Ricky martin

Ricky Martin dedicó su concierto a las mujeres mexicanas

“¡México te amo!, ¡gracias por todo, gracias por la fuerza y por ser inspiración!, ¡te quiero mucho!”, pronunció el cantante durante su presentación en el Foro Sol.
jueves, 10 de marzo de 2022 · 10:48

CIUDAD DE MÉXICO (apro).–Hermosa velada pop y ritmos latinos brindó el cantante portorriqueño Ricky Martin la noche del martes 8 en el Foro Sol como parte de su gira “Movimiento”, show dedicado al reencuentro con sus fans donde además se reconoció como un “aliado” de las mujeres en la lucha feminista. 

El artista emergió en el escenario a eso de las 21:25 horas para emprender vuelo en “Livin’ la vida loca”, “La bomba” y “Qué rico fuera”. El boricua rápidamente lanzó mensaje justo en la mera conmemoración del Día Internacional de la Mujer:     

“La ciudad está paralizada por algo sumamente importante, yo celebro a la mujer todos los días del año… Hoy se lucha por la mujer en todos los países, este show va dedicado para ti, para las que están presentes y para las que ya no están con nosotros. Gracias México, gracias mujeres, aquí tienes un aliado”.

Un agudo clamor amoroso en correspondencia le vitoreó al unísono, para él rendir “Tiburones”, tema proyectado a telón de fondo en el que se honra a los movimientos sociales en el mundo, para alcanzar la hermandad humana. 

El ansiado espectáculo --que se había postergado durante dos años debido a la pandemia-- confabuló la conexión instantánea con la gente. Dicha gala gozó escénicamente de la calidad de sus bailarinas y bailarines, a la par, el poderoso ensamble de músicos bañaba al alegre acto. Coloridas luminarias dibujaban atmósferas festivas vislumbradas en las pantallas (una central monumental y dos plasmas laterales). Se veía cercana y claramente al infatigable Ricky, siempre sonriente, contento. El público mexicano lo adora.

Su alegría se extendió por cada rincón del Foro Sol, recinto que pese a no llenarse en su máximo aforo, sí llegó a cifrar más de 52 mil personas reunidas, según notificaron los organizadores de la empresa de espectáculos mexicanos Ocesa, muchas de ellas coreando cada rola. La entrega del artista y la audiencia fue absoluta.

Nacido Enrique Martin Morales en San Juan de Puerto Rico, el también actor se vio en plena madurez a sus 50 años, reluciente en camuflaje con atractivos cambios de vestuario. Cantó desde las clásicas hasta lo más reciente; en el repertorio desfilaron “Tal vez”, “Lola, Lola”, “She bangs” y “Shake your Bon-Bon”.

Las almas del público vibraron con el segmento romántico del recital, entre versos de ensueño acariciando oídos y enchinando pieles vía “Te extraño, te olvido, te amo”, “Vuelve” y “Tu recuerdo”, sin faltar “A medio vivir”. 

Avanzó hacia ambientaciones pachangeras y candela latina, al son de “Pégate”, “La mordidita”, “María” y “Vente pa’ ca”. En ficticio adiós se esfumó la celebridad al fondo del escenario, para rápidamente retornar al ritmo de “La copa de la vida (The Cup of Life)”, afamado corte musical oficial de la Copa Mundial de Futbol Francia 1998. La versión en “spanglish” finiquitó entre frenéticos cánticos e incesante bailongo.   

Ricky Martin aprovechó para reconocer a sus bailarines y músicos, saltando al filo del tablado en reverencias y gritar en gratitud a todo pulmón:  

“¡México te amo!, ¡gracias por todo, gracias por la fuerza y por ser inspiración!, ¡te quiero mucho!”. Desapareció en huida veloz saldando cuentas con su fanaticada satisfecha, en éxtasis, partiendo todos cargados de energía, buena vibra y felicidad, cuando el reloj se asomaba a las fronteras de las 23 horas.

El artista en su propia tinta

“(…) aunque durante años pensé que lo mejor era ocultar mi vida privada y mi verdadero ser, ahora tengo la plena convicción de que mi felicidad está en vivir una libre, sin miedos ni tapujos (…) llegué a un punto en el que ya no podía vivir más sin enfrentarme a mi verdad; Por eso sentí la necesidad de acabar con un secreto que llevaba guardado demasiados años: tomé la decisión de revelarle al mundo que acepto mi homosexualidad…”

Con estas palabras Ricky Martin declaró ser gay, escribiendo su autobiografía “Yo” (en inglés “Me”), la cual se publicó en nuestro país por Plaza y Janés (Random House Mondadori) hacia noviembre del 2010, conteniendo 290 páginas. El exMenudo desnudó en los nueve capítulos de aquel volumen su larga cadena de miedos, traumas, fantasías, locuras y espiritualidad:

“Más que una autobiografía, este libro es un testamento de mi crecimiento espiritual, un recuento de los pasos que he dado para llegar al plano de felicidad y plenitud en el que ahora me encuentro. Aquí hablaré de muchas cosas personales de las que nunca antes había hablado, pero tampoco es mi intención contarlo todo. Creo que todos tenemos derecho a cierto nivel de privacidad (…)

“El tiempo transcurrido me enseñó que no sirve de nada ver las experiencias como buenas o malas. Más que nada, hay que verlas como lecciones (…) Cuando fui a la India, comprendí que lo importante es volcar mi mirada hacia dentro y conocerme a mí mismo (…) Y cuando al fin encontré el valor para revelar mi verdad ante el mundo, no sólo comprendí que el miedo solo existe en mi cabeza.

“Mientras escribía este libro pasaba por momentos en que me sentí infinitamente vulnerable (…) Ha sido un proceso poderoso de catarsis que incluso me ha ayudado a sanar muchas heridas…”

En el capítulo dos recordó acerca de cómo entró al teatro en la obra “Mamá ama el rock”, gracias al apoyo le brindaron mujeres amigas mexicanas: las famosas Angélica Ortiz, Angélica María y Angélica Vale. Se quedó a vivir cinco años en nuestro país. Y casi al final, cuando rompió con el catolicismo:

“A mí lo que siempre se me había dicho y enseñado es que el amor entre dos hombres era pecado, así que en lugar de encontrar lo que estaba sintiendo lo escondí porque me asustaba (…)

“En la India aprendí a enfocarme en el agradecimiento. Creo que la mayoría de nosotros nos criamos enfocándonos siempre en lo negativo. Muchas veces pensamos que lo estamos haciendo porque somos realistas o porque simplemente estamos identificando las cosas malas que queremos eliminar de nuestras vidas…

“Y aunque no creo que estemos equivocados en prestarle atención a lo que nos duele y nos molesta, si de verdad lo hacemos para arreglarlo, creo que también es importante dedicarle tiempo a ver las cosas buenas para poder repetirlas y ampliarlas en nuestras vidas (…)

“El amor no tiene sexo. Yo he estado profundamente enamorado de un hombre, como también lo he estado de una mujer”.

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