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Caso Rubiales, la hipocresía del futbol mexicano
El beso que el máximo dirigente del futbol español le dio a Jenni Hermoso desencadenó una ola de solidaridad por parte de los clubes de la Liga MX Femenil que no han sabido atender sus propios problemas de acoso y maltrato a las futbolistas.CIUDAD DE MÉXICO (Proceso). La agresión sexual del presidente de la Real Federación Española de Futbol, Luis Rubiales, tuvo con la futbolista Jennifer Hermoso durante la ceremonia de premiación del Mundial Femenil 2023 —al haberla besado en la boca sin su consentimiento— generó una condena internacional a la que se sumaron los clubes de la Liga MX y de la Liga MX Femenil, entidades que olvidaron que en casos similares, o peores, han sido omisos y tolerado.
Hermoso, una de las jugadoras emblema de la selección española de futbol, equipo que por primera ocasión se coronó en la máxima justa del balompié femenil, pertenece al club Pachuca, por lo que al crecer la ola de cuestionamientos contra el acto deleznable de Rubiales motivó a que los clubes mexicanos se pronunciaran con un discurso de apoyo incondicional como si ellos hubieran atendido los casos de acoso sexual que se han presentado tanto en equipos como en la selección Sub-20.
Justamente dos de esos casos en la Liga MX Femenil se registraron en el Pachuca que, cinco días después de la agresión de Rubiales a Hermoso, le externó “todo el respaldo institucional, emocional y personal” en este momento tan delicado de su vida y su carrera. “No te dejaremos sola”, dice el comunicado emitido el 25 de agosto último.
Lo paradójico es que, en diciembre de 2021, la directiva del Pachuca despidió al director técnico del equipo femenil, Jaime Correa, porque durante una fiesta navideña consumió tanto alcohol que perdió el control al grado de quitarse la camisa y bailó con el torso desnudo delante de sus jugadoras.
Proceso publicó en julio de 2022 que Correa se le insinuó a una de ellas e intentó besarla. Aunque no se quejó, otras futbolistas indignadas reportaron lo acontecido. En un comunicado, el equipo anunció la salida del entrenador sin explicar las razones.
Para sustituirlo, el Pachuca nombró a otro exjugador de esa institución como entrenador. Octavio Valdez tomó las riendas del club femenil en el Torneo Clausura 2022, pero previo a que se disputara la Jornada 14, el club otra vez despachó un comunicado en el que informó sobre la destitución de su director técnico. “La decisión fue tomada en estricto apego a nuestros reglamentos, que promueven el orden, la disciplina y la convivencia”. El entrenador tenía una relación de pareja con una de sus jugadoras que simplemente ocultaron.
Otro de los clubes de liga mexicana que se sumaron a la defensa de Jenni Hermoso —cuya consigna “¡Se acabó!” se convirtió en el grito de lucha ante la desfachatez de Rubiales de minimizar la agresión, negarse a dimitir y decirse víctima de un linchamiento— fue el América que en sus redes sociales publicó el siguiente mensaje: “Vemos asqueados lo que le aconteció a la jugadora Jennifer Hermoso y es gravísimo que quien debe custodiar la integridad de las jugadoras se convierta en un acosador”.
Además, exigió que la FIFA y las autoridades españolas sancionaran las conductas reprobables de Luis Rubiales en contra de otras jugadoras de la selección nacional.
Lo que no le dio asco a este equipo fue contratar al inglés Craig Harrington, quien en junio de 2021 se convirtió en el director técnico del América Femenil a pesar de sus antecedentes de acoso sexual y verbal contra algunas jugadoras de la Liga Nacional Femenil de Futbol de Estados Unidos (NWSL) donde dirigió a las Red Stars de Chicago (2018-19) y a las Royals de UTAH (2020).
En 2022 dejó de ser el timonel debido a los malos resultados que cosechó, pero no por haber insultado a la jugadora de Rayadas de Monterrey, Aylín Aviléz, a quien durante el encuentro de la Jornada 3 del Torneo Clausura 2022 le dijo “pussy girl”, un insulto que significa “marica”, pero que también tiene una connotación sexual de forma vulgar.
Aunque no fue ella quien dio a conocer la ofensa que recibió su jugadora, la entrenadora de las Rayadas, Eva Espejo, denunció públicamente a Carrington durante la conferencia de prensa después del partido.
“Lo que hoy sucedió dentro de la cancha es inadmisible. Mi compañero entrenador cometió unas faltas. Mis jugadoras jamás van a recibir una falta de respeto de mí, y en este caso, el entrenador del equipo contrario sí lo hizo. Lo denuncio fuertemente. No voy a permitir nunca que se metan con mis jugadoras, ni tampoco voy permitir que se le ofenda a nadie ni se le insulte a nadie bajo ninguna circunstancia”.
La Comisión Disciplinaria de la Federación Mexicana de Futbol (FMF) sólo suspendió a Carrington tres partidos. No se le dio importancia al tema ni hubo muestras de solidaridad o apoyo por parte de los clubes para Aviléz. Esta no fue la única vez que el entrenador ofendió a una mujer que participa en la Liga Femenil. Aunque no se hizo público por temor a represalias, algunas entrenadoras refirieron que Carrington también había sido rudo con ellas.
En enero de 2023, la NWSL dio a conocer que tras realizar una investigación en conjunto con el sindicato de jugadoras y la Federación de Futbol de Estados Unidos determinó la suspensión de Harrington durante dos años, por lo que no podrá ocupar ningún cargo en esa liga, pues se comprobaron las acusaciones de acoso y maltrato en su contra.
La Liga MX Femenil tampoco tardó en sumarse a hacer leña del árbol caído. Informó que se comunicó con el club Pachuca para ofrecerle “cualquier tipo de apoyo para garantizar que exista el acompañamiento a la jugadora de la forma correcta”, de acuerdo a lo que marca el Protocolo de la FMF para Prevenir y Sancionar el Acoso y el Hostigamiento Sexual.
“En la Liga MX Femenil defendemos y protegemos los derechos de nuestras jugadoras, directivas y staff; tendremos tolerancia cero ante cualquier tipo de acto que atente contra su integridad”.
Condenas inútiles
La historiadora del deporte femenil mexicano y especialista en estudios de género por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Mariana Paz y Rocha, considera que este pronunciamiento es una muestra de la “hipocresía total” de la Liga MX Femenil, pues desde su nacimiento en 2017 muchas futbolistas han estado envueltas en actos de violencia de género que si acaso “ha condenado enérgicamente”, pero en la mayoría ha guardado silencio.
“Los comunicados fueron para decir que cuentan con protocolos para evitar acciones como la de Rubiales, pero, ¿qué protocolos? Como aficionada no conozco esos protocolos. No veo mal que los clubes externen su apoyo, sin embargo, hay que limpiar la casa primero”, enfatiza.
En agosto de 2022 la propia FMF anunció el despido del preparador físico Roberto Melville por lo que definió como “actitudes indebidas” en la selección femenil Sub-20. Aunque el organismo deportivo negó que haya existido acoso sexual, Proceso también publicó que Melville hostigaba a una de las mediocampistas con mensajes en los que se refería a ella como “mamacita”. Le propuso que tuvieran una relación de pareja a condición de estar en el once titular a pesar de que era su superior jerárquico y de que este tipo de relaciones están prohibidas por la FMF.
Fue una de las jugadoras de la selección quien denunció la forma equivocada en la que Melville y otros integrantes del cuerpo técnico (el auxiliar Miguel Razo y el entrenador de porteras, Guillermo Vázquez) se relacionaban con algunas de las futbolistas a quienes hacían “bromas” y comentarios con doble sentido (Proceso 2387).
Pese a que también un par de directivos de la FMF tuvieron conocimiento de distintas situaciones que ocurrieron no actuaron para detener este comportamiento o destituirlos. Se trata del excoordinador de selecciones menores, Javier Mier, y de la coordinadora de selecciones femeniles, Mariana Gascón.
Casos al por mayor
Tres clubes de la Liga MX Femenil que manifestaron su respaldo a Jennifer Hermoso reposteando en las redes sociales el comunicado citado son los Pumas, Gallos Blancos de Querétaro y Cruz Azul, equipos que también han tenido casos de acoso sexual que fueron zanjados públicamente o ni siquiera salieron a luz porque se empeñaron en ocultarlos como cuando al propio Javier Mier también le tocó enfrentar que algunos integrantes del cuerpo técnico del equipo femenil de Gallos Blancos se relacionaban de manera indebida con las jugadoras. En ese caso también se encubrió a los responsables (Proceso 2387).
El más grave es el del entrenador de las Pumas, Jhonathan Lazcano, quien sin el menor empacho empujó a la futbolista Natalia Macías mientras ella salía de cambio. Los hechos ocurrieron en el partido que las universitarias disputaron ante Cruz Azul en la Jornada 5 del Torneo Clausura 2023. El video se hizo viral, pero la situación fue minimizada.
Para atender el problema la directiva del equipo que representa a la UNAM determinó que Lazcano y Macías se sentaran juntos ante las cámaras de la cadena de televisión TUDN. En una entrevista al alimón, ambos muy sonrientes, dijeron que “así se llevan” y que no se trataba de un caso de maltrato ni abuso por parte del entrenador. La Liga MX ni siquiera abordó el tema.
Asimismo, el Cruz Azul despidió a la mediocampista Ana Paola López Yrigoyen por haber encarado al auxiliar técnico Óscar Escamilla, quien sostenía relaciones de tipo sexual con una de las futbolistas del equipo a cambio de recibir minutos de juego.
López, quien además de haber sido jugadora tiene estudios en Ciencia Política, habló con la directora jurídica del club, Anna Peniche, a quien expuso la deleznabe situación que viven algunas jugadoras a quienes los integrantes del cuerpo técnico les piden favores sexuales, un problema en los clubes de la Liga MX Femenil que las directivas no han podido contener para evitar conflictos entre las futbolistas, pero, sobre todo, el abuso de poder y el acoso sexual que ejercen quienes tienen a su cargo la formación deportiva y mental de las deportistas (Proceso 2387).
La Liga MX Femenil también ha dejado pasar otros casos de violencia física de entrenadores a las jugadoras. Los hechos han sucedido de manera pública y basta con que el club emita un comunicado para apagar el fuego.
El 23 de agosto último, el estratega del equipo Juárez Femenil, el español Óscar Fernández, empujó a la jugadora japonesa Yuki Watari. Es importante mencionar que la delantera recibió un golpe fuerte en el hombro durante el partido, acto seguido el entrenador la empujó de regreso a la cancha en la misma parte del cuerpo donde la futbolista estaba sintiendo dolor.
La directiva de este equipo, cuya propietaria es la única mujer presidenta, Alejandra de la Vega, también despachó un comunicado en el que aclaró que el empujón “fue por la calentura del momento” y que el entrenador ofreció disculpas. La Liga MX guardó silencio y no hubo sanción de ningún tipo.
Discurso masculino que no ayuda
También licenciada en filosofía, Mariana Paz y Rocha, quien durante 20 años ha sido jugadora y entrenadora de basquetbol y ahora investigadora, sostiene que es muy grave que la violencia normalizada continúe en el deporte femenil, pues las mujeres siguen siendo “invitadas al patio de juego de los hombres”, y que los medios de comunicación y los periodista se siguen equivocando en sus contenidos, pues las narrativas siguen siendo masculinas.
Paz y Rocha destaca que ninguna acción de Jennifer Hermoso posterior al beso de Rubiales justifica, demerita o consiente que haya sido agredida —es de destacar que circuló un video donde a bordo del autobús del equipo la futbolista veía en un teléfono móvil la imagen del beso y sus compañeras la bromeaban y ella se sonreía— y que la forma ideal de seguir contando la historia de la victoria de la selección de España en el Mundial Femenil 2023 es no separarla de la agresión del ahora suspendido Luis Rubiales y encontrar un equilibrio. Esto es, que la información siempre lleve un hilo conductor de las protagonistas de la noticia y no convertirlas en un acompañamiento para un personaje masculino.
Varios futbolistas y entrenadores, principalmente de la Liga española, fueron cuestionados sobre las acciones de Rubiales y más allá de decir que “era inaceptable”, pedían que se dejara de hablar del tema y la atención se enfocara en el título mundial.
Tal fue el caso del mexicano Javier Aguirre, entrenador del Mallorca, quien en una conferencia de prensa se enredó con sus propias ideas: “En vez de hablarse de Rubiales se debería hablar de (Irene) Paredes, de Cata (Coll) de Aitana (Bonmatí), la mejor del torneo, la mejor jugadora del mundo, que es española. O la pobre chica (Olga Carmona) que hace el gol y pierde a su padre. Son cosas que se quedan de lado (…). Las chicas españolas son campeonas del mundo y resulta que tenemos que estar hablando de otra cosa. Las pobrecitas no tienen portadas, ni patadas iniciales en los partidos, ni el aplauso de los aficionados en los estadios. Les preguntan por ese hecho y no por el título mundial y eso es lo que me perturba”.
La especialista en estudios de género condena este tipo de declaraciones que “pobretea” a las jugadoras, las llama “chicas” y se pide hablar de un resultado deportivo porque indirectamente hay una complicidad con el sistema patriarcal y no se entiende el fondo del problema.
“Luis Rubiales es el claro ejemplo de cómo son muchos hombres que dirigen el deporte actualmente. Hay mil Rubiales. Sus acciones son muy graves. Simplemente por ser mujer, ¿tienes que aguantar que alguien te dé un beso en el mejor momento de tu carrera?”.
En una conferencia de prensa el 25 de agosto Luis Rubiales, quien después fue señalado por ser un constante maltratador de mujeres, afirmó que “el beso fue espontáneo, mutuo, eufórico y consentido”. Su discursó donde se desgañitó gritando: “no dimito, no dimito y no dimito” fue aplaudido por todos los presentes, entre ellos los entrenadores de las selecciones nacionales, Luis de la Fuente, de la varonil, y Jorge Vilda, de la femenil, quien fue destituido el martes 5, tras la presión de más de 80 futbolistas que también lo señalaron por sus malos tratos y acoso a las seleccionadas nacionales desde que en 2015 asumió el cargo.
“Fue un discurso completamente político, armado y pensado para decir: ‘Pobre de mí, me están poniendo en el paredón injustamente, en el ojo del huracán’. Rubiales ofrece una disculpa que suena a: ‘Perdón por haber hecho algo un poquito mal, pero ¿qué tanto es tantito? Se está hablando de esto porque la agresión fue a una seleccionada en un Mundial en el momento en el que le entregan la copa. No sé qué hubiera pasado si esto hubiera ocurrido en los vestidores”, cuestiona Paz y Rocha.