Festival Hipnosis 2025

Hipnosis 2025 (día 1): psicodelia, nostalgia y nuevos rumbos en el Fray Nano

El Parque Fray Nano, en el oriente de la Ciudad de México, se vio colmado por una multitud que, entre neblina artificial, aromas de incienso y vestimentas góticas, se entregó a una jornada de sonidos expansivos.
lunes, 3 de noviembre de 2025 · 10:57

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El festival Hipnosis 2025 inauguró su primera jornada reafirmando su estatus como el gran encuentro del rock psicodélico en México. El Parque Fray Nano, en el oriente de la Ciudad de México, se vio colmado desde temprano por una multitud que, entre neblina artificial, aromas de incienso y vestimentas góticas, se entregó a una jornada de sonidos expansivos. 

Como cada año, el cartel generó conversación. “Hay menos rock duro, más oscuridad y experimentación”, decían algunos asistentes entre cervezas artesanales y camisetas de culto. Sin embargo, la diversidad terminó imponiéndose: el diálogo entre lo nacional y lo extranjero, entre la nostalgia analógica y los nuevos matices electrónicos, acabó por definir la identidad sonora de la jornada. 

Foto: Carlos Enciso

La tarde abrió con Skinshape, proyecto londinense que imprimió un tono suave, casi onírico. A pesar de un audio tímido, su mezcla de soul y psicodelia ligera logró establecer un clima de serenidad que sirvió de preludio para lo que vendría. 

El turno de Geordie Greep, conocido por su intrincado jazz psicodélico, levantó al público con solos prolongados y una energía que contrastó con el arranque apacible. La distorsión vintage y los destellos de luz roja marcaron un punto de inflexión: el festival empezaba a vibrar con mayor intensidad. 

Foto: Carlos Enciso

Más tarde, Panchiko encendió la veta ácida con su sonido stoner. Frente al escenario, una legión de fans —algunos aún disfrazados de Halloween— coreaba cada verso. El ambiente se volvió denso, lisérgico, donde el límite entre el trance musical y la euforia colectiva se desdibujaba. Japanese Breakfast aportó un respiro, con un set dinámico y hasta divertido, la banda estadounidense logró el sonido más nítido del día. Su presentación disipó las quejas sobre la calidad del audio que habían acompañado la tarde, consolidándose como uno de los momentos más celebrados del festival. 

El gran acontecimiento de la noche fue la primera presentación en México de Pavement. Tras un inicio accidentado, con fallas técnicas que dejaron al público casi en silencio, la banda logró recomponerse y ofrecer un repertorio que recordó por qué su legado noventero sigue vigente. Temas emblemáticos sonaron con una energía contenida y elegante, dejando una estela de gratitud entre quienes esperaron décadas por verlos en vivo. 

Foto: Carlos Enciso

Sin embargo, la producción escénica no estuvo exenta de críticas. La ausencia de pantallas y una iluminación discreta dificultaron la visibilidad para los asistentes más alejados, mientras que la presencia de seguridad fue menor que en ediciones anteriores. 

Ya entrada la noche, Molchat Doma emergió entre luces azules y humo espeso. Los bielorrusos ofrecieron un ritual de post punk oscuro y sintetizadores soviéticos que hipnotizó al público. Su conexión con las generaciones más jóvenes, que bailaban al borde de la penumbra, confirmó su condición de fenómeno global. 

Especial: Carlos Enciso

El cierre quedó en manos de The Horrors, quienes, maquillados con motivos de Día de Muertos, entregaron un set sólido y elegante. Su sonido, preciso y poderoso, sirvió como broche para una jornada que mezcló celebración y melancolía, psicodelia y oscuridad. 

Hipnosis 2025 arrancó con altibajos técnicos, pero con un espíritu intacto: el de un festival que, pese a sus tropiezos, sigue trazando su propio viaje sensorial en el mapa saturado de la música alternativa mexicana. 

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