Arte

Zsona Maco: ¿cambio o declive?

Con una oferta de galerías internacionales de menor nivel artístico que en las ediciones anteriores a la pandemia, la feria internacional Zsona Maco México Arte Contemporáneo celebra su 20 aniversario.
sábado, 10 de febrero de 2024 · 08:25

Los colaboradores de la sección cultural de Proceso, cuya edición se volvió mensual, publican en estas páginas, semana a semana, sus columnas de crítica (Arte, Música, Teatro, Cine, Libros).

CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- Con una oferta de galerías internacionales de menor nivel artístico que en las ediciones anteriores a la pandemia –principalmente las correspondientes a 2017, 2018 y 2019–, la feria internacional Zsona Maco México Arte Contemporáneo celebra su 20 aniversario.

Fundada por la regiomontana Zélika García, el origen de la feria se inicia en 2002 con un evento realizado en Monterrey bajo el título de Muestra 001. A partir de 2003 se llevó a cabo en la Ciudad de México y en 2004 adquirió el nombre de Zona Maco. Desde entonces, la feria se caracterizó por un concepto que replicaba los programas de las ferias de mayor prestigio internacional, asumiendo un modelo de negocio que se basó en la exhibición de galerías de alto nivel artístico, tanto nacionales como internacionales.

Su crecimiento fue muy exitoso, y el número de 42 galerías con las que inició en 2004 se multiplicó hasta aproximadamente 137, que exhibe actualmente.

Con una dirección abierta a cambios y adaptaciones, Zona Maco aumentó secciones diversificando así el precio de los estands. A la sección General de galerías que definió la feria de 2004 a 2008, le aumentó en 2009 Nuevas propuestas y Zona Maco Sur. La sección de Arte Moderno se inició en 2013, la de fotografía en 2015 y en 2020 Nuevas propuestas se transformó en Zona Maco Ejes. Una sección, esta última, que siempre se ha caracterizado por la disparidad y banalidad de la  mayoría de las obras exhibidas.

Artística y ferialmente aspiracional, Zona Maco sorprendió en 2011 con la participación de la alemana Eigen&Art, que presentó la nueva pintura teutona –incluyendo al espléndido pintor Neo Rauch– y la suiza Hauser&Wirth. La inclusión de este tipo de galerías fue exponencial, y en 2018 Zona Maco vivió un auge con la presencia de Lisson, Gagosian, Marian Goodman, Lelong, Perrotin y Zwirner, entre otras.  A partir de 2019 el número de los comercios “blue chip” empezó a disminuir, y este año la feria delata un lamentable cambio en el nivel tanto de las nacionales como internacionales.

Con una calidad artística dispareja y una gran diversidad de productos en todas las secciones, la edición 2024 de Zona Maco exalta la identidad comercial del evento y de los productos que exhibe. Equilibrada en la presencia de prácticas bidimensionales y tridimensionales, la feria carece de propuestas artísticas innovadoras, sorpresivas o potentes. Una característica que no es negativa, ya que la oferta debe coincidir con los gustos y expectativas de los visitantes y compradores. En una feria lo importante es vender.

A diferencia de tantas internacionales que comprueban la necesidad de redefinir la identidad del arte, algunas galerías mexicanas se distinguen por la contundencia de sus obras. La fuerza pictórica en la selección de la galería Karen Huber, la audacia de la inteligencia artificial aplicada a la fotografía en  Patricia Conde, el papel como escultura en Arroniz, la exquisita abstracción de Lilia Carrillo en Pablo Goebel y las pequeñas esculturas en cerámica vidriada que representan actividades femeninas en la galería Labor, comprueban la solidez de los promotores nacionales. Y aunque en la sección Ejes es confusa la definición galerística de los participantes, la inclusión de la escultura en barro de Paloma Torres es un acierto ferial.

En los productos que ofrecen los comercios extranjeros, destacan los relieves en papel de Marco Castillo en la berlinesa Kow y la delicada pintura con referencias mexicanas del surrealista pop Mark Ryden en Kasmin. Como en tantas ediciones de Zona Maco, la galería Continua repite la fórmula de vender firmas fortaleciendo la identidad de las obras como simples mercancías: piezas de mediano formato realizadas por Ai Weiwei con bloques de Lego, uno de los numerosos discos medianos que ha producido Anish Kapoor, una escultura en vidrio de Pascale Marthine y una impresión digital sobre un soporte arrugado de JR.

Saturada en su inauguración con visitantes que poco veían las obras, Zona Maco, al igual que otras ferias, detona una pregunta: ¿Qué características debe tener un objeto para ser denominado como arte?

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