'Los hermanos Willoughby”: ¿Cuándo es válido cambiar de padres?
CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).– Dirigida por Kris Pern, Cory Evans y Rob Lodermeier, la cinta Los hermanos Willoughby, disponible en Netflix, es una historia animada poco convencional con un hermoso mensaje familiar.
Como bien dice el título, la película gira en torno a cuatro hermanos --Tim, Jane y los gemelos llamados Barnaby--, nacidos en el seno de lo que fue una familia excepcional, con personajes importantes que ahora sólo son grandes pinturas en marcos elegantes, engalanando paredes de una casa antigua en medio de modernos rascacielos.
La historia nos la cuenta un gato. No es el gato de la familia sino el que ronda la casa: Los Willoughby solían ser especiales y personalidades importantes para la sociedad, con su vasto pelo anaranjado y sus grandes bigotes, incluso las mujeres tenían bigote. Ahora, el padre de los hermanos Willoughby es calvo, sin bigote y está lejos de honrar el apellido familiar.
A Padre sólo le interesa estar en pleno romance con su esposa (Madre), y viceversa. Están tan ensimismados que no les importan sus hijos, parece ser que a veces ni siquiera se saben sus nombres. Padre y Madre son de las personas más egoistas que existen, embelesados el uno con el otro.
Los hermanos Willoughby deben arreglárselas para comer las sobras que dejan sus progenitores, casi casi deben robar la comida. Quien funge como cuidador de sus hermanos es Tim, el mayor, cuyo sueño es el regresar a esos años de grandeza que alguna vez tuvieron los Willoughby, entre otras cosas la posibilidad de sentarse todos a comer en familia como está consignado en los cuadros de la casa.
Luego de varios eventos, los hermanos llegarán a la conclusión de que estarían mejor sin sus padres, así que traman un complejo e ingenioso plan para deshacerse de ellos.
Las sorpresas no se harán esperar. Y es que cuando uno piensa que va para un lado, hay un pequeño giro que nos cambia un poco la jugada; giro que sólo complica más la existencia de los pequeños. Esto a veces puede ser desconcertante y le resta ritmo a la historia.
Los hermanos Willoughby es como un cuento de hadas con magia y fantasía, pero también con varios elementos siniestros, no tanto para convertir la historia en algo sumamente sombrío si bien los pequeños hermanos vivirán un via crucis antes de encontrar su destino.
La cinta nos habla sobre la negligencia de los padres y la necesidad de los niños de contar con alguien que los cuide y los guíe; nos habla sobre esos padres que nunca voltean a ver a sus hijos pues ellos son más importantes que todo.
Complementan el cuadro dos personajes cuasi mágicos, Nanny, quien funge como la niñera de los hermanos, y el Comandante Melanoff, extravagante y caricaturesco --mezcla de personaje de El subamrino amarillo y Willy Wonka--, dueño de una fábrica de dulces.
Con todo y sus altibajos en el ritmo de la trama, Los hermanos Willoughby es una opción entretenida para ver en familia.