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"Bugonia” presenta la magia de la polinización

El desarrollo de la historia en Bugonia (Irlanda/Corea del Sur/Estados Unidos, 2025) es más inconcebible a la vez que fabuloso, con Emma Stone atada y rapada por Teddy, acompañado de Don (Aidan Delbis), su primo autista, con el fin de evitar que use su cabellera para comunicarse con la nave espacial
domingo, 21 de diciembre de 2025 · 10:07

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Una atmósfera bucólica, flores y abejas, una voz en off celebra la gloria de estos insectos, la magia de la polinización, la pureza del principio de organización. Es Teddy (Jesse Plemons) quien habla, un apicultor perturbado por el comportamiento errático de sus abejas, y quien identifica la causa como resultado de los experimentos de un conglomerado farmacéutico que también dejó a su madre en estado permanente de coma. 

De ahí, el salto a las teorías conspiratorias es fácil; la mejor es que la directora general, Michelle Fuller (Emma Stone), es una extraterrestre llegada de Andrómeda con la misión de exterminar a la especie humana. El siguiente salto es secuestrarla y torturarla para evitar el ataque a punto de efectuarse en tres días cuando ocurra un eclipse lunar. 

El desarrollo de la historia en Bugonia (Irlanda/Corea del Sur/Estados Unidos, 2025) es más inconcebible a la vez que fabuloso, con Emma Stone atada y rapada por Teddy, acompañado de Don (Aidan Delbis), su primo autista, con el fin de evitar que use su cabellera para comunicarse con la nave espacial. 

Se trata de la última cinta de Yorgos Lanthimos, remake hecho por encargo -cosa inusual en su carrera, pero que este extravagante y talentoso director logra hacer suyo por completo. 

El guion de Will Tracy se apega lo más posible al original, la estupenda Save The Green Planet (Salven al planeta verde, 2003) que dirigiera Jang Joon-hwuan, sólo cambia el género del director de la gran empresa por una mujer, que Emma Stone encarna de manera clínica y filosa, quizá inspirada por el personaje de Meryl Streep en El diablo usa Prada, e imagen que Lanthimos desbarata, con la presidenta de la empresa, rapada y untada con un pomada blanquizca que la hace verse como verdadera alienígena. La pareja que hacen Teddy y su primo combina al mamarracho con el psicópata, además del fanático de las teorías conspiratorias. 

Lanthimos es uno de los grandes cineastas de la actualidad, que ha llevado muy lejos la fusión inevitable del cine de alta cultura con el popular; Emma Stone se ha convertido en su actriz fetiche, terrorífica como en Pobres criaturas, y patética como en La favorita. La escenificación es impecable, inseparable del estado de paranoia de los personajes, lo grotesco y el horror van de la mano, los debates entre la lógica de Michelle y Teddy, cada uno con mente de cirujano, entre el sentido común y el desquiciamiento, se disfrutan como duelos de esgrima. 

La cultura del griego Lanthimos le permite un punto de vista especial, nunca erudito ni pedante, sino como noción para rescatar temas míticos como familia, incesto, crimen; El sacrificio del ciervo sagrado (alusión al Eurípides y el mito de Ifigenia) es un ejemplo escalofriante; el título, Bugonia, es resultado de una profunda reflexión que se refiere al ritual griego de matar a un toro y abrirlo para regular a las abejas y repoblar los panales, de ahí la etimología: la res que engendra. 

Bugonia logra la síntesis total del tema que tanto preocupa al movimiento del cine griego al que pertenece Lanthimos, la Ola de Cine Griego Raro (the Greek Wierd Wave), la biopolítica, neologismo que expone el impacto de la política en el cuerpo humano, tema que Bugonia extiende a toda la humanidad y a la naturaleza completa. La crítica al estado actual de cosas en la política y la economía global es la más ácida de toda su cinematografía, sin mencionar nombres, quizá para no exponerse a perder su visa. 

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