Mauro Máximo, paralímpico "cachirul" es jurado en el Premio Nacional de Deportes
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Mauro Máximo, el exatleta paralímpico que exageraba su grado de discapacidad para mantenerse en una clasificación que no le correspondía y sacar ventaja de ello, forma parte de los miembros del jurado que elegirán a los ganadores del Premio Nacional de Deportes (PND) y Premio al Mérito Deportivo (PMD) 2017.
La semana pasada fue insaculado el jurado, entre quienes destacan la medallista olímpica, Belem Guerrero, y el múltiple medallista paralímpico Mauro Máximo, exdeportista mexiquense de 60 años, quien compitió en cuatro Juegos Olímpicos (2000, 2004, 2008 y 2012) y fue galardonado con el PND en 2010.
En 2013 fue reclasificado cuando el Comité Paralímpico Internacional (IPC) “descubrió”, 22 años después de haberlo clasificado en la categoría F53, que en realidad le correspondía la F55.
Tras la reclasificación, y dado que las nuevas marcas que tendría que dar para seguir compitiendo eran imposibles de alcanzar, dejó de competir en lanzamiento de bala y jabalina y se retiró en silencio sin que ninguna autoridad deportiva cuestionara la forma como actuó.
Como medallista paralímpico, cobra una beca vitalicia de 13 mil pesos mensuales, monto máximo para un medallista olímpico mexicano.
Antes de que Mauro Máximo recibiera el PND 2010, Alberto Athié, miembro del Consejo Consultivo Ciudadano del DIF nacional y titular del Consejo Nacional para el Desarrollo y la Inclusión de las Personas con Discapacidad (Conadis), alertó a Presidencia de la República.
Le hizo llegar un expediente a Margarita Zavala, con información de las dudas acerca de la clasificación del deportista.
Un equipo de trabajo elaboró un grueso documento con fotografías y Zavala las entregó en la oficina del presidente Felipe Calderón. La propia primera dama, convencida de las dudas en torno al atleta, recomendó su no premiación. Fue ignorada. (Proceso 1913)
El 20 de noviembre de 2010, por su “Actuación y Trayectoria Destacada como Deportista Discapacitado” (campo 1), Mauro Máximo recibió un diploma, una medalla de plata y un cheque por 549 mil pesos.
De acuerdo con las clasificaciones internacionales, un atleta perteneciente a la categoría F53 “no tiene equilibrio cuando está sentado”; en contraste, uno de la F55 “tiene buenos movimientos hacia atrás y hacia adelante y también laterales”; además, posee equilibrio al estar sentado.
Cuando estaba en México, lejos de las competencias, Mauro Máximo de Jesús caminaba, viajaba en transporte público, era capaz de cargar su maleta y su equipo deportivo.
Sin embargo, en las competencias incluso solicitaba que una persona empujara su silla de ruedas y lo auxiliara para pasarse al banco de lanzamientos, fingiendo que no tenía fuerza en el abdomen y era incapaz de mantenerse en equilibrio por sí mismo.
“Desde el punto de vista legal, Mauro tenía esa clasificación, pero de acuerdo con los estándares internacionales conocidos muy bien por todos los atletas había elementos para poner en duda su clasificación. Existía un doble juego de su parte y de quienes lo estaban encubriendo y apoyando para ganar el premio. Le informamos al IPC y no reaccionó.
“Había intereses importantes de parte de los directivos de la Conade para concederle el premio. Hicimos mucha presión y Margarita Zavala entregó el expediente con las evidencias. La noche anterior a la entrega del premio aún estaba en duda si se le iba a dar o no a Mauro. Ignoro lo ocurrido en la oficina de la Presidencia, pero ahí con todo y la opinión de Margarita se decidió dárselo”, declaró Alberto Athié después de que el IPC reclasificó al atleta.
Cuatro años después, en las manos de Mauro Máximo estará parte de la decisión de quiénes recibirán los premios a lo más destacado del deporte nacional.