LONDRES (apro).-Comienza la temporada de ballet, y la histórica sede de la compañía del Reino Unido, conocida internacionalmente como la ‘Royal Opera House’, estrena una nueva identidad: ‘The Royal Ballet & Opera’. Según Alex Beard, su CEO:

“Era momento de incluir al ballet en nuestro nombre. El Royal Ballet y la Royal Opera han coexistido bajo el mismo techo desde 1946. Ahora, ambas compañías gozan de la prominencia que por derecho les corresponde.”

Este reconocimiento público de igualdad entre disciplinas es poco común. Normalmente, la ópera prevalece en prestigio, pero en Londres la historia es distinta: el Royal Ballet es hoy considerada la mejor compañía del mundo—superando al Bolshói de Rusia—mientras que la Royal Opera ocupa el segundo lugar, por detrás del Met de Nueva York.

El ciclo 2024/25 comienza este octubre y noviembre con Las Aventuras de Alicia en el País de las Maravillas, un ballet inspirado en el clásico cuento de Lewis Carroll y adaptado por el coreógrafo inglés Christopher Wheeldon.

Por su parte, en diciembre y enero, se presenta Cenicienta, un clásico del Royal Ballet. Seguido de Onegin, la esperada adaptación de la obra del poeta ruso Pushkin, en febrero, mayo y junio. Shakespeare, con la icónica, Romeo y Julieta, llega en marzo, abril y mayo. Para el cierre, regresa Alicia en junio y julio de 2025.

El Royal Ballet & Opera House es una joya arquitectónica. Su estructura de cristal, fue originalmente concebida para albergar un mercado de flores durante el día y transformarse en un espacio de ballet por la noche. Un diseño exterior clásico, con un interior moderno y elegante.

La sala principal está revestida de terciopelo rojo, adornado con detalles dorados. A las 7:00 pm en punto los asistentes ocuparon sus lugares, las puertas se cerraron, las luces se apagaron y las cortinas se abrieron. Se presentó Alicia y Proceso trae la experiencia de primera mano.

Todo comienza en una casa de campo en la Universidad de Oxford, donde Alicia y su familia son anfitriones de un almuerzo. Tras una serie de eventos desafortunados, Jack, el hijo del jardinero, es acusado de robar una tarta y, por lo tanto, echado a la calle. Alicia, enamorada de él, rompe en llanto. Con ánimo de consolarla, un amigo de la familia se ofrece a tomarle una fotografía. Tan pronto se dispara el flash, el tiempo se congela, aparece el travieso conejo, y juntos caen por un agujero mágico, dando inicio a la aventura.

El segundo y tercer acto son un espectáculo de luces y efectos visuales. Con bailarines vestidos de tortugas, ratones y flamencos, Alicia recorre el mundo confuso y divertido de los sueños. La temible Reina de Corazones, con su inmensa falda plástica, irrumpe en escena junto al simpático rey. Alicia se reencuentra con Jack, pero, incluso en este mundo paralelo, él sigue siendo acusado de robo. La Reina lo condena a la guillotina, pero el rey interviene e insiste en llevar el caso a juicio. Sin embargo, todo es en vano; la monarca quiere sus cabezas. Comienza la persecución y en el clímax, Alicia despierta.

Los comentarios entre los asistentes giraban en torno a Viola Pantuso, la bailarina protagonista: “Gran presencia escénica”, “Una actuación conmovedora”. Algunos otros destacaron su agilidad, el dominio en el trabajo de puntas y su postura. El ballet se distingue por su rigor. La persistencia y el sacrificio de los artistas se hace visible cuando el cuerpo alcanza su máxima expresión física, guiado por la mano del arte. A pesar de algunos errores, el esfuerzo detrás de cada paso en la construcción de la obra fue innegable, y por ello, aplaudido con fervor.

El sentimiento general coincide: el arranque en Covent Garden tuvo sabor a éxito. Ahora sabemos que se augura una buena temporada. ¡Bienvenido sea el otoño, y con él, las noches de ballet!