CIUDAD DE MÉXICO (apro).- A un año del quinto centenario de la caída de México-Tenochtitlan, ocurrida el 13 de agosto de 1521, la conmemoración apunta hacia el reconocimiento de los pueblos originarios que resistieron al vasallaje español.
En abril de 2019, Andrés Manuel López Obrador envió una carta al rey Felipe VI y al Papa Francisco para que expresaran el “
reconocimiento de los agravios causados" durante La Conquista de frente a una ceremonia en donde México y España hicieran “un relato compartido, público y socializado” de esos hechos históricos.
Al respecto, en junio pasado, Eduardo Villegas, coordinador de Memoria Histórica y Cultural del gobierno federal, puntualizó a
Proceso el sentido de la misiva, dado que las palabras del presidente provocaron gran revuelo
:
“La carta que se filtró, que además no estaba completa, iba más en el sentido de que han habido personajes de Estado que han hecho un reconocimiento de atrocidades, que aunque no les tocó, asumieron como jefes de Estado esa responsabilidad, como el presidente de Alemania (Frank-Walter Steinmerier) quien en 2019 pidió perdón a victimas polacas del holocausto; López Obrador lo pidió más en ese sentido, en la de una acción social, consensual, ideológica”.
La entrevista con Villegas se dio en el marco del cambio de nombre de la batalla llamada de “La noche triste” a “
La noche victoriosa”, a partir de ese 30 de junio.
Villegas afirmó que de cara a los 500 años se conformaría un consejo en donde se invitarían a 32 países para participar con cada estado de la república mexicana. Y en entrevista posterior José Alfonso Suárez del Real, entonces Secretario de Cultura de la Ciudad de México, y actual Secretario de Gobierno (desde el pasado 26 de julio), afirmó que la representación española seguramente estaría presente, “están muy interesados”. Y reflexionó:
“Pero también es una deuda histórica que consideramos que tenemos que dejar atrás, no se trata de conservar el sentimiento de superioridad, ni el resentimiento. Y me parece que la búsqueda de ese encuentro iba en ese sentido… darnos la mano y seguir adelante, un planteamiento y reconocimiento que seguramente también tendrá que reflexionar México de manera interna, hacia los grupos originarios de nuestro país”.
La carta --que también tuvo una breve versión de video, en donde López Obrador, desde la zona arqueológica de Coamalcalco, Tabasco, dio a conocer el envío del documento--, tuvo distintas reacciones en España.
El corresponsal de
Proceso en ese país, Alejandro Gutiérrez, reportó algunas de ellas, como la de la vicepresidenta del gobierno español Carmen Calvo, quien afirmó que el rey “no tiene que pedir perdón a ningún país, y no va a ocurrir…”.
Mientras que la vocera del partido Podemos, Ione Belarra, destacó que López Obrador “es el digno” presidente de México.
“Tiene mucha razón en exigirle al rey que pida perdón por los abusos de la ‘Conquista’”, dijo, e incluso adelantó que si su partido llegara al gobierno “habrá un proceso de recuperación de la memoria democrática y colonial que restaure a las víctimas”.
El perdón de otras naciones
La referencia de Villegas sobre Alemania fueron las palabras de Steinmeier el 1 de septiembre de 2019, quien desde Wielun --una pequeña ciudad de 26 mil habitantes ubicada en el centro de Polonia--, escuchó al mandatario germano pedir un perdón: “Me inclino ante las víctimas del ataque de Wielun. Me inclino ante las víctimas polacas de la tiranía alemana. Y pido perdón” (en referencia a la agresión de 1939).
En ese tenor hubo una disculpa previa por parte del gobierno canadiense en referencia a ese año, en vísperas de la segunda Guerra Mundial; así, en noviembre de 2018, el presidente Justin Trudeau emitió este mensaje:
“En 1939 Canadá rechazó a 907 refugiados judíos considerados como indignos de tener un hogar o de recibir nuestra ayuda. Presento directamente disculpas oficiales del gobierno de Canadá a los pasajeros del MS St. Louis y a sus familias por esta injusticia”.
Por su parte, en una revisión de la memoria histórica, el presidente francés Emmanuel Macron reconoció el papel del Estado en la muerte de ciudadanos argelinos en uno de los episodios más escabrosos de ese país, y pidió una disculpa a Josette Audin, viuda de un joven matemático miembro del Partido Comunista Argelino y militante independentista, Maurice Audin, quien desapareció en 1957.
“Murió torturado a causa del sistema establecido en ese entonces por Francia en Argelia… Lo único que hago es reconocer la verdad”, dijo el jefe de Estado.
La Iglesia Católica hizo lo propio cuando en 2000 lamentó la condena a la hoguera del filósofo napolitano Giordano Bruno, fraile dominico y precursor del pensamiento racionalista que puso en duda los misterios de la Encarnación y la Trinidad, y fue juzgado por herejía.
“Es una acción de la que la Iglesia se arrepiente pidiendo perdón a Dios y a todos los hermanos”, dijo el cardenal Paul Poupard, en el primer acto de contrición del jubileo del 2000.
Previo a esto, en octubre de 1992, el Papa Juan Pablo II rehabilitó a Galileo Galilei, fundador de la física moderna, tras instaurar una comisión y pidió perdón por los errores que hubieran cometido "los hombres" de la Iglesia, a 359 años después de que fuera condenado por la Inquisición debido a la afirmación de que era la tierra la que se movía alrededor del sol, y no al revés.
La ciencia en los tiempos de Galileo seguía la máxima de Santo Tomás de Aquino, según la cual, si los hallazgos de la razón humana no se avenían con las verdades de fe cristina, entonces la razón estaba extraviada.
En todo caso, Eduardo Villegas recordó que el 2021 será un año de reflexión:
“El acto reflexivo implica saberse parte de una continuidad de procesos, ver el presente desde nuestro pasado, nuestras manifestaciones culturales, el momento en el que estamos, hacia dónde vamos como sociedad y que quizá marque el rumbo de nuevas generaciones, el quinto centenario será muy importante y dará paso a otra conmemoración que también esperamos mucho, los 200 años de la Consumación de la Independencia”.