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Cine/Aún: Tour Cine Francés: “El señor Blake…”
"El señor Blake, a sus órdenes", novela ya adaptada a un manga, propone una especie de visión idílica de reconciliación de clases, en el molde de Downton Abbey.Los colaboradores de la sección cultural de Proceso, cuya edición se volvió mensual, publican en estas páginas, semana a semana, sus columnas de crítica (Arte, Música, Teatro, Cine, Libros).
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Con un largo título en español copiado del inglés, El señor Blake, a sus órdenes (Complètement cramé; Franci-Luxemburgo, 2023), algo así como con el cerebro frito, se exhibe en el Tour de Cine Francés de este año la adaptación de la novela de Gilles Legardinier que él mismo dirige, y quien por lo tanto no podrá quejarse.
Locaciones y elenco representan todo un privilegio para un director, el rodaje se llevó a cabo en un bello castillo de la Bretaña, Château du Bois Cronillé, con John Malkovich y Fanny Ardant en los papeles protagónicos, dos actores siempre disfrutables, de tanto peso que, como ocurre en esta cinta, ya no necesitan actuar, basta con ser ellos mismos.
En vez de ir a recibir un premio, el magnate británico Andrew Blake (Malkovich) decide viajar a Francia a visitar el sitio donde conoció a su difunta esposa, para rememorar momentos que vivió ahí con ella; cuando llega a la propiedad de Beauvillier lo recibe el ama de llaves (Émilie Dequenne), que lo confunde con el nuevo mayordomo y lo conduce a una habitación en el ático; al día siguiente Blake decide trabajar un tiempo al servicio de Madame Beauvillier, la dueña de la mansión, viuda en apuros financieros que intenta mantener la propiedad rentando habitaciones.
El principio sugiere una comedia de confusión de identidades, pero Legardinier cambia la jugada: Blake pone al tanto al ama de llaves, lo interesante es que ella no se amedrenta con el personaje y lo trata simplemente como mayordomo. Aunque ocurren todo tipo de equívocos propios de la comedia de situaciones, el desarrollo de la historia se aparenta a la tragicomedia: el protagonista, deprimido, que no encuentra ya sentido a la vida por más éxito que tenga, descubre un sentido de vida a través de una serie de personajes que también viven sus propios dramas personales. Luego de una violenta acogida, el jardinero, o guardabosques (Philippe Bas), se convierte en un gran amigo, Blake se involucra en las intrigas amorosas del personal, comprende y apoya a la señora de la casa.
El señor Blake, a sus órdenes, novela ya adaptada a un manga, propone una especie de visión idílica de reconciliación de clases, en el molde de Downton Abbey, la serie inglesa que maneja humor, melodrama y tópicos un tanto oscuros. Esta propuesta sortea temas truculentos, se trata de una película del feel good, de buenas intenciones, ese estilo para el que Hollywood es imparable; el cine francés ha sido naturalmente poco afín al mensaje, pues la comedia gala tiende a ser crítica e inteligente, a menos que se trate de slapstick (o gros comique).
Gille Legardinier, novelista inteligente, realizó una cinta de personajes inteligentes, pero sin humor inteligente, por momentos de un talante tan tonto que resulta cómico, como el de planchar el periódico para Madame Beauvillier y dejar la huella quemada de la plancha.
Ardant y Malkovich son actores generosos, saben entregarse y tomar en serio su trabajo por poco original que sea el guion, aquí habrán caído en cuenta, subrayamos, de que todo lo que se requería era ser ellos mismos para que funcionara la historia. El fondo de El señor Blake… es que no hay fondo, todo está perfectamente decodificado, no hay que pensar, cosa también algo poco frecuente en el cine francés; sin embargo, el público no se siente defraudado porque disfruta situaciones y personajes, el ritmo de la narración y la presencia de estos íconos del cine que ya se dejan ver poco en pantalla.