CIUDAD DE MÉXICO (apro).- "La inutilidad" es una obra de teatro de Jesús Ramírez Ferreiro que aborda la problemática de la guerra sucia en México, encarnada en personajes derrotados por la vida y en personajes encumbrados en el poder, pero igualmente derrotados en sus ideales: un exguerrillero y un empresario.

Editada por el Instituto Mexiquense de Cultura, la obra establece un juego dinámico entre el microcosmos y el macrocosmos, dándonos un panorama personal y social a la vez. Habla desde la intimidad de los personajes, desde sus anhelos y derrotas, sus amores y traiciones, sus éxitos y resignaciones.

El autor construye la obra a partir de dos coordenadas fundamentales. Una ubicada en el tiempo: tiempo presente y tiempo pasado; y la otra a través de dos grupos humanos: el de la familia de Federico y el universo de Lyotard y sus empleados. Estos cuatro elementos, presente, pasado, Lyotard y Federico, los conjuga de múltiples maneras para ir armando, como rompecabezas, la historia de dos hombres que en el pasado coincidieron en ideales y un secreto que guardar, y cuyos caminos se bifurcaron hacia direcciones opuestas.

El presente es implacable y se impone ante nuestros ojos: el regreso de Federico a la casa familiar después de 17 años de ausencia y la construcción de un centro comercial impulsado por Lyotard. La madre y la hermana de Federico han sufrido las consecuencias de la desaparición de su familiar, la hermana se ha perdido en el mundo del modelaje y la droga, y la madre se ha marchitado esperando el regreso del hijo.

Lyotard, por su parte, se ha encumbrado como un prepotente empresario obsesionado por construir ese centro comercial en la estación de ferrocarril, en contraste con Federico, quien ha terminado vendiendo helados en el mismo sitio, que es donde se reencuentran. El universo está planteado, pero el final de la historia no está ahí, ese es apenas el motor que impulsa el sentido que cada uno de los personajes busca darle a su vida.

La importancia de lo que no se dice es un arma poderosa para mantener la tensión dramática; es como un hilo invisible con el que se van tejiendo los acontecimientos para irnos formando una idea de quiénes son los personajes, de lo que les sucede y, sobre todo, del porqué les está pasado lo que les está pasando.

Jesús Ramírez nos muestra un álbum que acumula imágenes, historias y personajes. Recuerdos que saltan sin orden para enterrarse en la memoria. Rompe con la linealidad del tiempo y deconstruye las situaciones. Las escenas son breves, instantáneas, como flashazos que van de un espacio a otro para captar momentos críticos o una realidad cotidiana con la que después se armará la complejidad del drama.

En la contraportada del libro se apunta: “La inutilidad es el balance de la revolución traicionada que interrumpió abruptamente las posibilidades de cambio y que todavía trata de comprender en qué punto de la historia los anhelos quedaron sepultados bajo centros comerciales, pasarelas de moda y una sociedad fascinada por el consumo”.

El lector del libro estará siempre activo en su pensamiento y en sus sentimientos; le provocará un sinnúmero de preguntas, revisará la historia y los sentidos de la lucha armada, la construcción y traición de los ideales; verá a seres humanos de carne y hueso viviendo y sufriendo un destino que ellos mismos se forjaron y del que no pueden evadir su responsabilidad. Y es con esta responsabilidad con la que el autor hace el cuestionamiento sustancial en su obra. No hay forma de lavarse las manos, cada acto tiene sus consecuencias. Y pone en la mesa de la discusión la utilidad o la inutilidad de los hechos.