Arte
La elección de la secretaria de Cultura federal
Por sus carencias, descontentos y necesidades, el sector requiere como cabeza y líder a un profesional que conozca las problemáticas de las diferentes áreas e instituciones que abarca la Secretaría de Cultura.Los colaboradores de la sección cultural de Proceso, cuya edición se volvió mensual, publican en estas páginas, semana a semana, sus columnas de crítica (Arte, Música, Teatro, Cine, Libros).
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Conocida en distintos escenarios culturales y artísticos por los numerosos Diálogos por la Transformación –con el tema de Cultura– que organizó desde el pasado mes de enero en todo el país, Susana Harp Iturribarría no fue nombrada como secretaria de Cultura Federal por la presidenta electa Claudia Sheinbaum.
Con base en su experiencia profesional y actitud humanista, Susana Harp se percibía como una funcionaria con los conocimientos y el carácter adecuados para administrar y reconstruir un sector que, a pesar de contar con recursos patrimoniales y creativos de gran relevancia, ha sido sumamente deteriorado bajo la gestión de Alejandra Frausto como primera secretaria de Cultura del gobierno morenista.
Conocedora del sector artístico por ser ella misma cantora e investigadora de música mexicana, Susana Harp es licenciada en Psicología con especialidad en Psicoterapia Gestalt y maestría en Programación Neurolingüística. Nacida en Oaxaca, desde muy joven conoció el multiculturalismo que caracteriza nuestra identidad mexicana a través del trabajo con comunidades indígenas y la colaboración con fundaciones de servicio social.
En el ejercicio político también tiene experiencia. Fue senadora de la República por su estado de 2018 a 2022 y, además de presidir la Comisión de Cultura del Senado, destacó por impulsar leyes que inciden positivamente en el sector cultural: una iniciativa de ley para el reconocimiento del Pueblo Afromexicano en la Carta Magna, la Ley de Salvaguarda de los Elementos de las Culturas de México, una reforma a la Ley del Instituto Nacional del Derecho de Autor (Indautor) para que las expresiones de las culturas populares dejen de ser del dominio público, la Ley del Libro y la Ley de Bibliotecas.
Por sus carencias, descontentos y necesidades, el sector cultural requiere como cabeza y líder a un profesional que conozca las problemáticas de las diferentes áreas e instituciones que abarca la Secretaría de Cultura; que tenga la habilidad para diseñar y gestionar políticas públicas; que cuente con la autoridad para implementar un modelo de rendición de cuentas que incluya sanciones; que posea la visión de generar proyectos con otras ecretarías de Estado; y que posea la suficiente audacia tanto para exigir y defender un presupuesto como para reestructurar o abolir programas que no inciden en el bienestar social.
Desde su creación en 2015, la Secretaría de Cultura manifestó una gestión arbitraria al empezar a operar sin una Ley de Cultura que la sustentara definiendo su vocación cultural. No es igual que la cultura esté definida por la educación a que esté sustentada en el derecho a la cultura, como lo es actualmente.
Ante la necesidad de ordenar la Secretaría de Cultura, y atender los problemas laborales, sindicales, presupuestales y de protección patrimonial que tiene el sector y que incluyen al Instituto Nacional de Bellas Artes y el Instituto Nacional de Antropología e Historia, ¿cuál es el perfil profesional y personal que debe tener el servidor público responsable de esta importante Secretaría de Estado?
Claudia Curiel de Icaza, la secretaria de Cultura federal nombrada por Claudia Sheinbaum el pasado jueves 18 de julio, tiene una licenciatura en Historia por la UNAM y un máster cursado en un año en el Global Leaders Institute (GLI), una escuela con sede en Washington que imparte cursos diseñados en colaboración con nueve instituciones de educación superior norteamericanas. Programadora, gestora y promotora cultural, ha colaborado en festivales de cine, música y artes escénicas. En la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM se desempeñó como Subdirectora de Programación de la Dirección General de Música. En 2022 se incorporó al equipo de Sheinbaum como secretaria de Cultura de la Ciudad de México. Y a partir de octubre tendrá la responsabilidad política de dirigir la Secretaría de Cultura federal.
Al comparar las trayectorias de titulares de secretarías de Estado que deben relacionarse con la administración cultural como Juan Ramón de la Fuente en Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard en Economía y Rosaura Ruíz en la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación, la elección de Claudia Curiel resulta cuestionable. ¿Qué significado tiene el patrimonio creativo, cultural y artístico para Claudia Sheinbaum?