Música
“Podemos ser obscenos porque nuestro idioma real es la mala palabra”: La Cuca
La Cuca ofreció un autoconcierto en el Autódromo Hermanos Rodríguez con medidas de seguridad y a más de un año de que se suspendieran los conciertos por la pandemia de covid-19CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).– Previo al más reciente espectáculo de La Cuca como parte de la temporada de autoconciertos “Conecta”, el baterista de la agrupación Nacho “el Implacable” González, reconoció en entrevista para proceso.com.mx que, “a todos nos cayó pesado la enfermedad letal y mundial (del covid-19), con cambios fuertísimos, pero siempre con el ánimo y el pensamiento de salir adelante”.
Y detalló: “El 2020 fue un año de juicio, fue un año de mucho luto, de incertidumbre, de ver uno hacia adentro, de cómo tus amigos se están muriendo, de pensar en ¿qué he hecho mi vida? Nos hicimos más conscientes de nuestra existencia y también para echarle más ganas”.
Por otro lado, ante más de 30 años de trayectoria de Cuca, “El Implacable” comentó que la agrupación sigue vigente porque “somos una banda callejera, nuestra música y grabaciones, en un inicio se pasaban más de boca en boca, no teníamos la promoción en radio o televisoras, por eso Cuca siempre ha sido de la gente”.
Un ingrediente adicional a la par del rock, es que sus letras ácidas y directas han sido aceptadas porque culturalmente para la Cuca ellos son reflejo del “rico” lenguaje de nuestro país, “podemos ser obscenos, contestatarios, tirar carrilla, porque nuestro idioma real es la mala palabra, somos altisonantes, adaptamos con albures y de una palabra sacamos 10”.
Por lo tanto, el baterista sentenció “nunca nos vamos a censurar, pues la gente tiene la facultad de ir o no ir a un concierto, de romper el CD o amarnos, ya es cuestión de cultura de qué estés buscando con la música, no todo suena bonito con mariposas, nosotros te vamos a echar carrilla”.
De acuerdo con el músico siempre han buscado llevar un mensaje positivo a través del rock, como es el uso del condón en “La pucha asesina”. Del mismo modo, nunca han pretendido ofender al sector femenino, del cual, gozan de una amplia aprobación “por más guarras que sean las canciones, traen el ánimo del amor, de que la personas tengan una buena relación, muchas chavas entienden ese sentimiento de que están en nuestro corazón”.
Nacho concluyó que desde esa perspectiva la irreverencia de sus rolas se sublima en el rock hasta alcanzar la sensibilidad amorosa, como puede ser a través de “El son del dolor” y “La balada”.
El autoconcierto
Dispuestos a pasar una pachanga inolvidable con todas las medidas de seguridad sanitaria, el autoconcierto de La Cuca se efectuó este jueves 20 en la Curva 4 del Autódromo Hermanos Rodríguez.
La bienvenida que incluyó los protocolos sanitarios para los fanaticos en auto, eran guiados conforme llegaban, y solo tuvieron permitido abandonar los coches una vez que llegaban a su espacio.
La agrupación tapatía comandada por José Fors (voces), e integrada también por Carlos Avilez en el bajo, Nacho “El Implacable” González en la batería y Alejandro Otaola en la guitarra, arribaron al escenario a las 19:15 horas.
Los primeros acordes de apertura fueron con “Rock y sólo rock”, tema que avizoró lo que sería una intensa y aguerrida presentación cargada de buena vibra rockera de principio a fin.
“Pornoblattea” y “Qué chingaos”, aceleraron el show inmerso en una atractiva producción, con una pantalla monumental como telón de fondo en donde se observaban las alucinantes ilustraciones que les caracterizan: cucarachas de variadas formas, desde las regordetas y gigantescas, así como las roídas hasta los huesos.
“¡Qué bueno verlos rocanroleando y sanos!, más de un año sin tener este contacto ¡carajo!”, expresó el irreverente vocalista de La Cuca, quien lamentó que el coronavirus los pasó a “joder” para las celebraciones de los 30 años de la agrupación, así como la promoción de su nueva placa discográfica nombrada como “Pornoblattea”.
De cualquier modo, destacó que la tocada en vehículos permitiría la oportunidad indicada para festejar, por lo que tocaron a deleite de los reunidos su reciente “No me digas que no”.
Continuaron con “Mi Cabeza” y “Mátame antes”, en una incesante catarsis generalizada que saborearon al igual seguidores de antaño, nuevas generaciones de “cucarachos” y familias con sus pequeños hijos.
Retumbaron de su repertorio “Caperucita Roja”, “Hijo del lechero” y “Todo con Exceso”, sin faltar “El mamón de la pistola”.
“Vamos a transportarnos a otro nivel”, dijo Fors al entonar “Lo muerto”, una de sus creaciones de reciente manufactura en estilo acústico, “este año cumplo 63 años, la banda cumple 31, pero seguimos jodiendo y rocanroleando gracias a ustedes, a toda la buena vibra”.
Al festín estruendoso cargado de picantes y alegres letras explícitas, se sumó “Hombre de la marcha (tus piernas)”, “Don Goyo” y “Gordibuenas”, al tiempo que José se rendía ante su gente:
“Gracias por haber venido a este evento tan surrealista, diferente, definitivamente creo nos vamos a acordar de esto, del día que fuimos al ‘autocinema’ a ver a la Cuca en vivo… Sigan cuidándose ya vamos saliendo de esta mierda, los queremos un chingo”.
Rápidamente rasgaron “Alcohol y rocanrol”, vislumbrando el ocaso del jolgorio al ritmo de “La pucha asesina” y la clásica romántica del rock nacional “El son del dolor”.
Tú sabes que yo me muero por ti mi vida,
yo me muero por ti, mi amor…
Que necesito respiración de boca a boca
porque en tu boca nació mi dolor…
“Cara de pizza” enfiló el inexorable finiquito que se concretó con “Tu flor” y la siempre aclamada “La balada”, en el máximo del frenesí y éxtasis de su fanaticada que insaciables clamaron con gritos cubiertos en cubrebocas porque siguieran con más. Luego de poco más de hora y media de rocanrol, José Fors, Carlos Avilez, Nacho “El Implacable” y Alex Otaola, unidos agradecían en reverencia por el cariño correspondido y el éxito del autoconcierto que concluyo cercanas las 21 horas.