Canal Once
“Operación mamut”, humor político en el Once
Fernando Rivera Calderón vuelve a las andadas, ofrece con sátira las noticias de cada día sobre el acontecer nacional e internacional.CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).– Ya con una reconocida experiencia en el humor político, Fernando Rivera Calderón vuelve a las andadas con ese género, pero en la televisión con el programa Operación Mamut.
Se transmite en el Once, el canal del Instituto Politécnico Nacional, todos los domingos a las 22 horas. Se ofrecen con sátira las noticias de cada día sobre el acontecer nacional e internacional.
Al escritor, músico y periodista Rivera Calderón lo acompañan la actriz Nora Huerta, de Las Reinas Chulas, y el conductor Jairo Calixto. Los tres protagonizan a diversos personajes y entrevistan a invitados al estudio.
Además interviene el Tiranoclaudio X, La Serpiente Emplumada y una gran cabeza olmeca que habla como maya.
Rivera Calderón (D. F., 1972) creó el espacio El weso, que se transmitió durante 15 años en W Radio, pero desde el 2018 no contaba con un foro, y al fin lo encontró es esta emisora pública, donde desde mayo pasado transmite Operación mamut, aunque sólo serán 13 episodios, y este domingo 27 de junio pasará el séptimo.
En entrevista por zoom platica que Operación mamut surgió debido “al momento insólito e importante en el que se encuentra el país, que como periodista, historiador y analista de los fenómenos sociales, no tiene desperdicio”.
Creador también de La noche boca arriba (Canal 22) y La hora elástica (TV UNAM), actualmente además dirige y conduce Me canso ganso (Canal 22); resalta:
“Vivimos una transformación, no la transformación que dice el presidente Andrés Manuel López Obrador porque ese es un proceso muy largo, va a llevar muchos años y no sabemos si va a lograr tener continuidad; lo que sí es cierto es que están cambiando muchas cosas y sobre todo en el terreno de los medios de comunicación.
“Durante mucho tiempo los medios más importantes estaban muy del lado del poder político en turno. Se cortó ese recurso que fluía en ciertos medios informativos en forma de publicidad o de cualquier tipo de contratos, incluso en ciertos periodistas… entonces esa prensa alineada se vuelve la gran prensa crítica, empieza a dinamitar todo y a cuestionar cada acto del Presidente, sea o no cuestionable, porque a veces se cuestionan verdaderas frivolidades”.
Confiesa que deseaba retomar esa crítica política desde el humor “y no desde un humor basado en el odio”. Anexa:
“Somos muchos mexicanos y mexicanas que no nos reímos cuando escuchamos a Chumel Torres al decir que en Tláhuac cuando llueven sacan las lanchas porque somos parte de la comunidad. Ese humor clasista-racista, que se ha visto desde hace décadas en los programas cómicos de Televisa, TV Azteca y ahora con estos nuevos youtubers, a mí no me hace reír y supongo que tampoco a un buen sector de la población, pues no compartimos que el humor tenga que ver del poderoso hacia el que está abajo, el humor de los ricos sobre el mesero, de los dueños de la casa sobre la trabajadora domestica…”.
Entonces, decidió aprovechar la coyuntura y el instante político para proponer Operación mamut:
“Desde antes de que surgiera El weso ya mantenía con Jairo Calixto una gran amistad, y teníamos pendiente hacer esa asociación delictuosa. Afortunadamente el momento político, el cual se halla muy polarizado y hay mucho odio, nos ayudó y había llegado una nueva directiva al Once. Yo
siempre he sido un partidario de crear el humor y no la guerra, y el humor que respeta la inteligencia del que se halla del otro lado puede aportar mucho a la reflexión. A mi no me mueve el odio.
“Sé que muchos me ven como un incondicional de la Cuarta Transformación (4T) o como un pejezombi o un chairo, yo a mí mismo no me veo en ese lugar de un fanático incondicional, simplemente comparto mucho de las ideas del Presidente, pero tampoco odio a la derecha, ni poseo un desprecio como percibo de gente que siempre se remite al asco: ‘Nos dan asco ustedes por ser chairos, ya báñense, están mugrosos’. Yo no hago el humor desde el asco, lo hago desde la empatía, desde la reflexión”.
Rivera Calderón realizó estudios de comunicación social, historiografía de México y pensamiento contemporáneo. Ha sido corrector de estilo, reportero, editor y columnista. Creó el proyecto Monocordio con el que ha publicado ocho discos y con el cual se ha presentado en diversos escenarios nacionales e internacionales.
Y es autor del Diccionario del caos (Taurus, 2013), del poemario Llegamos tarde a todo (Almadía, 2015), el Arreolario, instrucciones para leer a Juan José Arreola (DGP, 2018) --realizado en coautoría con JIS--, y de la novela Los mariachis callaron (Reservoir books, 2018).
Las viejas resistencia
Explica cómo surgió el título Operación mamut:
“Al principio quería referirme al cuento de Augusto Monterroso y se iba a llamar El dinosaurio todavía estaba ahí, pensando en las viejas políticas, en esta resistencia de los empresarios, de lo que llamamos los dinosaurios políticos que se niegan a que el país cambié. Y los dinosaurios están afuera del régimen y también dentro del régimen, están repartidos, y jalan para que las cosas no se muevan. Quería realizar un programa que partiera de esa premisa, de que todavía convivimos con los dinosaurios, y que México está en la prehistoria. Hay lugares en este país donde todavía no ha llegado la modernidad ni la riqueza, y me hace mucha gracia pensar que vivimos en la era cuaternaria por eso de 4T, y en realidad estamos viviendo la era cuaternaria en términos de historia humana y de evolución”.
Aunque el mamut le parece una bestia extinta y antigua, le gusta:
“Y como aparecieron ahora muchos mamuts en Santa Lucía, se me hizo como que es el animal de la 4T, es peludo, colmilludo y fuerte. Y operación porque me gusta rendirle homenajes a la televisión que disfruté de niño. Era muy fan de La carabina de Ambrosio y Ensalada de locos, y antes de esos existía uno que se llamaba Operación jaja y quise retomar un poco el operación como si fuera una cosa de agente secreto, de complots internacionales”.
--Algunos de los personajes se basan en la realidad, como Porfirio Muñoz Ledo, Diego Fernández de Cevallos y el presidente López Obrador, ¿verdad?
--Me parece muy importante que desde la televisión pública logremos hacer una parodia del Presidente. Tengo absoluta libertad, no hay línea, nadie me dice ‘esto sí o no’. Existe una responsabilidad personal tremenda porque soy el director del programa compartida con el equipo de guionistas. También hay personajes como uno que yo hago, Don Aquiles Cuenta Chiles, el cual es una mezcla de todos los periodistas con los cuales no comulgo con su ética personal, como Joaquín López Dóriga, Macario Schettino, Carlos Marín, Pascal Beltrán, Ricardo Alemán y Rafael Cardona. Y como los conozco muy bien porque he trabajado con ellos en muchos años de la vida en varios periódicos, la verdad es que me sale muy padre ese personaje y no tengo que imitar específicamente a ninguno de ellos.
--Nora Huerta recrea al Presidente. ¿Ha sido complicado o fácil?
--Para poder efectuar un programa como Operación mamut con toda la libertad, hubo una larga negociación, digamos previa, para estar de acuerdo, y para que hubiera ese voto de confianza hacia mi trabajo y el trabajo de todo el equipo. Hay un sentido de responsabilidad también del contenido que comparto al público. El sketch del Presidente me parece muy importante, porque los críticos del régimen dicen que vivimos una dictadura donde la libertad de expresión se acabó. Y es una televisión pública. Huerta imita al Presidente maravillosamente. Se recrean situaciones o las llevamos al delirio, como que Fernández de Cevallos va a retarlo a la conferencia de prensa (la nocturna en el programa), y El Peje le dice sí, pero vamos a tener un duelo de hip hop, y se ponen a rapear los dos”.
Continúa:
“Para mí era muy importante incluir a Nora. He trabajo con ella en El Vicio. Su talento es tremendo y canta increíble. Es una representante del cabaret mexicano que tanto han revolucionado el teatro político”.
--Ella como Palilla en homenaje a Jesús Martínez Palillo.
--Cuando estaba planeando un debate con Don Aquiles Cuenta Chiles quería que hubiera un interlocutor que representara al pueblo, pero de una manera muy pícara, simpática, y creo que un personaje que se ha olvidado mucho por las nuevas generaciones es Palillo, algunos quizá lo conocen a través de la imitación que hacía Héctor Suárez. Entonces me pareció una idea muy buena que Nora encarnara a Palillo, pero que fuera Palilla, porque me parece que ahora la voz cantante de la crítica social la tienen más las mujeres que los hombres, hemos visto más voces en ese sentido incendiarias, divertidas, y creo que Nora lo entendió perfecto, y se ha hecho un debate muy divertido porque Don Aquiles siempre se hace la víctima y se dice censurado.
Por su parte Huerta (D. F., 1976) igual vía zoom manifiesta que le encantó la invitación de Rivera Calderón:
“Me atrajo la idea de poder sumar mi voz, como cabaretera, como mujer feminista, con estos dos personajes a los cuales admiro y respeto por la trayectoria con la que cuentan, coincido con sus puntos de vista y me encanta el sentido del humor que poseen, cada quien en su terreno, pero son bastantes simpáticos y muy críticos.
“Y por el contexto en el que vivimos me parecía importante e interesante poder entrarle a la televisión pública, a partir de la critica política y social poder hacer un punto de reflexión, a partir del humor. Es significativo en este momento de polarización, división, noticias falsas, medios que promueven determinados puntos de vista y que hay otros puntos de vista que se están quedando ahí, en fin.
Exalta:
“Por ejemplo, existe la idea de que hay censura, muy válido que la gente lo exprese, pero que si se analiza la diversidad de información que existe, yo no entiendo muy bien donde está la censura o de que nos estamos acercándonos hacia una dictadura. Hay una manera distinta de hacer gobierno y me parece que estamos confundiendo la gimnasia con la magnesia”.
Subraya que le fascina que el espacio sea la televisión abierta:
“Siendo un ejercicio crítico, es un escenario al cual acceden muchas personas, porque no todos pueden contar con plataformas donde puedan existir elementos críticos o elementos de procesos de pensamiento más arriba del entretenimiento. No todos cuentan con internet. Todos merecemos contenidos inteligentes y divertidos, y que nos ayuden a entender el día a día o a estar enterados de lo que ha pasado en la semana.
“Volvemos al ejercicio de la carpa y al ejercicio del cabaret. La carpa fue el medio de información cuando la prensa escrita no llegaba a todos los lugares. El canal Once es un espacio que hay que aprovechar”.