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“Godzilla Minus One”: el monstruo en el origen

La belleza de este nuevo monstruo kaiju es que ha sido despojado por completo de su parte heroica. No tiene empatía por los humanos y sí una sed de demolición y muerte que no puede ser saciada.
jueves, 4 de enero de 2024 · 14:02

MONTERREY, N. L. (apro).- Con Godzilla Minus One (Godzilla Minus One, 2023) regresa el monstruo gigantesco a aterrorizar Japón, devastado por la derrota de la Segunda Guerra Mundial, y por el sufrimiento indecible de la detonación de bombas atómicas en su suelo.

Como consecuencia de los ensayos nucleares, se desarrolla el lagarto de tamaño descomunal, que además de poseer una fuerza imparable y una composición genética que lo hace literalmente indestructible, tiene un aliento radiactivo que puede imitar la detonación de un dispositivo nuclear.

Al adentrarse en Tokio, los expertos no saben cómo contenerlo. El héroe improbable es Shikishima (Ryunosuke Kamiki) piloto kamikaze que falló en la primera misión de reducirlo, lo que terminó en un desastre de numerosas bajas, a causa de su incompetencia en el momento decisivo.

Junto a otros veteranos derrotados en la pasada guerra, decide arriesgarlo todo para contener al fenómeno devastador.

El director y guionista Takashi Yamazaki regresa a los orígenes y le da al monstruo un aspecto plasticoso, nada glamoroso y cercano al modelo primigenio de 1954, que dirigió Ishiro Honda.

La belleza de este nuevo monstruo kaiju es que ha sido despojado, por completo, de su parte heroica. No tiene empatía por los humanos y sí una sed de demolición y muerte que no puede ser saciada. A diferencia de otras versiones, en los que hace equipo con King Kong, o ayuda a combatir a otros seres igual de enormes, el Godzilla actual es una atemorizante masa que merece ser aniquilada. Aunque es una obvia metáfora de la revancha de la naturaleza, por la tonta soberbia del hombre, es motivo para que la humanidad reflexione, se una y actúe en equipo.

En el regreso al génesis, la película es como una precuela de las 29 anteriores que han sido producidas con el mismo personaje clásico. Pero esta producción brilla por su compromiso con la Historia, pues hace referencia a un contexto de geopolítica en la que el país después de ser pulverizado, es sometido a un sufrimiento aún mayor por esta nueva catástrofe provocada, precisamente, por el uso irresponsable de las armas. De ahí viene el título de menos uno, pues cae, sobre la calamidad de Japón, otra aún mayor, que pone a la nación en una situación peor de lo que ya estaba.

Parece que la anécdota es otro intento de Japón por superar el trauma que les dejó la SGM. Entre los voluntarios que enfrentan a la bestia alguno dice que el país estaba mal equipado y no trató bien a sus combatientes. Eso, sin contar el omnipresente terror atómico personificado en el saurio de dimensión descomunal. Shikishima vive entre remordimientos, por eludir la muerte luego del holocausto y siente que debe enfrentarse al monstruo, para pagar con sacrificio la vergüenza de permanecer con vida.

Yamazaki opta por incorporarle elementos insólitos de drama a la acción y a las espectaculares demoliciones, que lucen como efectos digitales de primera fila, pese a su indigente presupuesto de 15 millones de dólares. Las situaciones por las que pasan los humanos consiguen desarrollarse de una forma sorprendente y fluida, mientras el coloso da coletazos y lanza fuego devastador.

Godzilla Minus One queda como un clásico instantáneo que combina con perfecto balance una historia emocional, sobre las consecuencias nefastas de la guerra, y una aventura de ciencia ficción cautivadora, entretenida y con toneladas de acción.

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