Los colaboradores de la sección cultural de Proceso, cuya edición se volvió mensual, publican en estas páginas, semana a semana, sus columnas de crítica (Arte, Música, Teatro, Cine, Libros).

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Luis Eduardo Crosthwaite (1962) es autor de cuentos y novelas que ha escrito, entre otros, una saga sobre Tijuana, su ciudad natal, formada por Idos de la mente: la increíble y (a veces) triste historia de Ramón y Cornelio, Aparta de mí este cáliz, Estrella de la calle sexta e Instrucciones para cruzar la frontera. Después de varios años de no publicar presenta la colección de cuentos titulada El último show del Elegante Joan (Random House. Col. Literatura Mexicana, 2024. 208 pp.), integrada por 11 historias.

La selección inicia con una “Carta abierta” de los personajes que aparecen en las historias, agrupados en el Ilustrísimo Sindicato Mundial de Personajes Ficticios (ISMPF), en donde denuncian el maltrato recibido en las diferentes narraciones y el incumplimiento del contrato por parte del autor. En “Poesía shaolín” se cuenta el enfrentamiento entre dos grupos de poetas: Aquellos que siguen la métrica y los que recurren al verso libre. “Opus magnum” narra el enorme trabajo de un escritor en la realización de una obra trascendental y el apoyo que recibe de su editora para publicarlo.

“Juro no volver a recordarte” trata de la petición que un amigo le hace a otro de que escriba poemas para enamorar. “Puerta abierta” relata las vicisitudes que tienen un enfermo y su cuidador, cuando descubren que hay una puerta abierta por la que pueden escapar del hospital en donde se hayan recluidos. “Video” refiere cómo una pareja de admiradores de L. H Crosthwaite lo encuentran trabajando como empacador en un supermercado y deciden grabarlo para luego difundir en las redes su hallazgo.

“El último show del elegante Joan” versa sobre la actuación de un imitador que imagina tener un gran público en un restaurante vacío al que sólo asiste una mujer madura a escucharlo.

En esta colección, además de los temas que aborda, resalta la manera de narrarlos. En la mayoría de ellos Crosthwaite apunta cómo los escribió y el diálogo que tiene con los personajes de las historias. Con esto crea una perspectiva diferente que le da al lector otros elementos novedosos de comprensión. También en las narraciones los actores tienen una independencia del propio escritor, como es el caso de la “Carta abierta”, donde denuncian sus abusos… no son entes pasivos sino activos y cambian el curso de la historia de acuerdo a sus perfiles psíquicos, sin seguir las intenciones del autor.

En el cuento “Puerta abierta”, los personajes van modificando sus actitudes de acuerdo a los diálogos y consideraciones que establecen, y a partir de ello toman una decisión que sorprende porque la anécdota apuntaba a otra conclusión. En “El último show del Elegante Joan” la narración es hecha por el protagonista y el relator. El primero indica que es un ídolo seguido por varios admiradores y ofrece varios conciertos. El cuentista escribe que esta situación es producto de la imaginación del cantor, lo cual en los hechos no sucede. Así aparecen dos historias, la del actor que la inventa y la del literato que narra los hechos y muestra la irrealidad de la fantasía.

En El último show del Elegante Joan, Crosthwaite escribe sobre el oficio de narrar. En varios relatos asienta qué escribe y por qué, y presenta una forma original de contar y experimentar con el lenguaje. El lector no sólo accede a los hechos sino también a los entretelones. En una entrevista reciente afirmó que “el punto de inicio” de la colección era escribir… (anécdotas) que analicen lo que yo tanto amo, que es formar historias…. y crear personajes, ponerlos a platicar… A veces siento que ellos están hablando mucho más allá de mí mismo, los estoy escuchando y yo nomás registro sus diálogos.”

Sin duda un libro original y sorprendente que acerca al lector a otras maneras de entender las historias.