CIUDAD DE MÉXICO (apro).- En 13 minutos, Cruz Azul le clavó tres goles a los Pumas y uno más en tiempo de compensación para prácticamente poner los dos pies en la final del Torneo Guardianes 2020.

La Máquina Celeste sorprendió al sublíder del torneo con un gol tempranero apenas a los dos minutos de juego cuando, con un disparo de derecha, Roberto Alvarado le metió el balón en medio de las piernas a Julio González a corta distancia de la portería en una jugada de tiro de esquina en la que Alan Mozo se quedó pegado al primer poste.

Los Pumas del argentino Andrés Lillini se quedaron pasmados, atónitos; ni tiempo tuvieron de ordenarse atrás cuando al minuto 8 apareció Rafael Baca con un golazo: desde los tres cuartos de cancha lanzó un obús que González no estuvo ni cerca de atajar.

Y para rematar en la primera mitad, el sinaloense Luis Romo firmó el 3-0 al 13 con un derechazo que pegó en el palo derecho y se metió al marco felino.

En el segundo tiempo cesó la pesadilla de los felinos con 45 minutos donde la intensidad bajó y el ataque de los felinos fue invisible. Lillini, sin idea de juego, con elementos inoperantes, no supo acomodar a sus jugadores ni cómo arreglar el desastre ofensivo a pesar de que puso dos volantes y dos extremos que fueron incapaces de centrar balones.

La defensa felina se vio frágil e hizo agua cuando ya en tiempo de compensación los Pumas sin piernas, prácticamente muertos, dejaron que en un contragolpe Santiago Giménez desbordara increíblemente solo por el sector derecho desde el medio terreno para filtrarle una joya de balón a Luis Romo, quien convirtió el 4-0 que terminó por enterrarlos.

La mala noticia para el Cruz Azul es que Adrián Aldrete salió de cambio por lesión desde el minuto 20. Su lugar lo tomó José Joaquín “El Shaggy” Martínez.

El próximo domingo en la cancha de Ciudad Universitaria tendrá lugar el juego de vuelta donde los Pumas están obligados a marcar cuatro goles o ganar por diferencia de cinco tantos.