CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- Afortunadamente el Museo MUCA-Roma cuenta con un equipo digital de buena calidad, permitiendo a los espectadores asistir de manera virtual a una muestra de textil contemporáneo de la joven artista Lourdes González Osnaya, México (1982).

Reúne ahí su más reciente trabajo, un acercamiento innovador al textil, otorgándole un carácter experimental.

Bajo el título La paradoja de las lágrimas: Naturaleza, cuerpo y rito en el textil contemporáneo, González logra investigar las diferentes y variadas metodologías artesanales con materiales naturales.

El proceso creativo, anota, tiene que ver con la concepción que Richard Sennet desarrolló a partir del antiguo concepto latino del “Homo Faber", es decir, “hombre en cuanto productor".

A partir de esta premisa, la propuesta despliega, de manera amplia, las diferentes piezas de los materiales y el telar.

La creadora ha manifestado su interés por indagar acerca del poder simbólico de la práctica y, desde ahí, reflexionar acerca de la convergencia que se produce entre lo espiritual y lo emocional.

Las diferentes piezas son resultado de este proceso creativo que el público puede acercarse y conocer de manera óptima, la técnica y las medidas, además de contar con un video, donde la artista en una extensa entrevista, logra comunicar su experiencia, su propuesta y acercar al observador a su universo.

Los diferentes materiales que elige los clasifica como vinculados con lo que tradicionalmente se ubica en el ámbito femenino, “como son la cebolla, sal, azúcar y cera propios de la cocina: así como arcilla, lana, algodón, seda, tela, bambú, carrizo y papel”.

González ha manifestado que, a través de su experiencia, recogida en Japón y en Campeche, su proceso también se ha centrado en reflexionar sobre la: “identidad, la vida, la muerte, la religión y el fetichismo, llegando a proponer que la tradición se asume en constante transformación para resignificarse en la consideración de un pensamiento colectivo y pluricultural que investiga en la naturaleza transitoria del cuerpo, la materia, su fragilidad y sus ciclos".

Cuando trabajó en Campeche para ver nuevas alternativas del textil, en 9 meses de labor grupal, adquirió una experiencia que amplió su concepción del textil.

En Japón, además de los conocimientos técnicos y de materiales, se dio cuenta de cómo la comunicación se logró a partir del mismo trabajo, los materiales eran su propio lenguaje.

La expositora también comentó la parte ritual en su trabajo, entendiendo el rito como serie de acciones que tienen un simbolismo.

Puede accederse a la muestra es a través de mucaroma.unam.mx.