CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).– En 2007 se restauró el inmueble donde actualmente está Centro Cultural Clavijero. Su historia se remonta a la segunda mitad del siglo XVI, cuando fungió como colegio de la orden religiosa de la Compañía de Jesús.

De estilo llamado “barroco tablerado” en cantera rosa, funcionó más de un siglo así. Después, fue un espacio educativo donde se formaron hombres como Miguel Hidalgo. En el siglo XIX pasó a ser del Estado, y formó parte del Congreso; más tarde fungió como sede provisional del Colegio de San Nicolás de Hidalgo, y ya en el porfiriato se convirtió en Escuela Industrial Militar.

La restauración estuvo a cargo por el arquitecto Ricardo Legorreta y se inauguró el 7 de febrero de 2008.

Actualmente este recinto permite la extensión y divulgación de la Cultura y las Artes en Morelia, Michoacán.

Tres exposiciones se exhiben de manera simultánea hoy en este espacio, que puede visitarse con las medidas de seguridad frente al covid-19, así como ver el trabajo a través de la página del centro.

La primera muestra corresponde a la propuesta de Loulia Akhmadeeva titulada Escrituras tangibles, que presenta su trabajo de los últimos años, en el cual se adentra en el tema de la memoria, como concepto amplio y sugerente para elaborar un cuerpo de obra referido a diversos aspectos: la genealógica, la geográfica, la personal y colectiva, a partir de la cotidianeidad del individuo.

Coleccionar, archivar y registrar. En este proceso de resguardo se captura aquello que ha impactado la vida de la artista, para ir estructurando diversos recursos visuales. Entre ellos libros de artista, bitácoras, arte-objeto, textiles, acuarelas, fotografías e instalaciones, que son los receptores para compartir a través de textos grabados, bordados y escritos, su propia memoria.

Piezas conceptuales casi todas, donde la idea se sugiere de manera poética y ofrecen una experiencia llena de referentes sutiles que se entretejen; de la instalación central donde cuelgan tiras de plástico escritas con textos, recipientes con imágenes del mar, entre otras propuestas.

Es una invitación a reflexionar sobre la memoria.

Volar durante la pandemia es el título del trabajo de la pintora Flora Goldemberg. Se trata de una serie de obras de pequeño y mediano formato donde la temática versa sobre la danza, utilizando una paleta reducida, y cada cuadro es monocromático; las composiciones varían a partir de los personajes que las conforman.

Goldemberg (de origen polaco, de padres judíos que llegaron a México en 1942), estudio ciencias químicas en la UNAM y trabajó y aprendió pintura primero con el muralista Diego Rivera, para después continuar sus estudios en La Esmeralda.

Soma es el título de la tercera muestra, a exhibirse hasta el mes de marzo del presente año. El trabajo pertenece a la artista Carolina Pavia, quien haciendo alusión al libro del reconocido escritor Aldous Huxley, Un mundo feliz, titula su exposición Soma (en referencia a la sustancia ingerida para mantenerse en un estado de refugio ideológico que “nos compacta y nos resume en una comunidad donde no todos tenemos la misma relevancia”).

Mediante pinturas, de acuerdo con la propia artista, sus imágenes conforman un refugio fugaz, frívolo y perfecto, donde sentimos que el mundo nos mira mientras no podemos salir al exterior, y nos hace creer que conocemos al mundo pero nos olvidamos del autoconocimiento.

Su obra, confirma, se inscribe en la influencia del Street Art, del realismo mágico, del surrealismo. Su propuesta es un solo cuadro de gran formato, digamos un mural referido de manera lúdica a los conceptos ya mencionados.

Las tres propuestas también pueden encontrase en video con el nombre de la exposición y de las artistas  en la página del centro (ccclavijero.mx),     

ubicado en la calle Nigromante 79, Centro Histórico, CP 58000, Morelia, Michoacán.