Feria Internacional del Libro Universitario
Ida Vitale y la satisfacción de romper los límites de la lectura
La poeta uruguaya y Premio Cervantes 2018, Ida Vitale, acudió al conversatorio inaugural de la Feria Internacional del Libro Universitario (Filuni) 2024.CIUDAD DE MÉXICO (apro).– “Érase un bosque de palabras” fue el título del conversatorio inaugural de la Feria Internacional del Libro Universitario (Filuni) 2024, donde la poeta uruguaya y Premio Cervantes (2018), Ida Vitale, afirmó que “la literatura mexicana es un lujo”, y que en la lectura no debe haber fronteras, pues “no hay nada más necesario que leer lo que no entiendes” para romper límites.
La escritora centenaria estuvo en la Sala Clementina Diaz y de Ovando del Centro de Exposiciones y Congresos UNAM en un diálogo con el poeta, director del Instituto Cervantes y recientemente galardonado “Medalla Bellas Artes”, Luis García Montero, además de la presencia e introducción por parte de la escritora y coordinadora de Difusión Cultural de la UNAM, Rosa Beltrán.
Ahí, Vitale expresó:
“Cuando llego de vuelta a México lo que una ha hecho o no ha hecho importa poco, me importa recuperar años felices, porque el llegar a este país descubrí una maravilla, el lujo que es la literatura mexicana.
“Fue un choque astral el ‘descubrir’ México en el mejor sentido, porque Uruguay es un país pequeño, claro, antes tuve la suerte de tener buenos profesores, por lo menos en mi caso de agradecer los buenos profesores que tuve, como Carlos Sabater, que en su momento era el gran poeta de Uruguay, para mí era padre de una compañera y el marido de una mujer a la que veía como una madre suplementaria.
Y continuó:
“La prosa es lo que más me importa, me plantea dificultades incluso más que la poesía, la prosa es de todos, pienso que vamos por el mundo en un cubito de prosa ante diferentes panoramas que a veces nos superan. Y en seguida leyó para los presentes el poema “Solo acepto este mundo iluminado”.
Luego afirmó, “el camino de la poesia, el camino que nos lleva a ella varía mucho”, y narró que en su casa de infancia tenía una biblioteca de libros antiguos, la mayoría italianos por el origen de su abuela:
“Descubrir que la poesía podía tener un mérito propio y que no dependía de una ‘música impuesta’ me llevó años, al inicio me gustaron cosas horribles, porque a veces te llama lo raro, luego defines tu gusto”.
E incluso dio un consejo inusual, pero como todos los consejos, reflexivo y con sabiduría:
“A las madres con niños les sugiero que los dejen leer cosas, aunque no sean para ellos, no hay nada más necesario que leer algo que no entiendes, porque se intuyen las cosas, los niños no son tontos, no hay que prohibirles leer nada, en lectura no hay que prohirnos nada”.
Le interrumpió García Montero:
–Tu has dicho que el primer poema que te leyeron fue de Gabriela Mistral y no entendiste nada.
Respondió Vitale:
–¡Pues no entendí nada!, pero me gustó porque marcaba un límite, y no hay nada más tentador que un límite, yo viví un poco más dependiente, había un tío muy lector e intuitivo que solo una vez me dijo ‘esto no te va a gustar’, más allá de eso no hubo control de temas, yo leía de todo”.
Beltrán apuntó que tener a Vitale en la Filuni demostraba su lazo infinito con México, y que cuando se le extendió la invitación indudablemente respondió “a México sí voy” –lo que suscitó fuertes aplausos por parte del público–, “es que su obra es un ejercico de escritura, es prueba de constante gratitud y asombro a la vida”, continuó:
“Ida es única, fuera de corrientes y modas, en México su relación profesional con figuras como Uberto Batiz, Fernando Benítez, Octavio Paz, Gabriel García Marquez y Álvaro Mutis fue una constante, y un lazo profundo con este país.
“La poesía, su poesía, es un acto de defensa de la libertad humana y de consciencia, que evita el olvido de la memoria, lo que hace falta para que las ideas no se conviertan en dogma, un ejercicio de conocimiento porque es indagar en los matices, el blanco con toques negro y el negro con tintes del blanco”.
En su turno, García Montero afirmó que la poesía es la forma de un conocimiento que se pregunta lo que cabe en las palabras, un diálogo con lo que permanece, se va, regresa o cambia, dijo:
“‘En palabra dada’ (1953) de Ida esta el poema ‘Agosto en Santa Rosa’ –en referencia al ‘Día de Santa Rosa de Lima’, cada 30 de agosto, que según la creencia popular de Argentina, Paraguay y Uruguay, siempre se espera una de las peores tormentas del año–, en donde Vitale dice “una lluvia de un día puede no acabar nunca…”, de manera que preguntarse ¿qué es la realidad? Es eso que cabe en las palabras.
Y sostuvo que ese es uno de los poemás más maravillosas en torno a la lluvia, asegurando que el trabajo de Ida tiene que ver con rigor y la utilización de palabras, “la poesía para Ida es un campo de operaciones”.
El programa de actividades de la Filuni se puede consultar en:
https://www.filuni.unam.mx/eventos/programa-general