacinamiento. Ahí, sus sueños por convertirse en futbolista no hacían más que crecer, al tiempo que con sus pies desnudos jugaba con naranjas que emulaban ser un balón.

Patear naranjas

A la edad de 15 años comenzó a jugar con un club local, el Young Survivors of Clartown. Llamó rápidamente la atención de los visores de la Premier League de Liberia (máximo circuito de futbol liberiano, aunque la liga es considerada semiprofesional). Su primer contrato llegó cuando el Mighty Barrolle lo contrató e hizo su debut en 1985.

Tan sólo un año después fue comprado por el Invincible Eleven –de la misma liga–. En 1988 emigró a Camerún para jugar con el Tonnerre Yaoundé, escuadra que milita en la Fédération Camerounaise de Football (Fecafoot), club que también pertenecía al plano semiprofesional.

Caminar, correr y soñar

Su fuerza –con y sin balón–, así como su técnica y rapidez le hicieron ostentarse como uno de los mejores delanteros de la Liga Camerunesa, situación que alentó al entonces técnico nacional de Camerún, Claude Le Roy (1985-1988 etapa como seleccionador), para que contactara al también estratega Arsène Wenger; el francés era el timonel del AS Mónaco.

El galo de inmediato fichó a Weah por 158 mil dólares para la temporada 1988-89 de la Ligue 1. El liberiano, que en ese entonces tenía 22 años, por fin jugaría a nivel profesional. El ansiado debut llegó el 17 de agosto de 1988, cuando el Mónaco enfrentó al AJ Auxerre.

“Cada vez que iba al campo, jugaba para Wenger. Yo quería que supiera lo agradecido que estaba con él por la oportunidad que me brindaba. Dejaba todo de mí en los entrenamientos y en los partidos para así conseguir la victoria, sólo para él. Me cuidó como a un hijo”, declaró George Weah en 2010 para la FIFA.

El balón como familia

A pesar de estar lejos de la tierra que lo vio nacer, George se mantenía pendiente de lo que ahí sucedía. Y es que el vertiginoso crecimiento que él estaba teniendo en la parte profesional, desafortunadamente coincidía con el caos político que azotaba a su país y por consecuencia a su gente.

La Primera Guerra Civil liberiana se libró entre 1989 y 1996. Samuel Kanyon Doe (1950-1990) asumió la presidencia de Liberia tras un golpe de Estado y el asesinato del entonces gobernante William R. Tolbert (1913-1980), llevando como principal discurso la inequidad existente entre los grupos étnicos.

Doe provenía de la tribu Krahn –grupo étnico de Liberia y Costa de Marfil– y rápidamente comenzó a mostrar preferencia por quienes pertenecían a esa facción, lo cual generó un rompimiento social.

La oposición en el extranjero a este nuevo régimen dictatorial no se hizo esperar, lo cual condujo al completo colapso económico del país. Durante todo su mandato, Doe se identificó por ordenar a las Fuerzas Armadas de Liberia (AFL, por sus siglas en inglés) enfrentarse a civiles desarmados e incendiar pueblos enteros de los grupos étnicos que componen a Liberia. Muchos huyeron a la República de Guinea y a Costa de Marfil.

Esa lucha incansable por tratar de hacer lo mejor a pesar de las dificultades era lo que definía el carácter de George Weah, algo que sin duda lo marcó también dentro del césped. Tras su buen paso por el Mónaco, el Paris Saint-Germain se vio seducido por el poderío que mostraba el artillero liberiano. En la temporada 1992-93 defendió los colores del cuadro parisino.

Diamantes de sangre

Las actuaciones del liberiano comenzaron a hacer eco en los clubes más grandes de Europa, al acecho por hacerse con el ariete. Llegó al AC Milan para la temporada 1995-96 y su fichaje se dio en medio de la decadencia política y social en la que estaba sumergida Liberia.

Precisamente en 1995, un nuevo nombre se añadió a los horrores perpetrados en Liberia. Charles Ghankay Taylor, fue un antiguo aliado de Doe, sin embargo, fue acusado de malversación de fondos, siendo detenido y encarcelado en territorio estadunidense, lugar al que huyó durante el gobierno de Kanyon Doe. Escapó y regresó a su país en 1989 para unirse con rebeldes de Costa de Marfil y sumarse al golpe de Estado contra el nuevo gobierno.

Después del asesinato de Samuel Kanyon Doe, Charles Taylor se alzó como máximo candidato para gobernar un país desquebrajado por la violencia. Mientras los comicios ocurrían se autoproclamó gobernante interino. La ola de crueldad en lugar de disminuir sólo aumentó.

Abiertamente, Taylor suministró armas al Frente Revolucionario Unido (FRU, por sus siglas en inglés), el cual fue un movimiento armado rebelde de Sierra Leona. El intercambio de armamento bélico se dio por diamantes, los cuales eran obtenidos por esclavos, los llamados “diamantes de sangre”.

Charles Ghankay Taylor.

Ante tal situación, Weah no se mantuvo distante y abiertamente habló sobre el repudio de aquello que tenía sumergido a su país en el caos total. Incluso, el diario estadunidense The New York Times le dio espacio para alzar la voz:

“La ONU debería hacerse cargo de Liberia, no temporalmente, sino para siempre, para lograr que los liberianos crean en la democracia, para hacernos creer en los derechos humanos”, declaró Weah al periódico en 1996.

Una semana después de las palabras del jugador, Taylor le respondió de la única manera en que sabía hacerlo: a partir de la violencia. “La noticia me la dio una de mis primas, había sido violada. Me llamó porque quería saber qué había declarado a The New York Times la semana pasada”, explicó Weah al mismo diario. Además, la casa del jugador en Liberia fue incendiada; a ello se sumaron golpizas a sus familiares.

Weah invirtió parte de su sueldo para que su familia y amigos cercanos salieran de Liberia y se refugiaran en Nueva York, Estados Unidos. Sin embargo y, a pesar del panorama tan desolador, mantuvo su postura contra la carnicería que el gobierno había emprendido en contra de la sociedad.

El césped como refugio

La vida de Weah estaba llena de claroscuros; mientras él corría del extremo de su portería a la contraria, driblando rivales y con el balón como compañero, en Liberia su gente huía de un horror que no parecía tener fin. Al tiempo que él soltaba arteros zarpazos que perforaban las redes, los suyos se ocultaban ante el destino fatídico de balas y cañones.

En ese instante en que él recibía ese invaluable Balón de Oro, otras manos, ante la codicia de unos cuantos, buscaban incansablemente diamantes que perpetuaban la guerra.

La cuestión política también llegó a diezmar a la Selección Liberiana; en ella, George, además de portar el gafete de capitán y ser el jugador con mayor proyección internacional, también fungía como patrocinador.

La Federación de su país no contaba con los recursos suficientes para los viajes, hospedajes y viáticos que el combinado nacional necesitaba, por lo que él pagaba lo que fuera necesario. Desafortunadamente nunca pudo clasificarlos a una Copa Mundial.

Futbol y lucha

Tras su paso por el cuadro inglés del Chelsea en la temporada 1999-00, continuó en Inglaterra para jugar con el Manchester City para la campaña 2000-01. Al poco tiempo retornó a Francia para defender los colores del Olympique de Marsella durante la 2000-01.

El ocaso de su carrera llegó cuando jugó con el club árabe Al-Jazira Sporting Club, con quienes disputó las temporadas 2001-02 y 2002-03. En 2003 se retiró de las canchas, pero no de la lucha en contra del mal que seguía aquejando a su país.

El 25 de diciembre de 1995 Weah ganó el Balón de Oro tras haber obtenido 144 votos a favor de 245 posibles, y teniendo 36 más que el segundo lugar (el alemán Jürgen Klinsmann). Tras esa victoria pasaron 22 años para que ganara otra votación.

El jueves 28 de diciembre de 2018, la Comisión Electoral Nacional de Liberia anunció que el candidato George Weah, del Congreso por el Cambio Democrático (CCD), lideraba la segunda vuelta electoral con 61.5% de los votos, mientras que su rival, Joseph Boakai, únicamente había conseguido 38.5%.

Circunstancias y casualidades, en 2006, Charles Ghankay Taylor, expresidente de Liberia, fue detenido por el gobierno de Nigeria cuando intentaba escapar del país que “gobernó”, pues el Tribunal Especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) lo procesaba por crímenes de guerra y lesa humanidad en Liberia.

En 2005, Weah perdió el primer partido de su nueva vida profesional ante la economista licenciada en Harvard, Ellen Johnson-Sirleaf, quien se convirtió en la primera presidenta de la historia en Liberia y del continente africano. La falta de un título de escuela secundaria, junto a su inexperiencia política, fueron argumentos que descartaron al exfutbolista como un candidato serio.

En 2007, George reveló que había terminado la escuela secundaria. Cuatro años más tarde se graduó en Administración de Negocios de la Universidad DeVry de Florida, Estados Unidos. En 2011 se postuló para la vicepresidencia, sin éxito alguno.

Mientras todo esto sucedía, en 2012, Charles Ghankay Taylor fue hallado culpable de 11 cargos, entre ellos: asesinatos, violaciones, esclavismo, mutilaciones y uso de menores soldados. Pasó a la historia como el primer jefe de Estado condenado por un Tribunal Internacional desde los Juicios de Núremberg.

Un nuevo destino

La primera victoria finalmente llegó en 2014, cuando Weah fue elegido senador de la provincia occidental de Montserrado, que incluye a la capital, Monrovia. Poco después anunció que volvería a competir por la presidencia de Liberia.

“Cuando me embarqué en mi viaje como jugador profesional de futbol, escuchaba la misma negatividad. Seguí insistiendo y desafiando todas las probabilidades hasta que tuve éxito y me consagré como una de las leyendas del fútbol más grandes del mundo”, declaró Weah en 2014 para la BBC.

Mientras se seguía preparando para tal contienda, George continuó su labor como embajador de Buena Voluntad del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y como conferencista en su país, buscando que los niños y jóvenes al ver un campo pensaran en futbol y no en guerra.

Después de 12 años al frente de Liberia, Ellen Johnson-Sirleaf dejó su lugar a un nuevo presidente. El 22 de enero de 2018, George Weah tomó oficialmente posesión del cargo en el Estadio Samuel Kanyon Doe, a las afueras de Monrovia, ante 35 mil asistentes. “Pase muchos años de mi vida en los estadios, pero el sentimiento que me embarga hoy es incomparable”, declaró aquel día.

Entre la Primera Guerra Civil liberiana (1989-1996) y la segunda (1999-2003) pasaron 13 años, confrontaciones que significaron la muerte de más de 150 mil personas y el desplazamiento de otras 850 mil.

En 1847 se instauró el Estado de Liberia con el propósito de establecer una neocolonia estadunidense conformada por antiguos esclavos africanos que regresaban a su continente como hombres libres. Irónico es que “la tierra de los libres” era más “la tierra de la esclavitud”.

George Weah, a pesar de tenerlo todo, siguió luchando por quienes eran segregados y violentados, manteniendo una ideología en la que lo único que no tenía cabida era la división entre hermanos. Pudo haber escapado de una realidad que ya no era suya, pero jamás olvidó la tierra por la que sus pies desnudos jugaban con naranjas que, imaginaba, eran su balón.

 

Numerología

Palmarés a nivel de club y distinciones individuales:

  • Mighty Barrolle: Liga de Liberia (1985-86), Copa de Liberia (1985-86).
  • Invincible Eleven: Liga de Libera (1986-87).
  • A.S. Mónaco: Copa de Francia (1990-91).
  • París Saint-Germain: Ligue 1 (1993-94), Copa de Francia (1992-93, 1994-95), Copa de la Liga (1995).
  • AC Milan: Serie A (1995-96, 1998-99).
  • Chelsea: FA Cup (1999-00).
  • Balón de Oro africano (1989, 1994).
  • Máximo goleador de la Liga de Campeones, con siete goles (1994-95).
  • Balón de Oro (1995).
  • Jugador Mundial de la FIFA (1995).
  • Futbolista del año en África (1995).
  • Edson Arantes do Nascimento “Pelé” lo incluyó en 2004 en su lista FIFA los 100 mejores futbolistas vivos de la historia.
  • Sumó un total de 401 partidos disputados, en los que logró perforar el arco en 209 ocasiones.

Palmarés a nivel selección:

  • Jugó un total de 60 partidos oficiales y es el máximo anotador histórico de su selección, con un total de 22 goles.

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