CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Especialista y pionera en el estudio sobre diversidad religiosa de México, la antropóloga Silvia Martha Ortiz Echániz falleció a los 81 años de edad.

El deceso –ocurrido ayer en la Ciudad de México-- fue dado a conocer por sus familiares y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en el que fue investigadora de la Dirección de Etnología y Antropología Social y del Centro Regional Chihuahua.

Ortiz Echániz fue autora del libro ‘Una religiosidad popular: el espiritualismo trinitario mariano’, aparecido por primera vez en 1991, y posteriormente en 2003, cuando fue reseñado por la investigadora Isabel Lagarriga Attias en la revista Dimensión Antropológica del INAH, correspondiente a mayo/agosto de 2004.

La autora de la reseña destaca que se trata de “un libro obligado de consulta para los interesados en los espiritismos y espiritualismos, y para todos aquellos estudiosos del campo religioso en México e incluso para los que desean profundizar en aspectos más particulares de la cultura mexicana”.

Su seriedad –añade-- “está respaldada por la obtención del premio Fray Bernardino de Sahagún otorgado en 1991” por el INAH.

En 1999 Ortiz Echániz volvió a dicho tema con el ensayo “Las relaciones de género en el ritual espiritualista trinitario mariano”, en el que aborda la participación femenina en este tipo de rituales, tanto en las jerarquías religiosas como en las prácticas del culto.

Es coautora, con Laura Elena Corona de la Peña y Leonardo Vega Flores, del libro ‘Devociones y significados que migran. El Señor de la Expiración de Coquimatlán, Colima’, en el que se analiza el vínculo que miembros de esa población que migran a Estados Unidos, conocidos como “los hijos ausentes”, mantienen con su lugar de origen.

Otras de sus obras son ‘Espiritualismo en México ¿quiénes y cuántos son los espiritualistas?’, ‘La medicina tradicional en el norte de México’, ‘El guadalupanismo en la frontera norte de México’, ‘Los filos de la cruz. Cuentos sobre religiosidad popular’, y ‘Dos ceremonias de los muertos: en Cholula, Puebla y entre los Chontales de Tabasco’, este último escrito con sus colegas del INAH Teresa Mora Vázquez y Yólotl González.

La muerte de la investigadora, nacida en 1940, causó pesar en el medio académico y cultural: el Sindicato Nacional de Profesores de Investigación Científica del INAH destacó en sus redes sociales que Ortiz Echániz “dedicó su vida intelectual al estudio y comprensión de las complejidades que encarnan los mundos de la religiosidad popular y la medicina tradicional, mediante estrictas aproximaciones antropológicas, incluyendo perspectivas de género”.

Y en una breve síntesis de su trayectoria la describe como “ávida lectora, entusiasta conferencista, rigurosa investigadora, gran conversadora de su vida y orgullosa de su ancestralidad Colimota”.

Trabajadores y directivos del Museo Nacional de las Culturas del Mundo; el Centro INAH Chihuahua; el arqueólogo Leonardo López Luján, director del Proyecto Templo Mayor; el propio INAH, e instituciones como el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (Fonart), expresaron también su pena por el sensible fallecimiento de la antropóloga, quien realizó sus estudios en la Escuela Nacional de Antropología e Historia y La Sorbona I de París, Francia.

Ortiz Echániz fue velada en la Sala Provence del Panteón Francés de Legaria. Le sobreviven sus hijos Alid, Sid y su esposo, el también antropólogo Leonel Durán, extitular de la Dirección General de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas de la ahora Secretaría de Cultura, y exsubsecretario de Cultura (cuando el área estuvo adscrita a la Secretaría de Educación Pública).