Teatro
"Las ruinas de la memoria", Premio Nacional de Dramaturgia
Las ruinas de la memoria de Luis Guerrero, actor y dramaturgo regiomontano, nos habla desde la realidad de los ancianos que van perdiendo la memoria; los que se quedan solos, los que se acompañan, los que han borrado la referencia de su alrededor y se aferran a ideas fijas, a culpas antiguas.CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El tradicional Premio Nacional de Dramaturgia Emilio Carballido convocado por la Universidad Autónoma de Nuevo León, y desde 2014 también por la Universidad Veracruzana, fue otorgado a la obra Las ruinas de la memoria de Luis Guerrero, actor y dramaturgo regiomontano.
La pieza nos habla desde la realidad de los ancianos que van perdiendo la memoria; los que se quedan solos, los que se acompañan, los que han borrado la referencia de su alrededor y se aferran a ideas fijas, a culpas antiguas y a promesas hechas.
Adalberto y Pilar/Laura han llegado a la vejez juntos, y es él el que ya no recuerda; ya no la recuerda, la confunde con su asistente o con una empleada o con alguien que le incomoda o con la que comparte ese deseo obsesivo de encontrar a su hermano mayor. Ella, enferma del corazón, es la que lo cuida y vive ese sentimiento atroz del olvido del otro, del haber sido borrada de la historia del hombre al que amó.
Luis Guerrero construye su obra desde el conocimiento de este proceso degenerativo que les sucede a los mayores y, de una manera poética y afectiva, hace un recorrido retrospectivo de instantes, momentos o experiencias que dan una luz intermitente a sus vidas. La estructura dramatúrgica con la que explora la vivencia de estos dos personajes en la última etapa de su vida consiste en partir de un presente definitivo e ir hacia atrás, mostrando una estancia en el hospital, una visita al cementerio o un viaje caótico en auto.
Como en Traición de Harold Pinter, el recorrido es a la inversa, del presente al pasado, y el par de secretos que guarda esta pareja se nos revelan hasta el final, para dar sentidos y significados a lo planteado en el desarrollo de la obra.
Otro elemento fundamental y bien jugado es convertir el contenido temático en recurso dramático, asà como hizo Christopher Nolan en su pelÃcula Memento, donde el personaje se tatuaba mensajes en su cuerpo para no olvidar, pero también distorsionaba o manipulaba lo que vivÃa y querÃa recordar. En Las ruinas de la memoria, el protagonista tiene su libreta en la que apunta, en la que trata de fijar ideas –ya sean falsas o verdaderas, intencionales o inocentes–, llevándolo a la confusión.
El jurado del premio estuvo conformado por la teatróloga Elvira Popova, el dramaturgo y director Hernán Galindo y la dramaturga, directora y actriz veracruzana Isabel Cruz Cebada –quien obtuvo ese mismo galardón en 2017 con Cero–. La obra se publicará. y en la Feria Universitaria del Libro UANLeer realizarán una lectura dramatizada.
Luis Guerrero tiene entre sus textos publicados y llevados a la escena Números imaginarios, finalista en el Premio Nacional de Dramaturgia Gerardo Mancebo del Castillo 2012; El cielo de los alacranes, que se presentó en 2019 en la Semana de la Dramaturgia de Nuevo León; y Cursi, llevada a escena en 2011 y en 2018.
Las ruinas de la memoria nos enfrenta con el doloroso proceso de la demencia senil y la dificultad de la convivencia. Trata con sensibilidad el tema e incursiona en andamios dramatúrgicos relacionados con la memoria.