CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La obra titulada Morons  (Idiotas, en español), del artista callejero, activista político y director de cine británico Banksy, fue quemada para incitar a los entusiastas de la tecnología y a los artistas a adquirirla en formato digital NFT (Non Fungible Token), elaborada con tecnología blockchain, y no pierde su valor económico ni se puede plagiar. 

Es una obra  que muestra a compradores de una subasta de arte pujando por una pieza estampada con las palabras: “No puedo creer que ustedes, idiotas, realmente compren esta mierda”.  Banksy, de quien aún no se sabe su verdadero nombre, parodia una fotografía de la venta récord de Los girasoles de Vincent van Gogh en 1987 realizada por Christie's.

En el Twitter @BurntBanksy se trasmitió en vivo el 3 de marzo la quema del cuadro por una persona de un grupo fanático por el arte y la tecnología, y en un poco más de tres minutos se convirtió en cenizas con la finalidad, explica el chico en el video, de explorar un nuevo medio para la expresión artística. Su única versión digital será subastada el próximo 9 de marzo en la página de internet Open Sea y solo se pagará en criptomonedas (moneda digital).

Todas las ganancias de la subasta se donarán a labores de caridad. El adjudicatario tendrá derecho a recibir el certificado de autenticación de Pest Control, sin embargo, este también se quemará si no se reclama dentro de las dos semanas posteriores a la venta.

Cabe recordar que la obra Morons se vendió en la casa de subastas Christie’s en Londres a finales del 2019 en 32,500 dólares por un comprador anónimo. Su quema fue en un lugar desconocido de Brooklyn, Nueva York.

Cabe destacar que el mercado de NFT se convirtió en una industria en sí misma hacia fines de 2020, ya que solo en diciembre se registraron casi 9 millones de dólares en ventas de tokens.

La pieza de Morons no es el primer Banksy que se destruye a propósito. En 2018, Girl with balloon, se autodestruyó automáticamente poco después de venderse por 1.4 millones de dólares en Sotheby's. El artista reveló más tarde que había instalado una trituradora automática en el marco de la pintura en caso de que alguna vez fuera a subasta.

En un giro irónico del destino, ahora se cree que el Banksy destruido es más valioso que la pieza original, según escribe Greg Thomsom en Cointelegraph.