CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Cuántas identificaciones y diferencias se establecen frente a la experiencia del amor; cuántas historias que contar y cuantas variantes del proceso del enamoramiento; cuántas maneras de abordar la experiencia.

Chico conoce a chica, de Adriana Pelusi, es una comedia romántica que nos envuelve en el universo del amor y el enamoramiento, del encuentro y los malos entendidos, de la ruptura y la vuelta a construir, de querer bien y aprender a quererse. En Chico conoce a chica cuatro personajes cuentan su historia bajo la dirección de Rina Rajlevsky y las actuaciones de Paola Arrioja, Jerry Velázquez, Alejandro de Hoyos y Luz Aldán. Las parejas se emparejan y se disparejan, y el espectador va conociendo este proceso a través de las sutilezas con las que a cada uno se les puede romper el corazón, de los detalles aparentemente insignificantes con los que realmente se construyen las relaciones, y los giros con los que les sorprende la vida; las coincidencias que no son coincidencias y la riqueza que se obtiene. Los personajes viajan por sus emociones y aprenden de ellas.

Adriana Pelusi se sumerge en las contradicciones y causes de los sentimientos, y con gran sensibilidad y agudeza describe y construye cuatro personajes complejos donde las relaciones amorosas los atraviesan. Hay profundidad en los planteamientos, pero desde la comedia y la cotidianidad. No son grandes problemas, pero sí los suficientes para hacer crecer o desfallecer a una persona.

Los recursos dramatúrgicos de la autora son variados y dan agilidad a la obra. Los personajes interaccionan entre ellos y también le hablan al público; tienen monólogos interiores y también se escuchan sus pensamientos mientras mantienen una conversación; en escenas simultáneas intercala las historias; o en un espacio neutro, a manera de coro, los personajes se preguntan y responden: ¿qué haces cuando rompes con tu pareja? (¿cambias la contraseña de Netflix?, ¿borras los videos juntos?) o ¿cómo conocer a alguien?

Los lugares comunes son dichos de forma no común, y los detalles tan comunes en una historia hacen a los personajes únicos y al mismo tiempo propician la empatía con el espectador.

Rina Rajlevsky convoca a los actores, asertivamente, para hablar desde su verdad, siendo la naturalidad la mayor cualidad de las actuaciones. Paola Rioja interpreta a Lucía con transparencia y brillantez; y desde las inseguridades, el entusiasmo y el ímpetu del personaje, nos transmite una gama amplia de emociones.

La directora es capaz de revivir los silencios que se dan en el teatro, y desde una pantalla apreciamos la tensión y el tiempo que se requiere para manejar los sentimientos. Cree en el poder del silencio y también de la palabra. El campo está despejado para verlos juguetear. La escenografía de Sergio Villegas es idónea para el reto de manejar varios espacios y sus transiciones, de abstraerlos y concretar. Con unas sillas y una mesa, el fondo adquiere distintos colores bajo la iluminación de Pepe Valdés, creando espacios sugestivos.

El productor Gerardo Díaz/Diec y Ramsés López/Pin Point Comunicación se lanzaron a la aventura de presentar la obra en streaming, haciendo funciones especiales con cámaras e infraestructura suficientes para transmitirla desde el Teatro Milán y comprar los boletos por Ticketmaster para el próximo 27 de marzo. Las condiciones tecnológicas son óptimas tanto en el sonido (donde se escucha a los actores claramente sin ver los micrófonos), como en el uso de la plataforma giratoria.

La mirada con que el equipo observa al amor y la obra de Chico conoce chica, es, finalmente, una caricia al corazón.