Cultura

Luis Estrada debuta en series con “Las muertas”, de Ibargüengoitia

“¿Hasta dónde se puede hacer comedia con un tema como el de las asesinas seriales Las Poquianchis?” Esa es reflexión a la que el cineasta se enfrentó, entre otras, para acceder a filmar con Netflix, cuenta en entrevista, al lado de sus actores y el productor.
domingo, 18 de febrero de 2024 · 07:00

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Desde los 15 años de edad el cineasta Luis Estrada, ahora de 62 abriles, deseó filmar la novela “Las muertas” (1977) del guanajuatense Jorge Ibargüengoitia (1928-1983), sobre las asesinas seriales Las Poquianchis.

Por ello, a lo largo de su carrera varias veces intentó obtener los derechos del volumen, que por alguna razón no estaban disponibles, y hace un año y medio Netflix le anunció poseer la propiedad intelectual, y comenzó la adaptación.

Estrada --“La ley de Herodes” (1999), “Un mundo maravilloso” (2006),  “El infierno” (2010), “La dictadura perfecta” (2014) y “¡Que viva México!” (2023) manifestó, muy contento, en el Foro 5 de Los Estudios Churubusco:

“Llevamos ya con el proyecto casi un año y medio trabajando de la mano de Netflix. Hicimos una importante labor hemerográfica, filmográfica y fonográfica sobre lo que existía del caso, y tuvimos acceso a los archivos del periódico ‘Alarma’ y algunos otros medios impresos , así como al expediente judicial”.

Serán 6 capítulos, aunque para Estrada se trata de una zaga de películas, a protagonizar por Joaquín Cosío, Alfonso Herrera, Paulina Gaitán y Arcelia Ramírez, en un elenco de más de 150 actores y actrices.

“Las muertas” se filmará en la Ciudad de México, Guanajuato, San Luis Potosí, y Veracruz. Estrada relató:

“Lo que a mi me interesa es hablar de mí país, hablar de mi realidad que a veces es más dolorosa de lo que todos quisiéramos, y efectivamente creo que lo que ofrece Ibargüengoitia, y lo que tratamos de hacer en la adaptación, es una vez más confrontar al público mexicano con su nación, y descubrir que efectivamente no hemos cambiado tanto”.

Las Poquianchis en la película de Cazals. Foto: Especial

Específicó:

“La violencia contra las mujeres, los feminicidios, la trata de personas, tiene raíces muy profundas, y el machismo sigue siendo igual como hace cientos de años, y en los años cuarenta, cincuenta y sesenta a la mujer se le cosifica, en fin. Pero ojo, no se trata tampoco de crear, y nunca lo he querido hacer con mis películas, algo didáctico. Aquí no puedo ni siquiera asumir darle otro sentido al que Ibargüengoitia le quiso dar, porque implícitamente lo que hay es una crítica demoledora a México, a sus instituciones, porque las hermanas Baladro, es decir Las Poquianchis, existieron en la vida real por la  complicidad, la impunidad y la colusión con las autoridades, por la corrupción que sigue a pie en este país, por lo cual ‘Las muertas’ es un tema de actualidad”.

Para subrayar enseguida que el espectador verá en la serie coches y un vestiario de época, “pero lo que se cuenta está pasando ahora en un pueblo o una ciudad de México o en la casa de mis vecinos”:

“No dudo que algún día alguien diga: ¿cómo puede ser que puedan efectuar una comedia negra alrededor de un tema como éste? Esa es la esencia de la sátira, y es mi género favorito como espectador y como creador”.

En “Las muertas”, editado por Joaquín Mortiz, tres hombres y una mujer llegan a un pueblo en busca de Simón, el panadero, para vengar una afrenta. Una vez que dan con la panadería, balean a Simón, incendian el establecimiento y se van. Sobreviviente, el panadero identificará más tarde ante el Ministerio Público a Serafina, una mujer que había sido su amante. Ambos son acusados de haber llevado a cabo una inhumación clandestina; confirmado este dato, se empieza a descubrir una historia siniestra que involucra a las hermanas Serafina y Arcángela Baladro como responsables de una serie de muertes.

En una reseña de 1977 sobre la obra recién publicada (Armando Ponce, Proceso #39), a Ibargüengoitia se mostró “en la cima de su oficio”:

Al eliminar el sensacionalismo de la página roja que hizo célebre el caso Las Poquianchis, al emplear el lenguaje directo como resultado de un alto dominio de palabras, al ocultar detrás de ésta el complicado mecanismo que sustenta la obra y al reconstruir detectivescamente los datos a su alcance, el escritor encontró el secreto expresivo de esa historia.

Es la crónica real, el reportaje verdadero. Ibargüengoitia cuenta lo que sabe; cuando no, lo supone y dice que lo supone. Jamás juzga: presenta. Lo que los personajes son está en sus actos. Pero es que en esta novela todo son actos, hasta el silencio. No hay uno solo de los personajes que no participe o sea cómplice de la ambición. O mejor: en Las muertas, la muerte es sinónimo de ambición. Es el clima natural en este país que Ibargüengoitia, sin nombrarlo, nombra con la ironía; el humor desenfadado, parece decirnos el escritor, es el único hilo capaz de recorrer los caminos de esta red necrófila.

Estrada. La serie, como varias películas. Foto: Especial

Un sueño

Estrada recordó que en 1976 su padre, José, reconocido realizador fílmico, estaba trabajando en la adaptación de “Maten al león”, otra novela de Ibargüengoitia, tuvo la oportunidad de conocer a éste personalmente al asistir al set, y leyó el guion:

“Eso me llevó a tratar de leer todo lo que publicó Ibargüengoita. Para mí es uno de mis escritores favoritos, no sólo de México, sino del mundo. Después de que filmé ‘¡Que viva México!’, Francisco Ramos de Netflix y yo nos reconciliamos, luego de habernos peleado (por no estar de acuerdo en la distribución del filme).

“Ahora somos los más grandes amigos, socios y cómplices en ‘Las muertas’. Francisco me comentó: ‘¿Qué vamos a hacer después?, y le dije que siempre había tenido muchísimas ganas de hacer ‘Las muertas’, pero que no había podido conseguir los derecehos, y al día siguiente me dijo: ‘Ya te conseguimos los derechos’. ¡Fue una gran noticia1…”.

A pesar de que llevaba muchos años pensando en esa novela, y había hecho ejercicios de adaptación, “siempre veía que era demasiado ambiciosa para meterse en una película”. Enfatizó:

“Sería aún más larga que ‘¡Que viva México!’. Entonces Francisco me propuso: ‘¿Por qué no intentamos el camino de realizar una serie?’. Le dije que no era serie, que las series son televisión y yo era un purista del cine, pero luego refelxioné de cómo ha cambiado el mundo, de cómo percibimos ahora el mundo audiovisual, en el que creo que ya no hay tantas fronteras como las que hubo en algún momento. Así que empezamos a hacer el proceso de adaptación, y claramente con la misma estructura de la novela y como estáya fragmentada. Llegamos a la conclusión que lo mejor era hacer una serie de películas, así como ‘Harry Potter’ o ‘El señor de los anillos’, que son seis o siete; estas van a ser seis, seis capítulos con su tema cada uno”.

Para Estrada, “ha sido un proceso formidable”:

“Francisco me ha dado mucha libertad para la adaptación. Creo que se respetó muchísimo el espíritu de Ibargüengoitia. Tratamos Jaime Sampietro, Rodrigo Santos y yo, quienes firmamos los guiones, de ser muy respetuosos con el texto, porque para mí era esencial que quién conociera la novela, la encontrara en nuestra serie de películas, y que quien viera la serie de películas y quisiera ir a la novela, pudiera reconocerla. Entonces es un proyecto muy ambicioso y ha sido muy atractivo. Tengo probablemente uno de los mejores repartos que se hayan armando en México”.

Las Poquianchis. Asesinas seriales. Foto: Especial

Entonces Ramos, a su vez, manifestó la diferencia de “Las muertas” con los distintos títulos de Netflix que recientemente se anunciaron:

“Uno, se trata de una obra maestra de la literatura mexicana, y dos, es una mirada única de uno de los directores más importantes en la historia de nuestro cine”:

“La combinación de Jorge Ibargüengoitia con Luis Estrada me parece que es suficiente para decir por qué es especial y diferente este proyecto”.

Ante el desafío de recrear en varias épocas la serie, Estrada especificó:

 “Es un proyecto de gran nivel de ambición. La serie de películas no sólo ocurre en los años sesenta, también en los treinta, cuarenta, cincuenta y llegas a los setenta. Estamos hablando de un conjunto de extras, vestuarios, coches, locaciones, y desafortunadamente ya quedan en México muy pocos lugares naturales, en cualquier lugar que uno llega hay dos Oxxos, tres farmacias del doctor Simi, letreros espantosos, todo está lleno de cables, en fin. Es un proyecto muy complicado, pero los más importante, como siempre ha sido en mis películas, son esos que van a dar la cara, y ese es mi reparto”.

El elenco

Ramírez (Ciudad de México, 1967), quien recreará a Arcángela Baladro, platicó que para ella “es un absoluto privilegio, responsabilidad y desafío tener a este personaje en mis manos y poder darle vida, alma, corazón y complejidad, todo lo que un personaje de esta albergadura necesita”. Siguió:

“Igual es un privilegio darle el golpe a un autor como Jorge Ibargüengoitia, que sin duda también coincido con Luis es uno de mis autores favoritos en la vida. De hecho, en el Centro Universitario de Teatro de la UNAM (donde estudió) los maestros coqueteaban con que mi generación de que se hiciera una adaptación al teatro de ‘Las muertas’, que finalmente no se dio, pero desde entonces es como una especie de sueño que se despertó ahora, y me siento realmente muy feliz, y más feliz de que sea de la mano de uno de los directores a los que más admiro, y no lo digo porque estoy a punto de empezar esta aventura con él. Realmente es un sueño, espero disfrutarlo a cada instante y dar todo lo que está mujer tremenda pida de mi”.

Por su parte, Gaitán (Tabasco, 1991), quien le dará vida a Serafina Baladro, expresó que ese personaje es un reto:

“Es distinto a lo que he hecho antes. Me siento muy emocionada y preparada para crear a este personaje que me va a exigir mucho. Y me llena de mucha emoción poder estar con gente tan talentosa y al lado de Luis, a quien le agradezco que me haya dado la oportunidad de poder estar aquí”.

En tanto Cosío (Nayarit, 1962), quien interpretará a un comandante del Ejército, acentuó que con “Las muertas” es su quinto trabajo con Estrada:

“El hecho de que me invite el maestro Estrada me entusiasma sobre manera, pero también, como lo dice Arcelia, es siempre un compromiso porque lo ven muy simpático, y en el set sigue siendo simpático pero es muy estricto. Es bastante estricto y bastante exigente en relación a lo que quiere, y eso siempre implica un compromiso con el personaje, con la memoria, con la relajación, en fin.

“Trabajar es un compromiso fuerte, un reto fuerte, a pesar de que es otro proyecto más que hago con él. Siempre está el nervio aflorando y al mismo tiempo impulsando. Es importante sentir este nerviosismo antes de empezar porque es un motor necesario para poder cumplir con los objetivos, por lo tanto me entusiasma y me compromete mucho”.

Y finalmente Herrera (Ciudad de México, 1983), Simón en la serie, expresó:

“Regresar a un set con Luis es regresar a casa. Es regresar otra vez a la familia. Como bien lo dijo Joaquín, estar con Luis implica un reto, una responsabilidad, porque hay un rigor que se agradece. Cuando ves los proyectos de Luis te das cuenta por qué estas ahí. Estoy feliz de interpretar a Simón Corona. Estoy feliz de poder compartir con mis compañeras, con Joaquín, con Luis…”.

Y Estrada habló de las características de la obra de Ibargüengoitia:

“Francisco optó por retomar varios de los más importantes autores de la literatura latinoamericana. Se está haciendo al mismo tiempo ‘Pedro Páramo’ de Juan Rulfo, y ‘Cien años de soledad’, de Gabriel García Márquez, que poseen un grado de complejidad enorme, pero en el caso de Ibargüengoitia por lo general escribía con imágenes, más que con conceptos abstractos, reflexiones. Casi se puede filmar una novela de Ibargüengoitia como está escrita, tiene tal nivel de detalle en la descripción de los lugares y los personajes, así como eficacia en su manera de dialogar. 

“Como menciona la productora Sandra, ‘Las muertas’ es un hecho de la vida real. Ibargüengoitia decidió retomar el caso famosísimo a nivel mundial, no sólo nacional, de Las Poquianchis, consideradas curiosamente por el libro de ‘Récord Guinness’ como las peores asesinas seriales de la historia, por todo el escándalo, y porque esto ocurre en el estado mas mocho, conservador y reaccionario de este país, Guanajuato.

“Efectuamos una investigación muy profunda y acuciosa, no sólo de la época del suceso real, sino también el papel que jugó ante La Poquianchis el semanario ‘Alarma’, y cómo el caso se fue saliendo de proporción, e Ibargüengoitia escandalizado tuvo acceso al expediente del juicio de las hermanas Las Poquianchis y se da cuenta de que efectivamente fueron unas madrotas cabronas, asesinas, torturadoras, unas proxenetas, todo lo malo, pero que la verdad no era la que estaban contada en los medios, por ello decide retomarlo”.

Y ante la pregunta de Proceso de qué puede proporcionar la serie “Las muertas” después del movimiento Me Too, el aumento de feminicidios en el mundo y la alza en la trata de personas, Estrada resaltó:

“Ha sido una reflexión seria, profunda, de hasta dónde se puede hacer comedia con un tema como éste. La respuesta misma está en esta combinación del tono y la forma en que Ibargüengoitia creó y dibujó un país. Hizo un retrato satírico de un país en términos digamos humorísticos y satíricos, pero siempre con un tono de gravedad acerca de presentar este espejo de desalmados y lo que es la realidad de México, que por otro lado es lo que yo he tratado de hacer con mis películas.

“Ese es el rasgo característico esencial de la sátira, que no tengas miedo de abordar tópicos complejos, tristes, graves, dolorosos, con humor. ¿Por qué? Porque es la mejor forma”.

Para concluir:

“Lo único que faltaba de ‘Las muertas’ era filmarla, y ahora se me hace realidad este sueño”.

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