Poesía
La partida de Eduardo Lizalde nos deja en un desamparo: Marco Antonio Campos
En entrevista, el ensayista, narrador y poeta hace un breve repaso de la obra de "El Tigre".CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Conmovido por el deceso de Eduardo Lizalde, a quien consideraba ‘el mejor poeta en lengua española en los últimos años’, el ensayista, narrador y también poeta Marco Antonio Campos destacó los volúmenes “La zorra enferma” (1974), “Tabernarios y eróticos” (1989), la faceta como traductor así como la calidad humana de ‘El Tigre’.
Campos relató a Apro vía telefónica el cariño hacia Lizalde haciendo un breve repaso por su obra, pues cuando llegó a la lectura lizaldiana por recomendación de Óscar Oliva la consideró “un deslumbramiento”:
“Lo más llamativo de su obra ciertamente es ‘El tigre en la casa’ (1970) pero escribió poesía política que se autocriticó con mucho humor, después pasó al poema filosófico a la manera de José Gorostiza en ‘Muerte sin fin’ (1939), como intentó Jorge Cuesta y Octavio Paz en esos poemas largos que venían de Paul Valery y los ‘Cuatro Cuartetos’ (1935-1942) de T.S. Eliot.
“Recuerdo que cuando leí a ‘El tigre en la casa’ –me lo recomendó Óscar Oliva en 1971– fue todo un deslumbramiento para mí, más allá de las exageraciones lo sentí muy cercano, leía por ese entonces a los ‘poetas malditos’, y llegar a él fue como leer poesía que era parte de mi familia…
“Luego llegó ‘Caza mayor’ (1979), un libro donde se sintió su madurez, para ese entonces tenía cincuenta y tantos años, respecto a los 41 de cuando publicó ‘El Tigre…’, me encantó esa combinación entre este como representante de la especie humana con los Tabernarios y eróticos, pues cabe destacar que Lizalde fue un hombre afortunado con las mujeres”.
Campos también recordó que charlar con Lizalde era “una delicia” pues era un gran conversador de cine, música, filosofía, política, un hombre extremadamente preciso en sus palabras como en sus libros. “Recuerdo que en casa de Alí Chumacero evitaban sentarnos juntos porque no parábamos de hablar”, comentó a Apro con cierto sentido del humor.
También destacó otra obra más de Lizalde: “La zorra enferma”, y una faceta poco destacada del poeta como traductor de autores clásicos del alemán, francés e italiano:
“En 1974 hice una reseña sobre ‘La zorra enferma’, él viniendo del comunismo y después volviéndose anticomunista rompió con todo eso y la zorra es una crítica, hay un poema que dice más o menos ‘el deber de todo revolucionario es impedir que todas las revoluciones lleguen a ser lo que son’. Al principio no tenía tanto afecto hacia ese volumen, pero con los años me fue ganando e incluso recuerdo que Joaquín Diez-Canedo me comentó que para él era el mejor libro de Lizalde, y sí, le fui dando la razón con los años.
“Como traductor de los clásicos es una maravilla, del francés, alemán, italiano, Eduardo tenía un oído extraordinario. Cuando me han preguntado ‘¿y a usted cuál es el traductor que más le gusta?’ sé que todos esperan que diga José Emilio Pacheco, Octavio Paz, Segovia, quienes por supuesto son excepcionales, pero a mí me gusta la traducción literal y ahí Lizalde me parece fabuloso, no solo fue un gran poeta, también un gran traductor”.
Sobre la última vez que se vieron, Campos recordó que ya tenía un tiempo de ello, pero la última vez que hablaron lo hicieron por teléfono el pasado 14 de julio con motivo del cumpleaños de ‘El Tigre’:
“Algo que siempre le agradezco es que elogiaba mi trabajo, lo cual aprecio mucho, aún más viniendo del mejor poeta vivo en lengua española, y lo digo así porque no encuentro a ningún otro con su trayectoria en los últimos diez años. Me entristece profundamente su partida, a los 93 años, nos deja en un desamparo”.
En 2019 con motivo de su 90 aniversario, la Academia Mexicana de la Lengua le rindió un acto-homenaje al poeta, ahí lo acompañaron Vicente Quirarte, Gonzalo Celorio (entonces presidente de la AML, quien a su vez fungió como moderador), Jaime Labastida y Alejandro Higashi.
Rodeado de jóvenes estudiantes, amantes de la literatura y poesía, y miembros de dicha academia, Lizalde dio lectura a uno de sus versos más recientes en ese entonces, De Senectute, publicado más tarde por la Revista Literaria de la Universidad de Guadalajara:
Vuela el tiempo, pájaro mayor,
dicen los poetas.
Envejecemos, morimos, nos degradamos,
pero no es por el tiempo en que vivimos,
ni el que resta,
porque el tiempo no existe
—sólo es figura retórica como la muerte—,
no tiene cuerpo alguno, ni materia
fluyente como el agua
ni lo forman corpúsculos atómicos,
como la luz...