CIUDAD DE MÉXICO (apro).-El 12 de noviembre de este año se dio a conocer que el Premio Cervantes de Literatura le fue otorgado al escritor y poeta Álvaro Pombo. El galardón es concedido cada año desde 1976 por el Ministerio de Cultura de España a propuesta de la Asociación de Academias de la Lengua Española, y se entrega en el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares el 23 de abril, Día del Libro, en conmemoración del fallecimiento de Miguel de Cervantes Saavedra, autor de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. 

El jurado decidió darlo a Álvaro Pombo porque a “su notabilísimo nivel como poeta y ensayista se une ser uno de los grandes novelistas de nuestra lengua, que indaga en la condición humana desde las perspectivas afectivas de unos sentimientos profundos y contradictorios”. También por su estilo original contrario a las modas literarias y que se caracteriza por escribir como habla.  

Álvaro Pombo nació en Santander en 1939. Estudió  Filosofía y Letras en la Universidad Complutense de Madrid y Bachelor of Arts en Filosofía por el Birkbeck College de Londres. En 1973 publicó su primer libro de poesía, Protocolos. Cuatro años después dio a conocer Variaciones y su primera obra de narrativa Relatos sobre la falta de sustancia. Hasta el momento tiene editados seis libros de poesía, dos de relatos, veinticinco novelas y dos de artículos y ensayos. 

Algunas de sus novelas más destacadas son El héroe de las mansardas de Mansard (1983) -Premio Herralde de Novela 1983-, Los delitos insignificantes (1986), Donde las mujeres (1996) -Premio Nacional de Narrativa-, Una ventana al norte (2004), La fortuna de Matilda Turpin (2006) -Premio Planeta-, El temblor del héroe (2012) -Premio Nadal-, El destino de un gato común (2020), Santander, 1936 (2023) y El exclaustrado (2024). La mayoría de sus obras han sido traducida al alemán, francés, holandés, griego, inglés, italiano, noruego y portugués. 

Una Ventana al norte (Ed. Anagrama. Col. Compactos; Barcelona, 2020. 320 pp) cuenta la historia de Isabel de la Hoz, una mujer aristócrata, a inicios del siglo XX. Nace en Santander y desde la niñez muestra su rebeldía frente a las convenciones. En la juventud tiene varios pretendientes de alcurnia y los rechaza frente al escándalo de la familia. Hasta que aparece Indalecio Cuevas, un español radicado en México, y decide casarse con él para alejarse de la sociedad y vivir con mayor libertad. 

Llega a México en plena guerra cristera y su esposo forma parte del grupo de empresarios simpatizantes del presidente Calles. No obstante, da cobijo en su casa a un sacerdote. Isabel conoce la situación a través de la servidumbre y se entera del interés popular por los sublevados. Además, aquellos participan ayudando con armas, víveres… a los guerrilleros. Por su carácter, Isabel los apoya y conoce a Fabián, ayudante del general Gorostieta, jefe de los cristeros, y decide colaborar en la reyerta. 

Isabel lo hace porque Indalecio está dedicado a los negocios y a su amante. La libertad que tiene le permite ir con los cristeros y establecer una relación con Fabián. Entre ires y venires conoce la situación de la guerra civil, la posición de la Iglesia a través del religioso que vive en su casa, y se enamora. Hasta que los arreglos políticos derrotan a los rebeldes y trastocan las maneras de convivencia con hechos y consecuencias inesperadas. 

En Una ventana al norte, Álvaro Pombo retrata a una mujer rebelde que no tolera las imposiciones, porque coartan su libertad de pensamiento y acción. Más en una sociedad conservadora como la española, en donde la mujer era vista como una cosa cuyas funciones principales eran atender al marido y tener hijos. Ante esto rompe y se casa para alejarse de esas sujeciones. 

En México tiene una situación diferente por ser parte de la burguesía y contar con recursos suficientes para realizar sus deseos. Además, la liberalidad del marido no limita sus tiempos y contactos. Así se relaciona con los rebeldes que buscan crear una sociedad en donde se respeten sus creencias, y encuentra el amor. Dice la protagonista: (en México) “…me siento viva, libre como nunca.” 

En el epilogo que escribe Álvaro Pombo explica cómo surgió la novela. Al inicio tenía la idea de escribir sobre una mujer desobediente de la aristocracia de Santander, pero después se enteró del movimiento cristero a través de los libros de Jean Meyer, Enrique Krauze y Carlos Fuentes, y decidió ubicar la historia en México a finales de los años veinte. Además, realizó varias visitas a los lugares en donde ocurrió el conflicto. Las características del momento: una guerra civil, le permitieron tener un contexto en donde la descomposición social relaja los mecanismos de sujeción y surgen espacios de libertad en los cuales los actores sociales e individuos crean espacios y formas independientes. 

Una ventana al norte es una novela escrita con el peculiar estilo narrativo de Pombo, basado en el habla y uso de palabras sofisticadas. Las anécdotas en muchos casos aparecen forzadas, a pesar del estudio de la época y la cultura en el México de finales de los veinte que realizó el autor. No obstante, logra reflejar el carácter rebelde del personaje.