INAH
Encuentran en Ixcaquixtla tumba mixteco-zapoteca intacta por mil 500 años
El arqueólogo Alberto Diez-Barroso reseñó: San Juan Ixcaquixtla se levantó sobre un “impresionante sitio arqueológico”, donde, en abril de 2004, se descubrió la Tumba 1, formada por tres cámaras y una pintura mural; y hace una década, en septiembre de 2013, una más, junto al mercado.PUEBLA, Pue. (apro).- El Centro del INAH de Puebla informó que en San Juan Ixcaquixtla fue localizada una tumba de tradición mixteco-zapoteca que permaneció intacta por mil 500 años, lo que ha resguardado “los secretos de un rito de culto a los ancestros”.
La institución señala que este contexto funerario permaneció oculto por siglos bajo una de las calles del primer cuadro de esa localidad, ubicada en la zona sur de la entidad, pero que al realizarse obras de urbanización, trabajadores del ayuntamiento dieron con algunos vestigios.
Desde la última semana de septiembre, el INAH envió al lugar especialistas, coordinados por el arqueólogo Alberto Diez-Barroso Repizo, quien explicó que el pueblo de San Juan Ixcaquixtla se levantó sobre un “impresionante sitio arqueológico”, y el mayor de los montículos o “teteles”, como suele llamarlos la gente de la Mixteca Baja, se localizaba en lo que ahora es el centro de la cabecera municipal.
En abril de 2004, se registró el hallazgo de la Tumba 1, formada por tres cámaras y una pintura mural; y hace una década, en septiembre de 2013, se ubicó una más en una calle lateral al mercado municipal.
Tras unas semanas de trabajos, los especialistas del INAH descubrieron el tercer complejo funerario en el corazón de San Juan Ixcaquixtla, mismo que al hallarse inalterado brindará un conocimiento mayor sobre la parafernalia funeraria en lo que fue el asentamiento prehispánico.
El delegado de INAH-Puebla, Manuel Villarruel Vázquez, calificó este hallazgo como algo “insuperable” y “único” por su estado de conservación. En el lugar también se han localizado ofrendas, vasijas y piezas de cantera.
Hasta el momento se han identificado dos cámaras de 4x2 metros como parte de un complejo funerario mayor; las mismas contenían tres entierros con los restos óseos de, al menos, 20 individuos que podrán ser estudiados para determinar sexo, causa de su muerte y alimentación que llevaban.
Diez-Barroso señaló que, a juzgar por la forma y decoración de la tradición de las vajillas cerámicas, el contexto funerario corresponde al periodo Clásico Mesoamericano (100-650 d.C.).
“Los entierros forman parte de una tradición mortuoria, en la cual se creaban espacios para la deposición de múltiples individuos, los cuales posiblemente formaban parte de algún linaje de comerciantes-guerreros, por lo que nos encontraríamos ante un ritual de culto a los ancestros, toda vez que algunas osamentas pertenecen a adultos mayores”, explicó.
Villarruel indicó que este estudio concluirá hasta haber agotado la exploración de todas las cámaras que integran este complejo mortuorio, las cuales pueden llegar a sumar tres, por lo menos.