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Arte: Don Carlos García Ponce: un coleccionista generoso y visionario
Los colaboradores de la sección cultural de Proceso, cuya edición se volvió mensual, publican en estas páginas, semana a semana, sus columnas de crítica (Arte, Música, Teatro, Cine, Libros).CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).-El pasado miércoles 22 de mayo, por la tarde, falleció el relevante coleccionista y constructor de la escena mexicana del arte moderno y contemporáneo, don Carlos García Ponce. Nacido en 1936 en Mérida, Yucatán, don Carlos ---como se le decía y mencionaba--, fue un exitoso empresario que convirtió su pasión por el arte en eficaces modelos de difusión, tanto comercial como museística.
De carácter alegre, entusiasta y muy amable, don Carlos se sumó al dinamismo de los artistas que confrontaron en los años sesenta los lenguajes figurativos del oficialismo pos-revolucionario, integrando sus obras en un modelo de mercado que alternó arte nacional e internacional.
En los años setenta, cuando la marca-país México se percibía como una potencia artística y cultural, abrió tres Galerías Ponce en las que exhibió a artistas de las Escuelas de Nueva York y París, de las vanguardias españolas, y de algunos jóvenes mexicanos que ahora se conocen como de la “La Ruptura”. Con base en lo que se informa en la página web del coleccionista, en Madrid se exhibió obra de Casamada, Chillida, Miró, Amat, Brossa, Fernando García Ponce, Lilia Carrillo, Manuel Felguérez Vicente Rojo y Roger von Gunten. En Nueva York estuvieron piezas de Motherwell, Jasper Johns, Raushenberg, De Koonig, Jim Dine y Alex Katz, entre otros.
Ubicada en la calle de Belgrado número 5, en la entonces atractiva y cultural Zona Rosa, la galería de la Ciudad de México destacó no sólo por la promoción de prácticas pictóricas sino, también, por la exhibición de obra gráfica de firmas contemporáneas consagradas y jóvenes. Entre las extranjeras, autores como Jean Dubuffet, Max Enrst, Equipo Crónica, Guinovart, Motherwell, Sol Lewitt, Oldenburg, Lichtenstein, Soulages. Entre las nacionales, además de los artistas mencionados de La Ruptura, piezas de Rufino Tamayo y Nunik Sauret. La promoción de la fotografía de arte y de registro conceptual fue otra aportación relevante de su galería, en donde exhibió piezas audaces de autores que en siglo XXI sobresalieron notablemente, entre ellos la pareja alemana Bernd & Hilla Becher.
En los años noventa, la propuesta que le hizo el gobierno del Estado de Yucatán --a través de la gobernadora priísta Dulce María Sauri Riancho-- de administrar un museo en Mérida, exhibir su colección y realizar actividades culturales, derivó en el cierre de las galerías en 1992 y la apertura en 1994 del Museo de Arte Contemporáneo Ateneo de Yucatán (MACAY). Un recinto ubicado en el inmueble denominado Ex-Ateneo Peninsular, que adquirió importancia tanto por sus exposiciones como por ser el único dedicado al arte contemporáneo en todo el sureste de la República mexicana.
Hermano menor tanto del reconocido escritor Juan García Ponce (1932-2003) como del espléndido artista visual Fernando García Ponce (1933-1987), don Carlos se convirtió en el principal coleccionista de este último. Un artista diferente y audaz que se distingue de sus contemporáneos por la creación de un lenguaje abstracto-geométrico que es a la vez constructivo, contundente, sintético y expresivo. Configurado con prácticas pictóricas que se expanden de la pintura a ensamblados --con fragmentos de madera-- y collages con páginas de periódico en los que la noticia se integra a la abstracción, la propuesta de Fernando García Ponce se impone como uno de los principales acervos en la colección del empresario.
Activo desde 1994, el MACAY ha disminuido en los últimos años su espacio y actividad, debido a la intención del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de instalar en gran parte del inmueble, un museo dedicado a la historia de Yucatán y al tren maya.
Aun cuando don Carlos --quien también ejerció como presidente del Comité Técnico de los Museos Frida Kahlo y Diego Rivera Anahuacalli-- ya se encontraba con una salud frágil desde hace tiempo, celebró el pasado 29 de abril los 30 años del MACAY, compartiendo pastel en el museo. Con 88 años cumplidos apenas el pasado 14 de abril, don Carlos murió a causa de insuficiencia respiratoria. Sin embargo, hay gente que opina que falleció por la tristeza de ver el estado actual del museo.