Cultura

“Flow”, protagonizada por un gato negro que aprende a confiar en los demás 

El realizador letón Zilbalodis alcanza en esta cinta de animación sin diálogos un nivel de creatividad y emoción muy altos, al grado de que ha triunfado en múltiples festivales, y va por el Oscar, el Globo de Oro y el Goya. Cuenta su historia y su relación con los animales.
domingo, 5 de enero de 2025 · 07:00

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Nominada al Globo de Oro como Mejor Película Animada, al igual que en los Goya, y muy alabada por la crítica, la película representante de Letonia para el Oscar 2025, Flow, dirigida por Gints Zilbalodis (quien además es el coescritor, editor, diseñador de producción, director de fotografía y cocompositor de la banda sonora), llega a México. 

El filme de 85 minutos ha conquistado 26 premios. Arrasó en el Festival de Annecy, Francia. Entre sus particularidades cabe destacar que no contiene diálogos y es imagen generada por computadora (CGI, Computer Generated Imagery). 

Zilbalodis (Letonia, 1994), entrevistado por Zoom, destaca que “todo el proceso duró cinco años y es una película para todo el público”. 

Flow (Letonia/Francia/Bélgica, 2024) sigue a un gato solitario. Cuando su hogar es arrasado por una gran inundación, encuentra refugio en un barco poblado por varios animales (un pájaro secretario, un carpincho, un lémur y un perro) y se ve obligado a hacer equipo con ellos a pesar de sus diferencias. Ahí atraviesan por desafíos y peligros. 

Zilbalodis. Cinco años de trabajo. Foto: Especial.

El realizador platica que su objetivo principal era provocar emociones en la audiencia: 

“Realmente me importa mucho eso. Empiezo a trabajar con la emoción en mi mente y luego trato de descubrir qué tipo de historia puedo usar ahí. Para mí, crear esta experiencia es mi objetivo principal. Me importa mucho la trama, pero todo está ahí para evocar emociones. Es muy importante la música, pero como en las novelas o el teatro, se trata de crear una experiencia y mostrársela a la audiencia, y éste es un viaje donde sientes muchas situaciones. Eso es más importante que realmente entender el significado. Es más trascendente que te guste y percibir cosas que te conmuevan emocionalmente”. 

-¿Es fácil o difíficil provocar emociones? 

-Bueno, se necesitan muchos ensayos y errores para lograr eso. Se lleva años, no puedo hacer esto inmediatamente. Se intenta y se falla muchas veces. Hasta que llegó este proyecto. Es un river road. El guion se repitió muchas veces e hice mucha más música de la que realmente terminamos usando. 

“Mi finalidad es crear algo que se sienta real. Eso es un acto de equilibrio bastante difícil. Pones en pantalla ciertas cosas que tal vez no quieras compartir y te sientes un poco avergonzado por eso, pero creo que es importante ingresar temas que nos preocupan, y la gente quiere ver historias personales para identificarse. Pero no debe haber manipulación, sino honestidad”. 

Zilbalodis es conocido por su primer largometraje, igual de animación y sin diálogos, Away (Lejos, 2019), la historia de un niño que se lanza en paracaídas a tierra firme, donde encuentra una moto y un pájaro herido. Se propone un objetivo, perseguido por un monstruo gigante que drena la vida de todo ser humano. 

Explica que Flow está inspirada en diversas culturas, como la tibetana, la civilización maya y la arquitectura azteca, y otras europeas, todo ello fusionado para crear un mundo que se percibiera atemporal: 

“Toda la ciudad en Flow está diseñada para crear una sensación claustrofóbica y laberíntica. Es un obstáculo que los personajes deben atravesar”. 

Distintos animales en el mismo viaje. Foto: Especial.

Su sueño 

Zilbalodis estudiaba la secundaria en Letonia con el deseo de dedicarse a la animación, y creó un cortometraje inspirado en su mascota felina: un gato que supera su miedo al agua. Y muchos años después retomó esa idea para realizar un largometraje: 

Flow está muy lejos de ese corto dibujado a mano”. 

Su segunda película se estrenó en Cannes, donde Sideshow y Janus Films la compraron para distribuirla en Estados Unidos, con éxito de taquilla en Letonia. Tras su presentación, el cineasta mexicano Guillermo del Toro destacó en sus redes la calidad técnica y el diseño único de los personajes: 

“Si pudiera pedir un deseo para el futuro de la animación, estas imágenes serían un magnífico y asombroso comienzo”. 

Zilbalodis menciona que desde muy joven empezó con la animación: 

“No sé si pueda hacer otra cosa y no tengo otras habilidades. Siento que con la animación tengo más control sobre las cosas. Me gustaría hacer diferentes tipos de películas, pero no estoy seguro de si sería bueno. Con la animación puedo tomarme más tiempo, tomar decisiones y contar historias fantásticas. Y en este caso, contar relatos sobre animales. Además, me gusta poder cometer errores. Tener la libertad de cometerlos, porque en una animación puedes corregirlos. Y es por eso que me gusta la animación. Tenía 15 años cuando empecé a tomármelo más en serio. 

“Creo que realicé siete cortometrajes con diferentes técnicas. Empecé haciendo animación dibujada a mano, y luego me di cuenta de que no era muy bueno dibujando, y decidí aprender animación 3D, porque ahí puedo modelar estos escenarios y personajes y puedo mover la cámara, la cual me entusiasma usar. Más bien me agradan las herramientas cinematográficas y hacer tomas muy largas, lo que sería muy difícil en la animación dibujada a mano”. 

Con sus cortos y Away trabajó solo: 

“Básicamente estaba haciendo todo yo mismo, lo cual fue una especie de escuela de cine no oficial, porque no estudié en una universidad. Deseaba realizar todas estas tareas diferentes para aprenderlas con la esperanza de que eventualmente tendría la oportunidad de trabajar con un equipo y entender lo que todos están haciendo. Y sí, afortunadamente eso funcionó y tuve la oportunidad de hacer fluir en Flow todo. 

“La mayoría de los diseños se hicieron en 3D, pero quería que las imágenes se sintieran como hechas a mano y que tuviera imperfecciones y pinceladas. Flow no se ve como una típica película animada hiperrealista que hemos visto tantas veces. Existen películas animadas muy variadas hechas con computadoras, lo cual es emocionante para mí, pero quiero que este largometraje se sienta muy inmersivo. Hay detalles como el viento en la hierba y el agua corriendo, están muy precisos, pero al mismo tiempo es abstracta y posee estilo y expresión. Se trata de encontrar el equilibrio donde sea inmersiva, pero también pictórica en algunos sentidos”. 

 

El estudio de los animales 

-¿Por qué escogió esos animales para este largometraje? 

-Bueno, todo comenzó con el gato y el agua, mas necesitaba un pájaro que fuera algo grande y tuviera autoridad y fuera muy majestuoso. Entonces nos decidimos por el secretario, un pájaro de Sudáfrica. No hay muchos pájaros que cumplan con todos estos criterios que posee el personaje de la cinta. Luego opté por poner perros y que uno fuera muy opuesto al gato, amigable y juguetón. Quería que el gato aprendiera a ser más confiado y el perro fuera más independiente. El lémur es muy diferente, puede saltar a lugares y recoger cosas. 

“Todos los animadores vimos los comportamientos de estos animales en YouTube y filmaban a sus propias mascotas. Y fuimos al zoológico. Hicimos mucha investigación que era importante para que pareciera que eran animales reales. Incluso en algunos pequeños momentos en los que el gato simplemente mira a la gente, tratamos de encontrar alguna referencia de la vida real. No es sólo copiar la vida real para interpretar, sino que también narrar una historia sobre cómo este gato aprende a confiar en los demás”. 

El elenco. Foto: Especial.

-¿Entonces cómo fue la creación del guion de la película sin ningún diálogo? 

-Una página del guion es un minuto de una película, pero como no hay diálogo, el texto está mucho más condensado. Fueron únicamente 35 páginas para 85 minutos de tiempo en pantalla. Es una página con dos minutos de cinta. En mis películas anteriores no escribí el guion, sólo redactaba un breve esquema de unas pocas páginas y luego improvisaba la historia visualmente. En este caso necesitábamos el guion para la filmación porque el presupuesto fue mucho mayor debido al gran equipo. Para mí escribir es probablemente una de las cosas más difíciles de hacer.  

“Suelo pensar mucho y no puedo escribir todo el día. De hecho escribo la música mientras escribo el guion. La música es muy útil, puede darme ideas para el guion. Probablemente mi parte favorita sea la música. Aunque no haya diálogo en el filme, hay mucha narración y existen motivos visuales, como el agua temblando, que estaba en el guion; en fin, pensamos en ellos antes de visualizarlos”. 

Sobre su labor invertida en Flow, manifiesta: 

“Fue algo agobiante para mí, pero muy emocionante. Tuve que estar a cargo de un equipo y sentía este síndrome del impostor: ¿quién soy yo para decirle a toda esta gente qué hacer? Algunos de ellos son mayores que yo y llevan mucho tiempo haciendo esto, ¿y por qué deberían escucharme? A veces era más fácil mostrar que explicar. Con la música, otro compositor con más experiencia tomaba mis bocetos. Yo los había hecho y él agregaba más capas y los pulía. Era más fácil mostrarle la música y luego tratar de explicarla con palabras, porque la música es muy subjetiva. Todos la interpretan de manera diferente, y me pareció muy emocionante poder hacer bocetos y colaborar con otros, que otras personas puedan tomar mis ideas y llevarlas a otro nivel y aportar sus propias ideas también, todo eso fue lo que me inspiró. Así que espero seguir trabajando con el equipo”. 

Concluye: 

“Creo que aprendí mucho y también gané confianza, así que creo que con la próxima película será más fácil. Además espero que la gente no vea a la animación como algo menor o sólo para niños, pero sí, ha sido una locura.  

“Todos los festivales y los premios y el encuentro de cine en Cannes, que casi nunca selecciona animación en la competencia, han sido grandes momentos para nosotros. La producción y la promoción han sido muy intensos, yo mismo estoy en medio de un huracán. Con vuelos de un lado a otro. Es realmente emocionante”. 

La película se produjo con el apoyo financiero del Centro Nacional de Cine de Letonia, la Fundación Capital Cultural del Estado de Letonia, el Centro Nacional del Cine y la Imagen Animada, Arte France, Eurimages, RTBF y el Refugio Fiscal Belga. 

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